A una semana de las elecciones presidenciales de segunda vuelta  se me hace que lo que  habrá de pasar esta muy definido.  Los electores tienen ya muy decidido cómo votarán y poco puede hacerse en el sentido de modificarlo.  Quizás los márgenes están en quienes votan en blanco y en los abstencionistas que todavía tienen tiempo de animarse o cambiar de opinión y que son la mayoría.  Aquí valen los mayores esfuerzos. Es un deber ciudadano votar.

 

Nadie puede decir con certeza cuál será el resultado, cualquier cosa puede pasar sin que vaya a ser el fin del mundo para nadie.  Habrá tiempo de valorar por qué pasó una u otra cosa y seguramente no llegarán a acuerdos los analistas porque se trata de ciencia social, siempre sujeta a relatividades.

 

Un libro reciente sobre Big Data explica como la posibilidad de tener tantos datos y en línea está cambiando el paradigma de buscar las causas a las que somos afectos desde tiempos inmemoriales.  Siempre andamos detrás del por qué, aunque esta búsqueda nos lleve a conclusiones equivocadas; ahora estamos enfrentados a aceptar y buscar el "qué”. Es decir, más que la explicación hay que registrar lo que está pasando y actuar en consecuencia. El exceso de racionalidad a veces nos impide ver el mundo tal como es.

 

Los estadísticos han demostrado que una muestra binaria (si o no) de 1100 observaciones aleatorias, en 19 de 20 casos arrojan sobre el universo un pronóstico de resultado con un margen de error del 3%; algo que ya se repite como verdad revelada sin mucha profundidad.  Claro que siempre se deja la advertencia de haber sido una fotografía en el momento.

 

Ahora la muestra es igual a la totalidad y aunque vengan errores y ruidos en los datos recolectados, hay decisiones que pueden tomarse y son muy útiles en muchos aspectos.  Se puede además en tiempo real, o sin mucha demora,  conocer la variabilidad del "qué".  La totalidad de los datos nos llevan a descubrir lo que no imaginábamos siquiera.  La casualidad le cede el paso a la correlación y el pronóstico a la realidad.

 

Después de este recreo conceptual  volvamos al tema. Después de conocer los resultados el domingo 15 de junio  tendremos que acomodarnos para convivir y hacer entre todos lo mejor para sacar este país adelante.

 

Tenemos que prepararnos para manejar el tema de los grupos armados con su complejidad de narcotráfico y terrorismo buscando acuerdos.  Si la forma de encararlo ha sido motivo de enormes diferencias y eje de las decisiones electorales, una vez definida la suerte de los actuales contendientes deberá buscarse la forma de atenderlo como un asunto de Estado.  Si todas las partes coinciden en que las guerras terminan en mesas de negociación, sea hoy o mañana,  tenemos que enfrentarlo de  manera unitaria. De otra manera no llegaremos a ninguna parte.