Presentación del docente sobre el cuento:
Creo oportuna la publicación del cuento de Chejov en un momento en el que se busca la paz en el país, al tiempo que los medios de comunicación reportan resultados de encuestas en los que (según ellos), el 67% de los colombianos no apoyan los diálogos con la insurgencia con el argumento del "no a la impunidad", argumento pobre e hipócrita de una opinión de medios que reportan cifras anuales cercanas a: 12000 homicidios, 45000 hurtos, 250 secuestros efectuados por delincuencia común, 26 muertes por cada 1000 recién nacidos y muchas otras cifras estadísticas criminales, criminales porque se le pueden atribuir a un Estado conscientemente Fallido (al que no se le puede aplicar el concepto de "ignorancia invencible").
Es bueno publicar el cuento hoy, cuando el colombiano promedio tiene cerca de 30 años, cuando los valores que priman son los inculcados entre 1980 y 2000, en el período posconstituyente, tras el despelote de los partidos, en el tiempo del narcotráfico, de los secuestros, del dinero fácil, del nuevo delfinismo, del aquí paso yo, de "el rico vive del bobo", del reinado de los antivalores. Bueno publicar el cuento en un tiempo de irracionalidad e incontención frente a la legalidad y la decencia, cuando puede ser normal asumir riesgos de violación u omisión de normas: si violo la norma, me pueden atrapar o no; si me atrapan, me pueden sancionar o no; si me sancionan, puedo cumplir la sanción o no; si cumplo la sanción, gano más al cometer el delito o no.
En el país que busca la paz, la realidad muestra que el aislamiento y la incomunicación son los mejores estímulos para los males nacionales: salud, vivienda y educación (mientras más distantes del centro demográfico y de producción, peores son los tres elementos mínimos de bienestar).
¡Qué bueno es tener un buen vecino!
Profesor Escuela de Tecnología Mecánica
Universidad Tecnológica de Pereira