Desde el domingo pasado El Espectador inició una serie sobre el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, SNCTI, como aporte a la discusión que el país estaba en mora de dar abiertamente.

Y para hablar del tema, ameritaba una larga conversación con el director de Colciencias, médico, investigador, exrector universitario y exparlamentario, Jaime Restrepo Cuartas.

 

La cita fue en el Café Vienés del Centro Internacional del Tequendama, un lugar relativamente tranquilo, en medio de un desorden de obras que tienen desbaratadas las calles que lo rodean.

 

Restrepo es antioqueño. Sus respuestas son explicativas, las entona de manera pausada, con una gran paciencia, oye las preguntas y se esmera por contestarlas con precisión. Los temas eran muchos, pero la charla se concentró en dos: regalías y quejas de la comunidad de investigadores. Restrepo se defiende.

 

Lisbeth Fog: ¿Cómo se define que el 10% de regalías se destine a ciencia, tecnología e innovación?

Jaime Restrepo Cuartas: Estamos ante un hecho que tiene una gran significación para el país. Por primera vez en la historia, un gobierno piensa que hay un problema grave en el sistema de ciencia y tecnología y que no hay recursos para sostener un modelo general que permita hacer un cambio en el modelo productivo que impacte la sociedad. La nueva Ley de Ciencia y Tecnología (Ley 1286 de 2009) tiene un objeto que es difícil pero que es posible si miramos lo que ha sido la experiencia de los países orientales como China, Corea o Japón, -también de países como Irlanda-, que apuestan a un desarrollo del conocimiento que si se aplica a la solución de problemas fundamentales del país genera un cambio en el modelo productivo y ese cambio permite mayor capacidad competitiva y aumento de productividad. Esos países se han desarrollado mucho en los últimos 20 años porque tienen un modelo fundamentado en el conocimiento que lo aplica, a través de la innovación, a la solución de problemas. Esto fue una propuesta del presidente (Juan Manuel) Santos durante su campaña. Colombia venía invirtiendo un 0,19% del PIB en ciencia, tecnología e innovación, lo cual nos colocaba en los últimos lugares del mundo y de América Latina. Brasil invierte el 1.2%, Chile 0,7%, México el 0,5%. Aunque Colombia ha crecido en capacidades científicas ese 0,19% muestra que no tenemos recursos para apoyar los investigadores que se están formando. Ese 0,19% equivale a 1,4 billones de pesos. Eso se obtiene de las universidades, sector productivo y el gobierno. El Sena tiene más recursos que Colciencias para innovación. El sector productivo aporta la mitad de esos recursos, lo cual muestra que si participa.

 

¿Cuánto aumentarán los recursos?

Con el 10% de regalías llegaremos en 2014 aproximadamente a 0,5% del PIB. Casi triplicamos lo que tenemos, lo cual es muy significativo porque nos pone al nivel de Argentina y México. México ha logrado gran capacidad de investigación con bajos recursos. Eso marca una historia.

 

¿Cómo fue el proceso?

El gobierno presenta primero una reforma constitucional, donde el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación llevan la vanguardia del tema con Ministerio de Minas y Energía, porque los dineros vienen de recursos naturales no renovables. Nosotros tenemos una participación tangencial porque lo hacemos cuando la propuesta ya está hecha. Vengo del Congreso, como autor de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación con la doctora Martha lucia Ramírez. Defendimos ese proyecto siempre tratando de que se mantuviera en el 10%. Hubo muchos intentos de reducirlo porque les parecía mucho. Después viene la ley reglamentaria a la reforma constitucional. Lo importante fue mantener el 10% y lo segundo que fuéramos secretaría técnica al mismo tiempo que ser miembros del órgano colegiado que va a definir los proyectos.

 

¿Cómo se llama esa instancia que aprueba los proyectos?

Órgano Colegiado de Administración y Decisión, OCAD. No está conformado todavía porque la Ley de Regalías no está conciliada. Ese es uno de los problemas que hay en este momento. La ley está funcionando por decreto. El gobierno quiso sacar el decreto con los términos de la conciliación que se hizo el año pasado, pero no alcanzó a aprobarse y solo en esta semana de pascua está empezando. Pero hasta que no esté conciliada no se pueden sacar los decretos reglamentarios.

 

¿Quién pertenece a ese OCAD?

