GAIA es el resultado de dos años de trabajo del profesor Hoyos, donde se compilan superficies realizadas con celulosas vegetales del plátano, rosas, lirio, pina, mango, apio, zapote y cáñamo entre otros, que permiten desde la pintura y la instalación, experimentar diversas estéticas del mundo y sus elementos.
A continuación se publica el texto de la Beatriz Amelia Mejía de Millán, con respecto de la obra.
Para emprender "un recorrido visual" a través de "fronteras y espacialidades connotadas", es necesario acudir a la palabra como elemento iconológico y eje fundamental de múltiples significados. GAIA se nos presenta como un estado de plenitud y un encuentro visual con la naturaleza humana y su entorno.
Esta propuesta experimental marcada por la búsqueda de una conciencia ambiental, logra la transformación y reconstrucción de aquellos elementos que ya hicieron un ciclo de la vida vegetal, construyendo un particular y evocador palimpsesto que reúne los ritmos de la vida y los espacios de nuestro tiempo.
La reconstrucción de un texto artístico a partir de elementos residuales, nos ubica dentro de conceptos estéticos contemporáneos, con los cuales podemos acercarnos a una reflexión conceptual y visual, reconociendo así la pre-existencia de valores esenciales en la naturaleza y el arte.
Esta propuesta transforma el residuo en la esencia de múltiples formas que hacen parte de nuestro imaginario cultural y antropológico, aportando una resignificación como espacies botánicas y también como imágenes y signos geográficos. "Relatos de continente" transforma el concepto de etnografía y espacialidad geográficas en evocaciones que a partir de lo matérico e inviolable nos proporcionan ciertas sustancias como el plátano, la piña, el lirio, el maíz, el algodón, tan presentes en nuestras texturas y aromas cotidianos.
Dentro de este proceso de hermenéutica experimental y creativa, el autor se desplaza desde sus propios cuestionamientos sígnicos reconstruyendo un camino con proyecciones universales, utilizando iconografías que quizás ya fueron vistas, pero capaces de transformar la utopía de una nueva reflexión artística.
El espíritu de nuestra época ha sido impactado por una serie de procesos transculturales, los cuales nos obligan a una perdida identitaria en el manejo de nuestra cotidianidad, pero evocando a Vattimo, podríamos asegurar que el manejo de nuevos mapas para transformar el camino, nos permite apropiarnos del mundo, reconstruirlo e intervenirlo desde la experimentación y la recreación estéticas.