Algunas inquietudes al Rector

 

 

Como miembros y actores de la comunidad universitaria de la Universidad Tecnológica de Pereira, nos sentimos llamados a expresar un profundo dolor por la desaparición de la Universidad como escenario y como práctica de lo político, de lo ético, de lo moral y de lo justo, en pos de un modelo empresarial, estadístico y deshumanizado.

 

En este momento no hay espacios para trabajar y no hay las garantías al interior de la Universidad.

 

En situaciones anteriores de conflicto con los estudiantes el tiempo para recuperar semestre ha sido máximo de 10 semanas y es muy contradictorio en una política de alta calidad que la Administración insista, a cuentas de acabar el paro, de manejar un criterio de tiempo que atenta contra la política de alta acreditación que se viene implementando.

 

Las decisiones de tipo administrativo tomadas en el acuerdo No 29 del 23 de octubre de 2013 Consejo Superior de la UTP y en la carta firmada por la señora María Teresa Vélez Ángel, de nuevo, como ha pasado en otras situaciones de conflicto confronta a los estudiantes con los docentes, generando situaciones que llegan a la violencia, la agresión, el desprestigio, el señalamiento como nos viene pasando a los profesores de la escuela de ciencias sociales en los últimos días al hacernos ver como únicos responsables de la presencia académica de los estudiantes.

 

Se está jugando con los roles y funciones de todo el estamento universitario para ver cual bola le pega a otra y hacer un “chico” que rompa con el movimiento establecido por los estudiantes. Por ejemplo: solicitar a los profesores utilizar como vía de legalización de su accionar un sistema de información que presenta muchas fallas en su funcionamiento y no siempre es la vía más adecuada de comunicación administrativa.

Uno de los elementos que se está logrando es incrementar la desconfianza. Lo que en un futuro solo generará ruidos comunicativos en las dinámicas de los programas y de las Facultades.

De nuevo se ponen en riesgo los supuestos beneficios dados a los estudiantes para comprometer su conciencia, su perspectiva ideológica y su derecho a la gremialidad.

En este momento se está olvidando la esencia de nuestra función que es la educación y la producción de conocimiento a cambio de mantener un modelo autoritario que imposibilita las vías de diálogo y mediación.

 

Comité curricular,

Licenciatura en Etnoeducación Desarrollo Comunitario.

Universidad Tecnológica de Pereira

28 de octubre de 2013