Tres ministros nombrados por Presidente, Planeación Nacional y Colciencias, que son los cinco miembros del gobierno nacional; tienen un voto. Los departamentos: participa un gobernador por cada región, luego son 7 representantes, ese es otro voto. Y el sector académico está integrado por 4 rectores de universidades públicas y dos privadas. Los de públicas, uno es elegido por comunidades negras. Esos rectores deben ser de universidades acreditadas o con mínimo cinco programas de alta calidad; ese es el tercer voto, lo que significa que en total son tres votos. Eso es importante para desvirtuar el tema de que los gobernadores toman las decisiones. No es tan fácil. Tendrían que hacer una alianza con otro de los sectores para que salieran los proyectos de ellos. Pero en el proceso se obvia mucho la posibilidad de que los proyectos sean por temas políticos; un proyecto que salga de un departamento debe estar enmarcado en los planes de desarrollo (nacional y departamental) y en los planes de ciencia, tecnología e innovación. Los departamentos están en la formulación de esos planes. De los 32 departamentos hay 31 que lo tienen o lo están haciendo. Esos planes de CTI están incluidos en el Plan de Desarrollo Departamental. Los proyectos nacen de la región porque así lo decidió el Congreso. En el acuerdo que se hizo con Ministerios y Planeación, se definió que las regalías tenían que ser de todos los departamentos, no solo de los productores y se favoreció mucho más los departamentos más pobres, porque la fórmula que escogieron para todas las regalías, hecha por Planeación, es basada en Necesidades Básicas Insatisfechas, y cuando se habló de CTI, se dijo que se regirían por la misma fórmula.

 

¿Pero ese si es un criterio para proyectos de ciencia, tecnología e innovación?

No es exactamente un criterio para ciencia, tecnología e innovación. Y es obvio, esa es una de las críticas que hacen algunos investigadores. Preguntan por qué Bogotá, Medellín y Cali quedaron con menos capacidad de regalías que Putumayo o Córdoba. Eso ocurre por una negociación con los parlamentarios. Yo lo que digo es que así se hizo, pero tampoco estamos en un callejón sin salida. Lo que podemos es aprovechar una oportunidad enorme para Bogotá, Medellín y Cali, donde están los grupos y los centros más importantes del país, donde hay más doctores, donde hay más grupos A1. Ellos han concentrado el 80% de la investigación en el país. Obviamente como son los mejores son los que se ganan las convocatorias. ¿Por qué es una oportunidad para los mejores grupos de las mejores universidades? Porque son los que saben, los que más experiencia y capacidad tienen. Deberían estar en las regiones de menor desarrollo colaborando para desarrollar los proyectos en alianza con esas regiones.

 

¿Con quien se tienen que aliar?

Voy a poner un ejemplo muy diciente de que si se puede. La Universidad Nacional está en el Amazonas, en Arauca, en San Andrés, están montando sede en Tumaco (Nariño), en el Cesar.  En esos cinco departamentos la Universidad Nacional debería liderar los proyectos porque tiene toda la posibilidad de hacerlo. La Universidad de Antioquia está apoyando a la Universidad Tecnológica del Chocó, a la del Sinú y la de Córdoba en el desarrollo de proyectos. Con relación a las universidades privadas, la Universidad de La Salle tiene un centro de desarrollo tecnológico en Casanare y está montando los proyectos con ellos. Hay un instituto que se llama Ceiba (Centro de Estudios Interdisciplinarios Básicos y Aplicados en Complejidad) que es muy fuerte, donde están las universidades Nacional, Andes, Rosario y Javeriana, y acaban de hacer una alianza con las de Antioquia, Valle e Industrial de Santander, para formar los doctores que requieren las regiones de menor desarrollo. Ya hicimos un acuerdo para formar los primeros 50 doctores para Vichada, Amazonas o Chocó. Y los van a formar en estas universidades que son muy fuertes. ¿Por qué no se pueden formar esos doctores en las convocatorias anuales de Colciencias? Porque no pasan. Una persona del Vichada por buen estudiante que sea, no pasa. Le propusimos a Ceiba que seleccionaran los mejores estudiantes, cuando los tengan los nivelen en inglés, ciencias básicas, sistemas de información, y cuando estén nivelados, sigan con la maestría y el doctorado. Son ejemplos que si se puede hacer.

 

¿Ese es uno de los 74 proyectos que ya aprobaron las regiones?

