El siguiente es el texto de la comunicación, denominado "Retomar el espíritu fundacional de la MANE para enfrentar a Santos":

Desde su nacimiento, la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE, ha establecido tres pilares fundamentales: i) un programa democrático y antiimperialista, ii) el carácter masivo y creativo de la movilización y iii) criterios organizativos, que apelan a mecanismos democráticos para resolver las diferencias. Tales han sido los elementos definitivos para la consolidación de una herramienta gremial que permita al estudiantado enfrentar la política educativa de Juan Manuel Santos, inspirada en los TLC, y construir y defender una propuesta de educación superior como derecho fundamental y bien común. Estos factores contribuyeron al desarrollo efectivo de las masivas movilizaciones del año 2011 y el Paro Nacional Universitario que dio al traste con la lesiva reforma a la Ley 30 propuesta por el gobierno nacional. Acogiendo esa experiencia, en el VIII Plenario de la MANE celebrado en la Universidad Nacional el 5 y 6 de octubre, la propuesta de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, consistió en retomar el espíritu fundacional que inspiró la creación de este poderoso instrumento de lucha de los estudiantes.

 

Tras dos días de discusión se acordó el llamamiento al Paro Nacional Educativo, cuya principal tarea sería el cese de actividades académicas previsto para el 16 y 17 de octubre, y la continuidad del mismo luego del 20 de octubre, dependería de la valoración que cada universidad hiciera. Los objetivos de esta agenda son: I) el reconocimiento del déficit presupuestal de $11.3 billones de pesos que acumulan las universidades públicas y la inyección de una suma importante para paliar su crisis, II) la instalación de una mesa permanente de discusión con el gobierno sobre la situación y la reforma de la educación superior, III) la instalación de mesas locales para resolver los pliegos de ciertas universidades y IV) la garantía de libertades democráticas para la organización, la movilización y la protesta.

 

El panorama nacional que afronta el movimiento estudiantil, el desarrollo de las tareas previstas para finalizar el semestre, así como el balance de la movilización en las universidades son las razones centrales que nos conducen a señalar que el movimiento estudiantil vive una situación de reflujo, dificultad y heterogeneidad en el estado de ánimo de los estudiantes y en su capacidad de movilización. Sólo 4 de las 32 universidades públicas están en cese de actividades, con objetivos de lucha diversos y, contrario a lo esperado, han perdido fuerza con el paso del tiempo. Por otro lado, la actuación del gobierno de Santos, a nivel nacional y local, consiste en dilatar la solución de los problemas centrales que sufre la universidad colombiana con el objetivo de propiciar el desgaste, el desespero, la cancelación de semestres y la división de los estudiantes, actitud que el gobierno ha acompañado con la implementación de los nuevos lineamientos de la OCDE y del Banco Mundial bajo el formato de política pública de educación superior y avalada por el CESU.

 

Sopesar y discutir tales aspectos de manera democrática en asambleas estudiantiles amplias y concurridas, debe ser requisito previo para guiar la táctica adoptada en cada universidad, de manera que permita orientar movilizaciones creativas y escalonadas o los repliegues que le brinden al estudiantado la opción de salir cohesionado y fortalecido en defensa de sus postulados. Solo la valoración precisa del estado de ánimo del estudiantado permitirá trazar una táctica adecuada para afrontar con suficiencia el momento actual.

 

A la par de un balance realista de la condición actual del movimiento estudiantil, debemos blindar, tanto en materia técnica como en el ámbito académico, la Propuesta Alternativa de Educación Superior que ha construido la MANE, junto a los demás sectores de la comunidad educativa, a fin de ofrecerle al país una propuesta que permita unir, en primer lugar a estudiantes de universidades públicas, privadas, SENA e instituciones técnicas y tecnológicas, y luego, al grueso de los sectores sociales en procura de una nueva educación para un país con soberanía, democracia y paz. Sólo juntando una fuerza de esa magnitud lograremos transformar la educación superior en Colombia.

 

En momentos como este lo que debe guiar el accionar de cada expresión de la MANE es el fortalecimiento de los acuerdos en la toma de decisiones, el respaldo a las instancias locales y nacionales, el funcionamiento orgánico de las mesas locales o de los espacios de coordinación de cada universidad y el restablecimiento de la confianza entre las diversas expresiones comprometidas con la MANE. Las actuaciones de índole unilateral sólo conducen a mayor fragmentación del movimiento; que la agenda no se desarrolle con éxito; suscribir acuerdos vanos con funcionarios gubernamentales de segundo orden como lo sucedido en el ICETEX; a manejos unilaterales de las comunicaciones de la Mane; que las tareas pierdan la contundencia y eficacia requeridas para alcanzar los objetivos convenidos, y en consecuencia, se expone al movimiento estudiantil a divisiones, derrotas y desprestigio que minan su avance.

 

El cese de actividades del 16 y 17 de octubre sirvió para posicionar nuevamente la crisis financiera que viven las universidades públicas y desnudar la reticencia del Gobierno Nacional para darle pronta y eficaz solución. Aún así es evidente e innegable que la movilización no tuvo una contundencia semejante a la de jornadas anteriores. Por consiguiente, el reto radica en darle continuidad a la agenda trazada acorde al ánimo del estudiantado en cada universidad, sin atropellar o desconocer la realidad que vive el movimiento estudiantil, ni mucho menos a quienes tienen una visión académica o política diferente. Una actuación desligada del sentir y el anhelo de los estudiantes sólo generará más apatía y separación entre el accionar de la MANE y el del conjunto del estamento.

 

Ante las particularidades de la coyuntura, pretender reemplazar las movilizaciones masivas de la MANE por acciones aisladas, supone un desconocimiento de las lecciones aprendidas durante el 2011, y a su vez, expone al movimiento universitario a sufrir serios tropiezos. Le resta posibilidades de brindar respuestas masivas y oportunas ante nuevas medidas de orden represivo y privatizador que pretenda aplicar el Gobierno de Juan Manuel Santos.

La Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, hace un llamado fraternal y unitario a retomar de manera franca los acuerdos fundacionales de la MANE en los diferentes ámbitos: programático, organizativo y de movilización, con el objetivo de salvaguardar la organización gremial más acabada que ha construido el movimiento estudiantil en décadas, para la defensa de sus intereses y los de la educación superior en Colombia. Sólo de esta manera sentaremos las bases para preparar la enorme batalla que se avizora contra la política pública que adelanta el gobierno Nacional junto con el CESU y que además nos permitirá defender la Propuesta Alternativa de Educación Superior que hemos construido hombro a hombro al interior de la MANE.