Reseña de la Obra:
Solistas:
Soprano: Ofelia Torres Betancourt
Contralto: Mayra Alejandra Aguirre Espinoza
Tenor: Sebastián Murillo Londoño
Barítono: Juan Felipe Ríos Mejía
Director Invitado
José Julián Lombana Mariño
Maestro de Coro: Julio Alberto Mejía Ospina
Codirector: Leopoldo Dante López González
Réquiem, es una composición musical que se canta con el texto litúrgico de la misa de difuntos, o parte de él. La Misa de Réquiem en re menor, K. 626, es una obra de Wolfgang Amadeus Mozart basada en los textos latinos; se trata de la decimonovena y última misa escrita por Mozart quien murió antes de terminarla en 1791.
Dice la leyenda que la misa se hizo por encargo de un desconocido, quien vestido de negro se acercó a él y se rehusó identificarse, le dio un adelanto y quedaron en que regresaría en un mes por la obra. Antes de realizar, el compositor fue llamado desde Praga para escribir la ópera La clemencia de Tito, para festejar la coronación de Leopoldo II y cuando subía con su esposa al carruaje que los llevaría a esa ciudad, el desconocido se presentó otra vez, preguntando por su encargo. “Más tarde se supo que aquel sombrío personaje (al parecer, llamado Franz Anton Leitgeb) era un enviado del conde Franz von Walsegg, músico aficionado cuya esposa había fallecido. El viudo deseaba que Mozart compusiese la misa de réquiem para los funerales de su mujer, pero quería hacer creer a los demás que la obra era suya y por eso permanecía en el anonimato” [1].
Antes morir, sólo había terminado con tres secciones con el coro y órgano completo: Introitus, Kyrie y Dies Irae. Del resto de la Secuencia dejó las partes instrumentales, el coro, voces solistas y el cifrado del bajo y órgano incompletos, además de anotaciones para su discípulo Franz Xaver Süssmayr. También había indicaciones instrumentales y corales en el Domine Jesu y en el Agnus Dei. No había dejado nada escrito para el Sanctus ni el Communio, las cuales fueron culminadas por su discípulo Süssmayer siguiendo las directrices de Mozart, completando las partes faltantes de la instrumentación y de música, adicionamente, compuso totalmente el Sanctus. Para el Communio, simplemente utilizó los temas del Introito y el Kyrie, a manera de reexposición, para darle cierta coherencia a la obra.
El estreno de la obra completa se produjo en Viena el 2 de enero de 1793 en un concierto en beneficio de la viuda del músico austríaco, (Constanze Weber).