El eje temático en un texto

magu@utp.edu.co

En el artículo anterior se destacó la importancia de los párrafos en un texto. Cómo cada párrafo o grupos sucesivos de párrafos tienen funciones, y cómo estas funciones las determinan los conectores que se utilicen para “unirlos” además de la exposición de ideas en cada uno de ellos.

 Así, en un texto académico o informativo, estas funciones, en general, pueden ser: introducir, desarrollar un tema o asunto en cuestión y concluir o hacer el respectivo cierre. Estos párrafos, con tales funciones a cargo, no pueden ir desligados; los une un eje o hilo temático, para llegar con claridad a los lectores, y cumplir así un cometido o un propósito inicial.

Veamos un texto publicado este año, en un periódico de circulación local:

 

En época de Semana Santa

 

Pereiranos confesaron de qué se arrepienten

 

Hasta de no ir al mundial de fútbol se arrepiente la gente, casi un año después de registrado el evento futbolero en Brasil.

Entre los arrepentimientos confesados […] por los pereiranos están: no haber leído un poco más, no haber hecho nada para amar el ejercicio, haberle corrido a la vida y haberse casado muy joven, entre otros.

 

A propósito de la Semana Mayor que es una época de reflexión, el periódico La Tarde le preguntó a 100 personas de Pereira de distintas edades, estratos sociales y religiones sobre de qué se arrepiente (sic) y las respuestas fueron múltiples y variadas e incluyeron no leer más, no estudiar más o no ser más cercano con los familiares.

Pero según el sondeo telefónico y personal la cuarta parte de los consultados, manifestó que no se arrepiente de nada de lo hecho o actuado hasta hora (sic) y la razón es que si hubiesen hecho las cosas diferentes, su suerte hoy sería otra.

Sin embargo, hubo quienes sí confesaron sus arrepentimientos y entre los que las respuestas más comunes fueron: arrepentirse por no haber estudiado más y de no haber hecho lo que quiso.

Ahora, algunas respuestas fueron bastante particulares, como quien expresó arrepentirse de no haber ido al último mundial de fútbol realizado el año pasado en Brasil; o quien dijo arrepentirse cada día de haber dejado pasar la vida entera sin hacer nada.

El sondeo también indicó que la mayoría de las personas se arrepiente tanto de los actos cometidos como de las omisiones. De hecho muchos evocaron el adagio popular: “es mejor arrepentirse de lo que se hace y no arrepentirse de lo que no se hizo”.

Ahora, para quienes están estrechamente conectados con la parte espiritual, este sentimiento es uno de los primeros principios del evangelio.

http://www.latarde.com/noticias/pereira/148692-pereiranos-confesaron-de-que-se-arrepienten

 

En este texto informativo, además del Título y la Entrada, se pueden observar 6 párrafos.   El primero es introductorio; los cuatro siguientes son de desarrollo  (2°, 3°, 4° y 5°), y el último (6°) concluye o cierra el texto.

Creo que no es acertada la forma como se liga el párrafo inicial  (o introductorio)  con los párrafos de desarrollo, pues el conector pero establece una relación de contraste, cuando apenas se comenzará (el desarrollo) presentando los resultados de la encuesta. El contraste correcto se establece entre el segundo y tercer párrafo con el conector sin embargo, es decir, entre quienes no se arrepienten y quienes sí se arrepienten. El conector que une los dos últimos párrafos de desarrollo: también, da la idea de suma, de adición, de simultaneidad  (una respuesta, más otra…) cuando lo que se dice en este párrafo es una generalidad que incluye (y ayuda a clasificar, además) las otras respuestas enumeradas en los párrafos: introductorio y, primero, segundo y tercero del desarrollo.

Ahora bien, miremos en su conjunto los párrafos tres, cuatro y cinco del texto: es una enumeración caótica[1] de los resultados obtenidos del grupo de los que sí se arrepienten de algo (la mayoría de los encuestados: tres cuartas partes, para ser más exactos).  Enumeración en la cual no se están incluyendo las respuestas que aparecen –sueltas– al final del párrafo introductorio, que dicho sea de paso, en su lugar debió explicitarse mejor la intención que se tenía al ofrecer estos resultados o cómo se iban a cotejar con la época mencionada  (Semana Mayor… época de reflexión), o informar estos resultados a nivel general, o reforzar la importancia de anunciarlos justo en dicha época.

Sin perder de vista que estamos analizando el hilo conductor o eje temático en este texto informativo, terminemos haciendo alusión al último párrafo, que permite concluirlo o cerrarlo. Al parecer, y a juzgar por el título del texto, la intención era resaltar de qué se arrepienten los pereiranos, por lo tanto el cierre debió ajustarse más a esta presunta necesidad del autor y no a la inclusión simple y llana del arrepentimiento en el evangelio. 

Además, desde el punto de vista sintáctico (o de redacción) hay mucha distancia (literalmente hablando) entre la expresión deíctica  (o de señalamiento) utilizada en este párrafo de cierre: este sentimiento y la denominación que está señalando: el arrepentimiento (mencionado al inicio del  segundo párrafo de desarrollo). Este hecho gramatical, sumado al anterior que corresponde al punto de vista semántico o de significado (ambos analizados para el párrafo de cierre), hicieron que, como lectora desprevenida que soy, sintiera que  este cierre se torna abrupto o de todos modos no conclusivo o no resultante de lo dicho en los párrafos anteriores y estructurantes a la vez del texto.

Situándome en el terreno de la comprensión de lectura, considero que el hilo o eje temático de un texto es un enunciado que sintetiza el híbrido que se da entre la idea principal que se quiere configurar (y recrear o explicar o argumentar…) a través de él (de principio a fin) y la intención que encauza  tal idea.

Decir eje o hilo implica pensar en una “columna” que atraviesa, en este caso el texto; los soportes que ayudan a conformar esta columna son los conectores (que unen párrafos) y la consistencia de los párrafos, los cuales cumplen una función general según su ubicación (introducen, desarrollan o concluyen) o específica según el contenido que porten.    

En este caso  (texto informativo citado al inicio), el eje o hilo temático, o simplemente, la temática oscila entre varias opciones, sin ser ninguna de ellas por el análisis presentado en líneas anteriores. Definamos entonces, si el texto, en toda su extensión, da respuesta a uno de los siguientes interrogantes, como opciones para definir su temática:

¿Los pereiranos se arrepienten de algo? (si o no)

¿De qué se arrepienten los pereiranos? (clasificación).

¿Qué  trascendencia  personal o espiritual tienen los arrepentimientos de los pereiranos?

¿Hay relación entre los arrepentimientos de los pereiranos y la reflexión que se da en Semana Santa?

Las partes que tiene este texto, desde el título hasta su último párrafo, y por supuesto sus  respectivos contenidos, dan pistas para creer que responde a uno o unos de los anteriores interrogantes, pero no opta por alguno de ellos exclusivamente.

Si me ubico en la producción de textos, podría decir que al momento de escribir es imprescindible tener clara la idea macro o general que tomará forma en todo el texto y la intención que guiará dicha idea, así, el lector comprenderá fácilmente su temática como un primer acercamiento a su coherencia global.



[1] Operación intelectual ejemplificada y explicada en el libro “Pensamiento y Palabra: pensar, argumentar, hablar, leer y escribir”  (Agudelo, Mesa y Gómez, 2014).