En ese entonces (2005), el convenio consistía simplemente en abrir la puerta para la formación académica, es decir, obtener el cupo para entrar a la universidad.
“Empezaron con 8 estudiantes de San Andrés, pero luego, un año después, Providencia acogió la idea y propuso apoyo económico para los que quisieran estudiar licenciaturas en la UTP, esto porque en las islas carecemos de docentes”, dijo Lambert Gerardo Archbold Monsalvo.

El primer graduado
Oriundo de Providencia, una isla pequeña y muy colonial, Archbold Monsalvo, es el primer graduando de los isleños en la UTP.
“Me gradué el pasado 7 de julio de Licenciatura en Comunicación n e Informáticas Educativas, Pereira me ha gustado mucho, pero debo regresar a la isla porque así es el convenio”.
La administración local de Providencia, le garantiza a los estudiantes becas completas, es decir, con alimentación, universidad, alojamiento y manutención por el tiempo que cursen la carrera.
No obstante, a los jóvenes provenientes de San Andrés les ha tocado mucho más difícil,  pues cada estudiante es responsable de su sostenimiento porque no hay apoyo económico de ese gobierno.

Lo que se extraña
Según este grupo de estudiantes, lo que más extrañan es su familia, pero además el choque cultural que vivieron cuando llegaron a la Perla del Otún... es grande.
“La verdad yo no me imaginaba a Pereira, me gusta, pero es difícil adaptarse, nosotros tenemos otro clima, trópico, el ambiente y la forma de relacionarse es muy diferente acá, por eso a veces se presenta deserción, porque los estudiantes no están acostumbrados a estar lejos de sus casas”, comentó Graybern Livingston Forbes, otro de los estudiantes.

Lo que resaltan
Pese a los cambios que enfrentan al estudiar en otra ciudad, la mayoría de ellos se muestran satisfechos en Pereira.
El mismo Livingston Forbes lo confirma. “Acá hay una fortaleza muy grande en cuanto a células académicas, pues hay espacios para conversar de cine, de literatura, generar pequeñas bibliotecas. Eso es muy positivo”.
Según este joven la economía del archipiélago se ha centrado únicamente en el turismo, lo que ha hecho que la gente se vuelque hacia el consumo y se abran pocos espacios académicos o de formación.

Cerca a la Universidad
Lo que ha mantenido a estos jóvenes firmes en su decisión de culminar sus estudios y no desertar, es que son muy unidos, viven cerca, la mayoría en Ciudad Pereira o en zonas aledañas a la universidad.
Cuando pueden comparten una cerveza o estudian juntos para alguna prueba.
Dentro de poco, estos jóvenes que salieron de su tierra para buscar futuro educativo, volverán convertidos en licenciados e ingenieros y allá devolverán lo mucho que aprendieron en tierras pereiranas.

 

 

Información tomada de: La Tarde