Los MOOCs (2)

 


Por: Luis  Enrique Arango Jiménez

Rector Universidad Tecnológica de Pereira

Presidente Sistema Universitario Estatal


 

Continúo comentando los alcances y contenidos del evento sobre los Cursos masivos abiertos en línea, organizado por Universia en Miami el pasado mes de marzo, que permitió vislumbrar un fenómeno arrollador, del que no podemos estar ausentes.

 

Como explicamos en la columna  anterior,  el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), desde hace 10 años,  decidió subir los materiales de todos sus cursos formales a la WEB, de manera gratuita, para uso libre, como una forma de llevar conocimiento a través de la red.  Profesores, estudiantes  formales  y estudiantes independientes (autodidactas), se han beneficiado  para fortalecer, profundizar y ampliar sus respectivos intereses y responsabilidades.

 

Esta práctica, revolucionaria en su momento, se fue replicando por muchas otras instituciones y hoy constituye toda una corriente que alimenta incesantemente los llamados OCW (open course ware).

 

El nuevo  fenómeno no se quedó en el suministro pasivo de programas, materiales, notas de clases, exámenes y demás como ocurre con las OCWs; dos exprofesores de computación de la Universidad de Stanford, crearon COURSERA, una plataforma para subir cursos completos en línea, con los mejores estándares,  dirigidos y tutorados por docentes y equipos de soporte, y ofrecidos también de manera gratuita.  A esta plataforma hoy concurren 62 universidades con 335 cursos de las más variadas temáticas, que crecen cada día. En el momento de escribir este artículo el portal de COURSERA reporta un total de 3.188.262 cursillistas que crece minuteramente. Hay cursos ofrecidos en inglés,  español, francés, chino e italiano.  Ver sitio: www.coursera.com

 

A esta modalidad también le surgieron competidores y ya hay un elenco de organizaciones y plataformas que hacen lo mismo;  como Udacity, entre otras. Todas ellas de muy reciente aparición.

 

El caso de EDx es paradigmático: El  MIT y  Harvard constituyeron una alianza cada uno aportando 30 millones de dólares para construir la plataforma EDX,  donde ofrecen cursos construidos por ellos de la más alta calidad, con los mejores docentes, con los mejores textos, filmados con todas las de la ley.  Esto es diferente de la OCW del MIT que son materiales pasivos, como ya expliqué, ahora son cursos interactivos,  administrados como plataforma de enseñanza. La elaboración de cada curso les cuesta entre US$50.000 y  US$80.000 dólares, según informaron en el evento.  La plataforma estará abierta a otras instituciones que quieran subir sus cursos, obviamente cumpliendo rigurosos estándares. Todavía la oferta es limitada habida cuenta de que apenas se lanzó formalmente el año pasado, pero va en progreso y varias universidades de elite ya hacen presencia. Ver: www.edx.org

 

 No hace falta  ser  demasiado imaginativo para pensar cómo van a recuperar el dinero. Estamos presenciando la creación de una aspiradora de talento humano a nivel global sin precedentes.  Las mejores universidades del mundo se están posicionando  para el  futuro.

 

Los mecanismos de evaluación que certifiquen las competencias adquiridas aún están en validación.  Se asume que, en su momento, las certificaciones correspondientes se podrán avalar por terceros o por herramientas de autenticación que ya están desarrollando.

 

Hasta ahora la filantropía ha estado al mando y nadie se atreve a ser concluyente sobre la forma de recuperar los costos.   Se habla de los cobros por las certificaciones,  y de la poderosa base de datos que se irá consolidando, de indudable interés estratégico; amén de la captación de talento para las universidades, el factor  que definitivamente hace la diferencia.

 

La contraparte para nuestra realidad Latinoamericana puede estar en Miríada X,  la plataforma libre de Universia y el Banco Santander que ya está ofreciendo cursos. A ello me referiré en la próxima columna.