Hacer un recorrido por las ilustraciones de Jean-François Martin supone un ejercicio inusual de lectura, a primera vista, su manera de componer evoca la contundencia y practicidad que definió al modernismo europeo durante la primera mitad del siglo XX, sin embargo, el lenguaje inquietante de sus imágenes refleja un vigor muy vigente, que invita a observar una y otra vez.
Su proceso involucra una variedad de técnicas en donde sobresalen el uso del collage y el acrílico sobre papel. Sus historias se resuelven entre siluetas, abstracciones y personajes de formas estilizadas. La simpleza en la disposición de los planos resalta lo necesario, las jerarquías parecen anularse entre la interacción de las formas; cada una, discretamente, cumple un propósito.
Así es como este ilustrador nacido en París (1967) nos presenta , aludiendo quizás a un gozo no pretencioso por contar historias, entendiendo cada imagen como el fragmento de una trama caprichosa que se opone al rigor de las estructuras narrativas, y aun así, confrontando al espectador ante un relato difícil de ignorar, expresado en pocas líneas.
Randy Mora
Jean-François Martin