En la columna que se adjunta manifiesta que vivimos en estado de deseo y no de arte, vivimos para consumir, usar y eliminar, incluso destruimos a fin de crear la cosa capaz de satisfacer la insaciable fuente de deseo. Si crear es propio del arte, aquí se vuelve propio del egoísmo, ¿quién no se ha sentido usado o ha visto como usan a las personas para beneficios y afanes egoístas? ¿Qué sucede cuando aquella persona ya no es útil? ¿O es usted quien habitualmente usa a las personas?