Perfil: conozca al Director de uno de los grupos de Danza más importantes del país, Trietnias.
Álvaro es un costeño en Pereira, de los pocos que se ven por ahí y sobresalen por su forma de hablar, conoce de cultura, como Gabo de realismo mágico y de folclor, como Benedetti de poesía.
Basta con escucharlo hablar para notar su gusto por el vallenato, especialmente por los de Diomedes Díaz, que como dice él, admira como artista y no como persona, claro está, Álvaro es oriundo de Valledupar y sabe cómo suenan las historias de los caciques de su tierra.
Su gusto por la música y la danza es tal que para utilizar un recurso retórico en sus disertaciones no cita libros, autores o teorías; cita canciones y con ello su folclor, es por esto, que más allá de escuchar un refrán traído a colación en una conversación distraída, se refiere al título de una chirimía, a la estrofa de una puya o al sonido de un tambor.
Hoy se puede decir que Álvaro, entre canción y canción, ritmos del pacífico, del atlántico y algo de inspiración, gestó un grupo cuyo reconocimiento superó los bordes del continente, tal vez esa razón fuese la que lo hizo acreedor de un reconocimiento que le adeudaba el Departamento, otra merecida efeméride puesta en su pecho, que se suma a las múltiples distinciones que ha obtenido con su esfuerzo y el de su grupo, que al igual que él, aman la música y la danza, tal vez por eso, cuando recibió dicha distinción, dejó ver un discurso de agradecimiento en el que no paró de resaltar el compromiso de los jóvenes que lo integran y que dejan de lado por un instante los lápices, las reglas, los cuadernos y hasta la cerveza, por un ensayo lleno de sudor, resistencia y talento.