La cancelación del segundo semestre de 2013: la definitiva desinstitucionalización de la Universidad Tecnológica de Pereira

 

El acuerdo 29 de 23 de octubre del Consejo Superior cancela el segundo semestre del año 2013 de forma irresponsable y antidemocrática donde se leen más las excepciones a la norma que una directriz de política académica.

 

No es gratuito que después de ser emitida tal resolución, esta sea entendida como una cancelación SELECTIVA del semestre --- para los estudiantes que en derecho de la protesta entraron a paro----, y,  por otra parte, se interprete como la EXPULSIÓN de la comunidad universitaria, no solamente a los estudiantes “negligentes” sino, además y, por carambola, a los profesores catedráticos eternas víctimas de estas situaciones que sólo hasta el lunes 28 de octubre pertenecieron a nuestra institución.

 

En la declaración de motivos como en el acuerdo mismo pulula un régimen discrecional:

Están exentos de la cancelación de semestre: los estudiantes de los programas de Medicina, Atención Prehospitalaria, Administración Industrial, los programas de Intercambio en ambas direcciones,  los posgrados, los programas ofrecidos en los distintos CERES  y  los ofrecidos en Extensión; del mismo modo, los estudiantes que en condiciones de anormalidad continuaron en clase, prácticas o laboratorios (poco importa que haya sido en los cubículos de los profesores, la biblioteca, en los pasillos, o en cualquier tipo de establecimiento o espacio público por fuera de la Universidad, la presentación de exámenes en el parque  de los Álamos, por ejemplo) y, finalmente, los estudiantes que deseen continuar con las clases del ILEX.

 

En esta ambigua decisión, los profesores tenemos la oportunidad de capacitarnos gratuitamente en cursos virtuales, de disfrutar de vacaciones adelantadas, de continuar con nuestros proyectos de investigación y extensión y de volvernos unos verdaderos notarios (casi reyes) porque con nuestra firma podemos certificar notas, asistencias e inasistencias. En esta semestre cancelado, también se observa un día después en El Galpón y al frente del edificio administrativo, como se continuaba amplificando a ritmo de reguetón y electrónica, fiestas de integración del Hallowen, en una “Universidad Desintegrada”.

 

“En nombre del respeto de la institucionalidad se ha desinstitucionalizado la Universidad” así lo evidencia unas directrices operativas surgidas al día anterior sin ningún tipo de criterio académico, donde se exhorta “al sálvese quien pueda” siempre y cuando un docente certifique “él” y no el “Consejo Superior”, al estudiante que por apatía al movimiento estudiantil, pueda continuar el semestre académico.

 

Ahora el profesor catedrático tiene todo el poder conferido por el Consejo Superior para definir la continuación del semestre de cada estudiante, finalmente se puede entender el verdadero poder de los profesores ocasionales que el Rector se comprometió a fortalecer desde su administración, paradójica situación cuando después de tener la posibilidad de cancelar numerosos semestres, de numerosos estudiantes ( y de salvar otros tantos), al otro día le será cancelado un contrato que no se le ha entregado.

 

Sin argumentos académicos, sin derecho a la igualdad, sin unas claras directrices, este tipo de acuerdos mal escritos (leer el gazapo de los cursos “sobrevivientes”) ahondan la crisis de legitimidad del gobierno universitario. Lloverán las cartas y actos simbólicos de protesta, los derechos de petición y las tutelas. Lógica consecuencia de decisiones discrecionales. Sólo el diálogo inteligente  podría regular actuaciones tan infortunadas. Exhortamos entonces un verdadero acuerdo, que no surja de aspectos formales, coyunturales y divisionistas sino de un Consejo Superior digno de lo que representa y no inferior a lo que exigen las circunstancias de una institución tan importante para la sociedad, como lo es nuestra Universidad Pública.

 

Ser responsable es tener la capacidad de dar respuesta: ¿será posible para nuestro gobierno universitario satisfacer todas dudas sobre todo desde lo “legal”? 

 

Posdata: ¿Qué pasará con la matrícula de los estudiantes? Y ¿cuál es la normatividad que cobija dar clases por fuera de la institución?

 

ASPU RISARALDA