Estuve revisando documentos sobre las luchas  estudiantiles del 71 en Colombia, reputadas como las más  importantes desde el punto de vista de la potencia de las movilizaciones y las protestas que en ellas se produjeron.

 

Los estudiantes se unificaron finalmente en lo que llamaron El  Programa Mínimo, además de las reivindicaciones locales, como  se acostumbra. Ese programa contenía esencialmente tres puntos: 1- No a la financiación de la  Educación Superior a través de empréstitos  extranjeros. 2- La Investigación debía  ser dirigida y adelantada por nacionales y no por extranjeros y 3- No a la participación de los gremios y  el clero en los Consejos Superiores de las Universidades y reconfiguración  de los mismos  con profesores y estudiantes. Este último fungía como el problema central.

 

Para la época había una gran influencia de agrupaciones de izquierda en las Universidades, estimuladas e inspiradas en gran parte,  por los coletazos  de la llamada Guerra Fría que confrontaba la  Unión Soviética, por el nuevo modelo puesto en boga por revolución China, y por la revolución Cubana. La ácida disputa ideológica entre todas  ellas era característica.

 

Estaban  muy recientes los hechos de  mayo del 68 en Francia,  donde los estudiantes y los obreros  asumieron posiciones muy masivas y  beligerantes al lado del partido comunista.

 

Un clima anti imperialista subido recorría las Universidades Colombianas  y gran parte de la sociedad. No solamente en las Universidades Públicas, también  en las privadas tuvo asiento.

 

El estado se sitio  se declaró  por parte del Gobierno del frente Nacional, en cabeza de Misael Pastrana Borrero, como respuesta a las tomas, disturbios  y enfrentamientos  en las calles  y  en las Universidades.

 

En virtud del estado de sitio el Gobierno expidió el decreto 1259 de 1971 mediante el cual se le entregaron todas las facultades de los distintos organismos de las Universidades a los rectores  de cada Universidad para que estos  buscaran  prestablecer la normalidad profundamente alterada. En varias Universidades se perdieron  los dos semestres académicos.

 

Oficiaba como Ministro de Educación Luis Carlos Galán Sarmiento, joven liberal de tendencia renovadora,  quien profesaba un talante que propiciaba el diálogo. Fruto de él,  fue posible que se hicieran acuerdos para instalar el llamado Cogobierno, a través de Consejos Provisionales Universitarios, que asumieran el Gobierno de las Universidades con delegados de profesores y estudiantes en la Universidad Nacional y en la Universidad de Antioquia. Las distintas  vertientes del movimiento estudiantil no se pudieron poner de acuerdo, los radicales acusaron la emergencia en los acuerdos logrados de una actitud reformista que castraba la revolución. En la instalación del Consejo provisional en la Universidad Nacional,  le quemaron el carro al Ministro de Educación Nacional. Hasta ahí llego el Cogobierno.

 

Carlos Marx solía decir que la violencia es la partera de la Historia, lo cual  ya no parece vigente. Pero también dijo que quien no conoce la historia está condenado a  repetirla.

 

Mientras la violencia política  no se erradique y se acepte coherentemente el camino del diálogo  la sociedad seguirá  dando tumbos.

 

 

Luis Enrique Arango Jiménez