Círculo Virtuoso: una apuesta por el futuro de Risaralda

 

Carlitos nació el 2 de enero del 2010 en una familia humilde de la ciudad de Pereira, el mismo día nació Luis, un niño que para el común de las personas fue afortunado, al nacer en una familia “acomodada” de estrato 6. De acuerdo a la situación económica de Colombia, se pensaría que los dos niños nacidos el mismo día se enfrentarían a una realidad y a una educación diferente.

Hoy ambos niños tienen 4 años, Luis asiste a un colegio bilingüe ubicado en una zona campestre de la ciudad de Pereira, aprende inglés, sabe de robótica y pronuncia mejor la palabra good morning class que el común de la gente, ya sabe escribir su nombre y el de sus papás.

Por otro lado, Carlitos es el hijo de una morocha de acero, de esas que levanta el polvo de Tokio cuando anda, una mujer de corazón noble que siempre sonríe y saluda a quien se encuentra, ella cuenta con la gracia de tener un despertador biológico que se enciende todos los días a las 5:00 a. m. y la lleva a emprender su predecible rutina: despachar a su esposo para el trabajo y a Carlitos para la escuela, impecable como siempre, ella se hace una trenza apretada y lo lleva al Centro de Desarrollo Infantil CDI “Perlitas del Otún”, donde Carlitos llega saludando a su compañeros en inglés, good morning class y good morning teacher, su mamá se queda sorprendida, como la primera vez que llegó a la casa diciéndole: good morning, i love you mamita. Tal vez ella no entienda mucho de lo que le dice, pero sabe que su hijo cada vez se proyecta más al futuro. 
 
Carlitos al igual que Luis, sabe de robótica y de música, sabe la diferencia entre una lira y un arpa, también el número de cuerdas que tiene una guitarra y la tradicional canción de la “Serpiente de Tierra Caliente”. Una grata experiencia que Carlitos siempre recordará, fue cuando vio como una cebolla que sus maestras le enseñaron a sembrar en la huerta de la escuela, brotó de la tierra como por arte de magia, y luego en la cocina de la escuela le dio sabor al almuerzo que todos compartieron.
 
El barrio Tokio, lugar donde vive Carlitos padece las dificultades de cualquier barrio de una capital, la violencia intrafamiliar, la guerra entre pandillas, y otros problemas sociales, hacen parte de la realidad de muchos niños, que aún viviendo esta problemática proyectan otro futuro en sus hombros, nuevas generaciones de niños llenos de sueños e ideas, formados en ciencia, cultura ciudadana, música, informática, bilingüismo, con proyectos de vida claros, niños que forjarán su adolescencia en los salones de clases del colegio Jaime Salazar Robledo, y su futuro profesional en la Universidad Tecnológica de Pereira.
 
Es así que en el CDI “Perlitas del Otún”, se forma una sinergia entre la creatividad y las ilusiones de instituciones de la región que pensaron en la infancia, en su bienestar y más allá de la típica utopía de verlos como el futuro, los ven desde el presente: la Universidad Tecnológica de Pereira, Alcaldía de Pereira, Comfamiliar Risaralda, Funda Alimentos y el ICBF, empresas que no esperaron a que llegara el futuro, desde ya trabajan por el bienestar.
 
Vale la pena decir que este tipo de realidades no se construyen solas, se necesita más que una profesión para enseñar valores, para formar seres con proyecto de vida, y eso lo tienen claro las cerca de 50 personas que atienden a estos 308 niños en el CDI, desde las 8:00 de la mañana y hasta las 4:00 de la tarde, una educadora especial, una auxiliar de enfermería, 2 pedagogas, docentes de TIC, artes, música, recreación, deporte y una trabajadora social, entre otras.
 
La brecha social que ha marcado la economía entre Luis y Carlitos es sobrepasada, aún siendo de barrios y estratos distintos, Carlitos se educa con énfasis en atención integral, con iniciación en lengua inglesa, desarrollo del pensamiento científico y creativo, salud sensorial, acompañamiento psicosocial a las familias, y formación de formadores; herramientas necesarias para ingresar a la Universidad y luego seguir labrando el proyecto de vida con el acompañamiento de la Red de Nodos de Innovación, Ciencia y Tecnología.
 
En este sentido, el Círculo Virtuoso es un proyecto que nace en el Plan de Desarrollo de la Universidad Tecnológica de Pereira y se consolida como proyecto de alto impacto de la Sociedad en Movimiento, luego se incorpora como parte del Pacto Social que se firmó y que la actual administración ha cumplido cristalizándolo en el Plan de Desarrollo Municipal; a partir de ese momento se genera la alianza entre Alcaldía, UTP, ICBF y Comfamiliar, para promover una educación integral, iniciando su primera fase en el 2012 con los niños de Tokio.
 
Adrián Cardona Alzate, secretario Técnico de la Sociedad en Movimiento dijo: “El Círculo Virtuoso busca contribuir a que la educación sea un proyecto de vida cierto y exitoso, disminuir las inequidades entre las diferentes ofertas formativas públicas y privadas del municipio, para que los niños vean posibilidad de construir su proyecto de vida dentro del sistema educativo, además acompañarlos en su ciclo vital hasta que sean adultos productivos, al articular los diferentes eslabones de la educación, la ciencia, tecnología, innovación, competitividad y emprendimiento de base comunitaria”.
 
Viviana Lucía Barney Palacín, jefe de la Oficina de Planeación de la UTP, afirmó: “Este proyecto busca la articulación de todos los niveles del sistema educativo, con el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, y el Sistema de Competitividad Departamental, con su proyecto prioritario de la Red de Nodos de Innovación, Ciencia y Tecnología, empezando con un primer eslabón en la primera infancia, con la experiencia piloto denominada Pereira Virtuosa e Innovadora, que se focalizó en el CDI “Perlitas del Otún”, en la comunidad vulnerable del barrio Tokio, de la comuna Villa Santana, beneficiando a 308 niños, sus familias y el personal del Centro”.
 
El Círculo Virtuoso es una oportunidad en el presente, para que niños como Carlitos lleguen a la Universidad en el futuro, y para que padres de familia de todo el país se sorprendan cuando alguno de sus hijos llegue a casa diciendo good morning. 
 
Pereira necesita por lo menos 27 nuevos CDI de 500 niños cada uno, para cubrir la demanda potencial de los estratos 1 y 2 (15.156 niños y niñas). La Alcaldía de Pereira quiere mejorar su atención a la primera infancia: ha establecido 11 lotes potenciales para nuevos CDI y ha prometido iniciar con la construcción de 2 nuevos CDI antes de terminar el cuatrienio.
 
Este año se ejecuta la tercera fase de Pereira Virtuosa e Innovadora, ampliando sus acciones además de Tokio, al CDI de Puerto Caldas y al CDI Otún en el barrio Galán, serán por lo menos 2200 niños y sus familias los beneficiados, además de una articulación con las Universidad Libre, Andina y UTP, con los nodos de Biotecnología, Indumentaria y KPO, así mismo, con los centros de emprendimiento de la Alcaldía.