Don Jenaro Correa Marulanda llevó a su familia en el bus número 9 de la empresa Urbanos Perla del Otún a un paseo dominical en el año 1961, se estacionó al frente de las edificaciones de lo que los pereiranos empezaban a conocer como la “Universidad Técnológica de Pereira”; de esta forma invitó a sus hijos para que apreciaran ese hecho que cambiaría la visión comercial de ciudad en formación, a una sociedad de desarrollada tenológicamente y con espacios académicos de gran proyección.

No solo a este transportador, si no a toda la sociedad pereirana, llamó la atención de este sueño convertido en realidad por el guatecano Jorge Roa Martínez quien había propuesto para el centenario de la ciudad de las doscientas cincuenta mil sonrisas, la construcción del centro educativo de gran envergadura en un apartado lugar.

El ingreso al centro educativo se hacía por la calle 14 en una pendiente hacia al sur en el barrio “Ciudad Jardín”, girando a la izquierda hacia el oriente, en terreno destapado en el follaje de los especies nativas y los cañaduzales, se encontraban inicialmente, las primeras edificaciones donde funcionan como hasta la fecha sus oficinas administrativas y las primeras aulas, al lado de estas, otra estructura de aulas en obra negra que apenas se insinuaba; los pocos alumnos y el personal administrativo se transportaban en dos buses amarillos donados por los cuerpos de paz estadinenses al proyecto que catapultaría la “Villa de Cañarte” a la metropolis de hoy.

Cuatro o cinco años después los dos buses amarillos de la universidad no tenían la capacidad para llevar una población estudiantil cada vez más abundante proveniente de todas partes del país,  muchos de ellos oriundos de los departamentos costeros o sabaneros del norte y otros del Chocó asi como tolimenses, vallunos y de otras ciudades circunvecinas.

Este hecho, en modo alguno, habría de pasar inadvertido para Don Jenaro, tozudo transportador quien tenía a su haber trazados de gran éxito en el transporte urbano de su empresa como fueron los que se conocieron de Libaré a Matecaña que cruzaba la ciudad de oriente a occidente, seguido por otro el de la ruta del barrio Bostón (alargada posteriormente al barrio El Jardín) a Alfonso López y el tercero del barrio San Luis a la Esperanza, conocidas en su orden como las rutas uno, dos y tres. Lea el artículo completo aquí (...)

 


Pie de foto:

En la fotografía el bus N° 9 Ford 600, modelo 54; en la fotografía el bus está al lado derecho de una de las bombas del rio Otún, antes de la entrada al barrio San Judas.