Por lo menos una decena de enfermedades, varias de ellas de alta complejidad y otras que generan rápido deterioro al paciente, pueden ser superadas en Pereira con terapia reconstructiva basada en células madre, según los resultados logrados por el Centro de Células Madre y Biotecnología de Pereira, CEMAB, una spin-off de la que hacen parte investigadores, profesores universitarios, profesionales de otras disciplinas y en convenio con el Banco del Cordón Umbilical y la Universidad Tecnológica de Pereira para algunas investigaciones.

Los hallazgos son el resultado de un trabajo científico de varios años y de una permanente investigación en la que se cotejan, resultados propios y el conocimiento de otros grupos de investigación de diferentes partes del mundo.

Este centro cuenta con un gran equipo de profesionales de la salud, todos liderados por una mujer que se atreve a dar el paso adelante cuando es necesario, que hace la resistencia frente a las injusticias, y con mayor fuerza, cuando se trata de la salud. Una mujer integra, que lleva la elegancia, la moda bien puesta y que lleva consigo las dos fortalezas más grandes de una mujer, es bella y es inteligente.

Desarrollamos con ella, Julieta Henao Bonilla, un interesante diálogo y en él hicimos un recorrido por el trasegar de las mil batallas que se deben librar para hacer de las células madre la oportunidad de vida para muchas personas.

Julieta Henao es médica, egresada de la Universidad Tecnológica de Pereira, tiene varias especializaciones, entre ellas la de Genética Humana, es docente titular de la Universidad Tecnológica de Pereira y lidera el centro de Células Madre y Biotecnología. Aunque nació en Ibagué, la mayor parte de su vida la ha pasado en Pereira, tierra que la lleva como propia de la que tiene el mejor de los conceptos.

¿Desde cuándo la relación con la UTP?

Soy una ibaguereña que se conecta con la Universidad por la necesidad de formarme como médica, llegué como estudiantes y soy orgullosamente de la primera promoción de Medicina de la UTP.

Tengo arraigo en esta región, de gente buena y ejemplar, amplios en su proceder, que a los que llegamos, nos hacen sentir como nativos. Aquí no hay gente egoísta, hay dinámica y alegría por las cosas que se hacen. Y como somos seres humanos nos encontramos y disfrutamos de lo que hacemos y para impulsar lo que otros hacen. Por eso llevo aquí tantos años, tan arraigada por la energía que tiene la gente de acá, eso se transmite. 

¿Usted es una mujer de arraigo?

Si, así me considero, es que la universidad tiene tantas posibilidades de desarrollo, el hecho de creer en su gente, en las capacidades de sus aliados y que tenga capacidad para valorarlos eso tiene que generar apego, arraigo. Que la universidad apoye cuando uno quiera hacer cosas, entonces se adquiere una compromiso mutuo entre la gente que está dirigiendo la universidad y entre quienes desarrollamos alguna operación en las diferentes áreas. Se establece tal compromiso que uno siente que en el día a día debe aportar a la institución que le da a uno, que le aporta; es por eso que hay arraigo. Cuando he estado en otros lugares y otras instituciones, uno siente que la gente ama a sus instituciones, pero de repente no es tan poderosa la fuerza que le imprime la misma institución a la gente que cumple, aquí hay algo especial.

Su trasegar formativo

El ser de la primera promoción de médicos nos generó retos importantes, como es el de generar confianza a través del desempeño del médico. En el medio había dudas por la calidad de la formación frente a lo que el medio requería, sólo nosotros lo podíamos demostrar. Yo tuve la oportunidad de viajar México a seguir estudiando, allá nos tocó presentar una prueba de competencia; a los extranjeros nos pusieron por separado de los locales. Esa prueba la pasé con muy buen nivel. Eso me llevó a mandarle a los profesores una nota en la que les decía – ¡gracias – gracias!, porque me enseñaron, porque aprendí. Luego tuve que cotejarme con gente de diversos países y me llené de confianza, sentí que tenía muy buena formación. Es que cada profesor nos quiso dar lo máximo en cada especialidad y en esos momentos sacábamos la casta.

En México estudié la especialización Genética médica, luego en cuba estudié Diagnóstico Prenatal en Cuba y luego estudié fertilización invitro en Barcelona España, lo que se denomina bebe probeta. Posteriormente  en Colombia hubo necesidad de trabajar en ADN, directamente con identificación humana. Ahí vimos la necesidad de crear un laboratorio de Genética Molecular, lo hicimos con recursos que se consiguieron a partir de las pruebas que se practicaron para el ICBF. Fuimos el primer laboratorio; eso fue un poco atrevido, pero contaba con personas externas que me asesoraban y me ayudaban a entender muchas cosas que iban surgiendo en el mundo, como era la genómica en identificación humana y luego para medicamentos y las enfermedades. Entre todos fuimos extendiendo este laboratorio de Genética Humana y de allí otras investigaciones que luego nos permitieron mirar la medicina regenerativa con células madre. Es un proyecto de emprendimiento con enfoque empresarial que presentamos ante Colciencias, eso nos llevó a tener un laboratorio para investigación y conservación de células madre y esa es la dinámica con su característica de tener el genoma completo.

