Además de estas dos categorías, existen muchas otras derivadas que dan cuenta de la diversidad que encierra la cultura gastronómica.
El médico cirujano Juan Miguel Arbeláez, de la UTP, nos explica que existen clasificaciones de acuerdo al tipo de alimentación, que van desde la omnívora, es decir donde las personas comen de todo; ovívora, que consumen huevos; lacto vegetariana, para quienes solo comen la leche y derivados de los animales, vegetales, legumbres, granos; la ovo - lacto - vegetariana, que incluye el consumo de huevo y leche, y finalmente la vegana, que agrupa a quienes no consumen nada que provenga de los animales.
Y el tema es más complejo aún pues tiene implicaciones éticas, estéticas, morales y, por supuesto, ambientales y de salud.
La Universidad Tecnológica, a través de la Vicerrectoría de Responsabilidad Social y Bienestar Universitario se constituye en la primera universidad en Colombia en acoger institucionalmente esta propuesta ya que en restaurantes de algunas universidades ofrecen la opción vegana pero no cuentan con un apoyo institucional.
Este espacio de sensibilización enfocado a la comunidad universitaria, ofreciéndoles opciones veganas para el almuerzo en 5 de las 8 cafeterías: El galpón, Bloque H, los cafés al paso de la Biblioteca Jorge Roa y la terraza del bloque “Y” y La Barrita.
La funcionaria Carolina Alzate Cortés, dijo que se trata de darle respuesta a una solicitud de un grupo de estudiantes, iniciativa que partió desde lo moral, lo ético, la sostenibilidad del medio ambiente, “para impactar no solo a la comunidad vegetariana o a la vegana, sino a cualquier persona que se quiera alimentar saludablemente o esté pensando en un planeta más sostenible”.
De su lado, el médico Miguel Arbeláez, declaró que “Al abandonar la costumbre de alimentarnos con animales muertos, estamos liberando nuestro cuerpo de una fuente permanente de toxinas que se pudren dentro de nosotros, se da un proceso de descomposición, porque nuestro sistema esta intoxicado con estos alimentos”, precisa el médico.
Según Arbeláez, bastaría con hacer el proceso de tres meses de no comer carnes para ver la mejoría en la salud en los parámetros que se miden en la medicina moderna, como son la tensión arterial, las alteraciones en el azúcar, el colesterol, los triglicéridos. “Se ve un cambio, mejora el perfil lipídico, el colesterol y además se siente uno mucho mejor, más vivo, más despierto, menos cansado, menos enfermo”.
Mitos y realidades
Según Gustavo Alberto Ruiz, médico cirujano egresado de la UTP con especialización en medicina biología molecular, “nos vendieron la idea que si no comemos proteínas de origen animal nos íbamos a desnutrir y el organismo perdería cualidades, pero eso es completamente manipulado, es falso porque al torrente sanguíneo no entran cadenas completas de los alimentos.
“El organismo hace una digestión a la mínima expresión que son los eslabones, la alimentación vegana vs la alimentación tradicional nos divide las proteínas, creemos que sin proteínas nos desnutrimos y eso es falso, una de las grandes dificultades es que estamos adiestrados en mitos mezclados con verdades y mentiras según el comercio y la actividad social, si suministramos todos los aminoácidos que requiere el cuerpo o si no se desnutre y que están hasta incluidos en plantas mágicas que son la quinua y el amaranto que contienen estos aminoácidos, no requerimos introducir en nuestro cuerpo la carne, una alimentación con granos, cereales y grasa de buena calidad que no sea animal ni canola, si comemos vegetariano nunca nos desnutriremos si no nos faltan los aminoácidos.
“Las proteínas de los granos mezclados con cereales son suficientes para una buena nutrición, si hay proteína de granos sumada a un cereal. No necesitamos comer carne y no necesitamos interrumpirle el proceso de vida otros seres, debemos ser responsables y considerados con el medio ambiente”.