"Presentación en Sociedad"

Por: Oscar Salamanca

Profesor Asociado UTP

 

 

Pertenece al campo de la comprensión por el comportamiento contemporáneo de la imagen, realizar una cruda mirada diagnóstica, con el propósito de afianzar un pensamiento y al mismo tiempo crear el ambiente apropiado para generar crítica ( no existe critica destructiva ni constructiva, solo existe la crítica). La presente columna llamada Disangelio surge de una sensación encontrada en algunas intuiciones del arte, un arte actual marcado por la relación entre contextos y formas diversas de visualización. Es así que la mirada disangélica nos demuestra una otredad pintada por un lanzamiento o una llamada:  es lo contrario a la buena nueva como un augurio de lo sensible, artístico y para literario.

 

Entre los años 1988-1992 el crítico de arte José Hernán Aguilar mantuvo una columna de opinión en el diario El Tiempo la cual se convirtió en un escenario constante de consulta como un ágora donde todos , estudiantes de arte, profesores desconocidos, artistas aburridos de enseñar en clases y artistas domingueros aspirábamos al beneplácito del comentario que permitiera un poco de visualidad o auto reconocimiento.

 

De aquella columna del profesor de historia y teoría de la Universidad Nacional me queda la sinergia provocadora de palabras concretas dichas con conocimiento y certeza. Por ello ahora me enfrento a una cita quincenal para recuperar en un lugar público la disciplina del artista que necesita de la reflexión escrita a partir del juego, el juego por ubicarse en el convulsionado y confuso territorio del arte de hoy. Mi pretensión es simple: explorar la complejidad del pensamiento mediado por la exploración de temas, técnicas e intuiciones para hacer y desde allí, desde aquella performatividad del hacer, seducir procesos de transformación que coadyuven al arte de la región en un entorno nacional e incluso internacional, ¿por qué no?

 

En Colombia el panorama de la crítica del arte se ha desvanecido paulatinamente a pesar de la urgente necesidad que ella representa en aras de identificar las estrategias y los argumentos fuertes que dinamizan posturas artísticas y prácticas nocionales de un ejercicio basado en relaciones entre técnica y concepto. La academia de igual manera, sufre por la falta de crítica, tanto que reina en los programas una actitud contraria a manifestar abiertamente nuestro pensamiento por temor a la animadversión del colega, del compañero, olvidando que el principio de la educación en general se basa en la disidencia del pensamiento. Los profesores nos autocensuramos, los estudiantes se reservan sus opiniones y así, poco a poco, se va minando el espacio de confrontación, respeto y tolerancia en una pronunciada estética zombi que aparenta estar viva mientras se desborona en fragmentos cadavéricos. En su lugar , en el lugar de la crítica, se impone la dictadura del silencio conveniente el cual deja a su lado mediocridad, miedo y resistencia ante lo nuevo desconocido.

 

Mi esperanza con las líneas que me propongo compartir, consiste en encontrar la atención del lector curioso sediento por nociones de cambio que le lleven a sentirse permanentemente en situación, una situación que elige la periferia en vez de una centralidad caduca propia del pensamiento fuerte, unívoco y hegemónico. Las líneas convocarán la realidad problematizada con humor, ironía y revisión constante a través de la reflexión discursiva, el comentario cercano y la naturaleza construida de un arte cada vez más esquivo , efímero y cáustico.

 

Evangélico: el 43 salón (inter) nacional de artistas del Ministerio de Cultura en Colombia a realizarse en Medellín, cuando sabe desconocer el arte de la región en aras de ubicar su discurso en la validación del arte propio del entorno internacional.

Disangélico:  Invasión con obras de arte contextual y relacional con la intención de apropiarnos políticamente de un lugar para el artista colombiano: ocupar el arte.