Dicho evento contará con la presencia  del historiador Victor Zuluaga, coautor del libro "La génesis de un mito, la pereirana"; la historiadora, investigadora y feminista, María Inés Echeverry; y la estudiante de Ingeniería Industrial Vanessa Posada, participante del Desafío  2012 y líder de la marcha “Me siento orgullosa de ser pereirana”. 

El estigma sobre la mujer pereirana, nos dice Víctor Zuluaga en su libro "La génesis de un mito, la pereirana", está asociado a dos hechos importantes:

El primero de ellos, las ferias y fiestas que empezaron a realizarse en la Ciudad hacia finales del siglo  XIX,  las cuales le permitieron a Pereira hacerse conocer a nivel nacional por la gran afluencia de productos de todas las regiones, en ellas era posible exportar algunos productos de la región y así mismo aprovisionarse de otros que no se producían acá.   Los dirigentes quisieron aprovechar la situación geográfica que posee la región, en cuanto a un cruce de caminos que conducen a Antioquía, Valle del Cauca y Tolima.  Según el historiador Hugo Ángel “durante esta época se desarrollaban verdaderos bacanales, juegos prohibidos  y llegaban de otras ciudades y del campo una gran cantidad de mujeres dispuestas a comerciar con su cuerpo…” 

El segundo hecho estaba coligado a la incorporación de la mujer en la actividad laboral de las trilladoras y manufacturas.  El esfuerzo de la industrialización que se empieza a dar en 1920 y 1930, en la región, genera la creación de las primeras fábricas desde una perspectiva moderna y con ellas la vinculación de la mujer al ámbito industrial, lo cual trajo nuevos fenómenos sociales como: la creación del primer sindicato, la primera huelga de las escogedoras de café en 1932 entre otros, así mismo se empieza a generar una relación distinta entre hombres y mujeres mediada por el poder económico que éstas empiezan a adquirir.

Si bien el mito de la mujer pereirana tiene un origen histórico, en la actualidad éste se reconfigura a la luz de las lógicas del mercado y del comercio, nuevos fenómenos sociales lo complejizan.   Esta problemática nos lleva a dilucidar alrededor de las estructuras de poder que se esconde detrás del mito y que evidencia una relación de hegemonía hombre-mujer  en detrimento de esta última.