Qué tan difícil es enfrentar las expectativas de propuesta novedosas y vanguardistas en la medicina?

Es complejo, hace 30 años la genética era desconocida para todo el mundo, hoy ya muchos hablan de ello.  En ese momento la gente se preguntaba ¿eso para qué sirve?, otros pensaban que era un invento de laboratorio, que no tenía aplicabilidad, era difícil explicarlo. En principio  fue muy difícil, era más un tema de investigación y de docencia.

En la práctica médica también fue complejo, porque el médico no sabía cómo remitir, no sabía cómo utilizar ese recurso, era desgastante dese el punto de vista intelectual y económico. Por fortuna en la Universidad han creído en el tema y hemos evolucionado mucho. Fueron décadas difíciles, pero hoy se ven resultados.

Se considera pionera de la Genética y del trabajo con células madre en Colombia?

Bueno, digamos que en parte si,  aunque pioneros somos muchos, unos 6; igual que cuando iniciamos con la genómica para la identificación humana éramos entre 6 y 8 personas, o, cuando iniciamos diagnóstico prenatal éramos 2 o 3. Digamos que más que una dinámica son las energías del universo que lo ponen a uno en el camino y le van dando oportunidades. También es un poco la decisión de atreverse y tener con quién hacerlo; el tener un ambiente positivo que active las energías hacia un objetivo para hacer cosas útiles, cosas aplicables, no solo es publicar por publicar. Debemos pensar más en la sociedad, en la salud pública que es lo que nos compete, pensar en conjunto no de manera individual.

¿Que la ha llenado de satisfacción con esta labor ?

Bueno, sentir que hay unos desarrollos que pueden ser útiles para la gente que tiene enfermedades, que tiene problemas que antes no tenían salida, es encontrar ese camino, una ilusión que tenemos todos los que trabajamos en salud,  es encontrar la manera para que la gente se beneficie con el conocimiento.

Esta terapéutica definitivamente va a marcar una diferencia en los tratamientos, que no sean solo para mitigar el dolor o  el síntoma, sino para eliminar el daño que se está produciendo y esa es la oportunidad que nos da esta nueva terapia regenerativa.

Casos concretos donde la medicina regenerativa es la esperanza?

Bueno hablamos por ejemplo del Cáncer, que tiene un abordaje en algunos casos genómico,  con identificación de tumores, pero aquí hemos encontrado que las células madre pueden inhibir (desaparecer) algunos tumores. Son estudios que están empezando a dar información esperanzadora y muy sólida. Es una herramienta que tendremos en salud pública.

El problema es convencer al gremio médico, convencer a las EPS es muy difícil. Y no se trata de convencerlos para que nos den dinero, es para que ahorren dinero y salven vidas. Es que en el momento en el que se intervenga para algo más que los síntomas, tendremos una batalla más fuerte contra esas enfermedades.

¿Qué enfermedades podrán ser atenidas con esta terapia regenerativa?

Con células madre podemos enfrentar por lo menos 3 tipos de cáncer, la diabetes, la artritis, el ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), el lupus y enfermedades auto inmunes, para las cuales, las células madre ya tienen un efecto comprobado, es que son capaces de inhibir esos efectos negativos y evitar que el cuerpo se dañe.

¿La docencia qué representa para usted?

Es la mejor manera para informar, para generar desarrollo y fuerza en un conocimiento. Es tener a los jóvenes como aliados. Es hablarle a la juventud en cualquiera de las formas, en la docencia directa o indirecta, en grupos de investigación, en semilleros, es poner en el cerebro de los jóvenes la nueva información, para que la sigan elaborando y la dinamicen.

¿Cuál es su batalla?

Bueno, en realidad es que tengamos esta nueva terapéutica en manos de la gente a través de las EPS, es decir que no sea solo para la gente que tenga solvencia económica. Estos son procesos costosos, pero si se hace en volumen es manejable. Si las EPS entienden nuestros procedimientos,  y aceptan que son una oportunidad de verdaderas terapias, podrían ser de uso común, asequibles para la gente; así salvaríamos muchas vidas y mejoraríamos la calidad de vida de otro tanto

¿Ha sentido frustración?

Hoy, no lo sé. Hasta hace algún tiempo era el que no pudiese llegar esta información a la gente. Que se viera como algo raro. Me frustró durante muchos años, pero hoy no tanto, porque ya tenemos medios diversos para compartir lo que hacemos, además estamos impactando.