No permitamos que nos pase de nuevo

 

Sé, que en el fondo  de las  emociones de la inmensa mayoría de los miembros de la comunidad universitaria, se  respira de nuevo  la alegría por la renuncia, quizás obligada por las circunstancias políticas,  del más aguerrido representante del autoritarismo  neoliberal  que ha tenido la Universidad Tecnológica de Pereira.

El rector saliente perteneciente a esa rara estirpe de conversos (que en su juventud representaban y militaban en la izquierda) como el psiquiatra Luis Carlos Restrepo, están obligados a rendir examen ante la burguesía y aplicar las políticas más atrasadas y nefastas impulsadas por el mandatario de turno, sea cual sea, y a Luis Enrique le figuró aplicar las políticas de Álvaro Uribe Vélez; no tuvo ningún reparo en mantener en los puestos de dirección a personajes corruptos y denunciados públicamente con el agravante de afirmar que a dichos personajes les debía la “elección democrática” de sus dos últimos   periodos rectorales; igualmente defendió a su entrañable amigo, curiosamente también formado en la izquierda, que fungió como director de ALMA MATER hasta que la PROCURADURIA NACIONAL lo retiró y lo sancionó por varios años a ocupar y negociar con EL ESTADO, permitió que la policía nacional ocupara los predios de la UTP y posteriormente se develarán muchas más cosas que ocurrieron durante su muy larga administración.

Pero la tarea de hoy es rescatar la Democracia en  la institución, cosa que no será fácil, pero tampoco imposible. La decisión de todos nosotros es la clave fundamental para alcanzar tan noble objetivo. Los miedos y temores otrora generados por la persecución de la administración y los incondicionales de la misma, es necesario arrojarlos fuera.

Debemos empezar por reclamar nuestro legítimo derecho  a la participación en las decisiones académicas a través de las salas de profesores deliberativas y decisorias, salas  que fueron abolidas por la administración, quien en cabeza del Secretario General, las excluyó de la estructura orgánica de la Universidad, y el señor ex-rector orientaba a todos los decanos y jefes   de programa para que no reunieran a sus docentes, y así  la verticalidad en la aplicación de sus políticas  no tuviera obstáculo alguno.

Hoy, cuando se avecina la escogencia de un nuevo Rector es el momento para recuperar  algo de la democracia perdida, debemos exigir que nuestra opinión sea tenida en cuenta,  para que la academia recobre algo de su legitimidad perdida. ¿Qué podemos hacer en este momento coyuntural?  Lo mínimo es escuchar las propuestas de los candidatos  a ocupar el cargo de Rector y luego de algún debate que se de en la base profesoral realizar una consulta, en urna cerrada los docentes definirán el voto del representante profesoral, al fin y al cabo  es nuestro representante y de esta manera le evitamos sufrir las presiones que deben estar ejerciendo sobre él los politiqueros de turno, los docentes de base debemos exigir que dicha consulta se realice y que la elección del rector no sea otra encerrona planificada desde la vicerrectoría académica o de algún directorio político como fueron las anteriores.  De igual manera, el voto de los administrativos (Decanos, Directores de Programa, Jefes de departamento etc.) debe ser escogido de la misma manera, no en asamblea levantando la mano, debe darse en urna cerrada y con jurado presente; el representante de los administrativos llevará simplemente la voz de sus representados y no su querer  personal. Los administrativos deben recuperar la dignidad perdida en la anterior administración.

Me imagino que los ex rectores ya se reunieron en un almuerzo en el club  y le definieron el voto a su representante, porque ellos si saben de “democracia”. Ese mismo proceder harán los estudiantes, después de escuchar los candidatos escogerán el mejor programa propuesto para la rectoría. Como el refrán popular, ya que no podemos acceder a la democracia directa, por lo menos recuperemos “el sombrero del ahogado”.

 Si no lo hacemos de manera inmediata, corremos el riesgo de que otra vez se empotren en la dirección de la universidad, de manera inconsulta a sus actores académicos, otras personas pero con la mismos vicios de corrupción y clientelismo  y que se inicie otro largo  y oscuro periodo como el que hoy aparentemente termina con el enriquismo.

Ya se oyen voces que afirman que el nuevo rector ha sido escogido en la oficina del senador Soto y que todo lo que se monte será solo para dar una apariencia de democracia, es posible que sea verdad, pero dejamos nuestra voz de rechazo a estas prácticas politiqueras y solicitamos al Consejo Superior tomar en cuenta la voz de estudiantes, administrativos y docentes para la elección del nuevo Rector de la UTP.

 Nuestra organización sindical  ASPU(su junta directiva), debilitada  por gestión del  enriquismo(O debo decir aranguismo), debe tomar esta oportunidad para REENCAUCHARSE(Salirse de ese silencio sospechoso), haciendo una agresiva convocatoria para la consulta y de paso dinamizar la participación de los asociados para renovar su junta directiva cuyo periodo  hace mucho tiempo se venció.

 Igual llamado hacemos  a los compañeros de SINTRAUNICOL  para emprender, sin más demora la tarea de la consulta a sus bases. También llamamos e invitamos a los estudiantes con sus organizaciones gremiales a organizar la consulta democrática y en general, a todos los demás actores de la vida universitaria.

Si dejamos pasar este momento  coyuntural, tendremos que someternos  a la continuidad de un régimen antidemocrático donde se  continúe pisoteando la academia, se niegue la democracia y se siga excluyendo a la comunidad de académicos para que ejerza su legítimo derecho  de participar en las decisiones propias de la cultura y el conocimiento.

En esta próxima elección de rector debemos estar muy ALERTA.  La politiquería y su más fiel aliada, la corrupción, están al acecho para usurpar  nuevamente la dirección de la UTP.

NO PERMITAMOS QUE NOS PASE DE NUEVO.

Fabio Cardona Muñoz

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