No, porque es un proyecto transversal. Esa es otra de las críticas que se está haciendo y yo creo que tienen toda la razón los investigadores. Colombia, al implantar este modelo de regalías, debería tener unos programas macro transversales que le sirvan a todo el país. Uno de ellos es el de formación de capital humano. Ese proyecto de Ceiba lo tiene listo Colciencias en la metodología adecuada, para vendérselo a las regiones, pero lo tiene que aprobar la entidad territorial. Orinoquia, Macizo Sur, Amazonas y parte de la región Caribe están pidiendo ese programa.

 

¿Cómo se seleccionaron los 74 proyectos que están pre-aprobados?

Hace un año, en reuniones con Planeación, Minas y Hacienda para la organización del modelo resolvimos que teníamos que ir a todas las regiones para educar a la gente sobre la reforma constitucional y la ley reglamentaria que se estaba empezando a proyectar en el Congreso. Una primera reunión para educar, la segunda para solicitarle a las regiones que diseñaran sus áreas estratégicas, y la tercera para priorizar los proyectos.

 

Empezaron las reuniones y empezaron a constituirse los grupos para definir áreas estratégicas. ¿Quiénes conformaron los grupos? Representantes de todas las universidades de la región, de los centros de desarrollo tecnológico donde existen, del Sena, de Corpoica, del gobierno departamental, de sus capitales, y fueron otras dos instituciones: los Consejos Departamentales de Ciencia, Tecnología e Innovación, CODECTI, y las Comisiones Regionales de Competitividad.

 

Ellos conformaron sus propios grupos de trabajo. Casi siempre, en los proyectos de ciencia y tecnología eran las universidades las que lideraban.

 

¿Se aceptan proyectos de infraestructura para CTI?

Si se necesita hacer un centro de desarrollo tecnológico para generar un desarrollo donde no lo haya, se acepta el proyecto, siempre y cuando sea infraestructura pero para hacer investigación, para crear el centro, para ampliarlo o para montar equipos nuevos.

Empezaron a aparecer los proyectos. Como Colciencias tiene un coordinador regional por cada una de las regiones, él asistía a esas reuniones a orientar y ayudar, y buscar que la gente trabajara en proyectos de CTI. Empezaron a aparecer los proyectos relacionados con las áreas estratégicas definidas. Los proyectos casi siempre obedecen a la fortaleza de cada región, con una debilidad, que muchas veces son proyectos muy pequeños. Y la idea es que sean de gran envergadura y produzcan un impacto regional. En la tercera reunión ya salieron los proyectos, que son los 74, pero fue con los gobiernos anteriores.

 

¿Y no previeron que cambiarían los funcionarios?

Si previmos. En la última reunión convocamos a los ya elegidos. Les explicamos que era un esfuerzo grande que llevaba 8 meses, pero no se podía forzar la situación. Lo que tratamos fue de juntarlos. En la reunión de diciembre fueron los nuevos y los de ese entonces y ahí comenzaron los problemas. En algunas regiones había entendimiento, pero en regiones como Antioquia y el eje cafetero no se juntaron. La ley permite diseñar proyectos con departamentos de regiones distintas, lo que defendimos siempre porque en CTI hay que mirar más es la posibilidad productiva. ¿Cuál es la región de la biodiversidad, de la ganadería de la minería? Está en muchas regiones del país. Muchos departamentos trabajaron esa idea.

 

¿Estos 74 son un indicativo pero pueden cambiarse?

Algunos son proyectos macros y otros no. Algunos son desenfocados, pero son decisiones de los gobiernos anteriores y ahora los nuevos gobiernos están repriorizando. Por ejemplo Antioquia tenía siete proyectos y los cambió todos, lo que le está generando problemas con Medellín. Había un proyecto de energías alternativas que lo hizo EPM con el Centro de Investigaciones en Energía, que es muy fuerte. A ellos se les truncó el proyecto porque el gobernador (Sergio) Fajardo dijo que era para Medellín y no lo quiso aceptar. Otro que está frenado es Artica, en informática y medicina, que sería de mucha utilidad en todo el país. Pero así el gobierno departamental esté presentado sus proyectos, debe tener los (anteriores) en cuenta. Todos los que han construido proyectos los pueden presentar.

 

¿No necesitan el aval del gobernador?

No exactamente. Lo que se dice es que las Secretarias de Planeación del gobierno departamental deben recibir los proyectos que cualquier persona presente, tienen que mirar que cumpla requisitos. Y si cumple los requisitos debe llevarlos a los órganos colegiados.

 

¿Cualquier persona?

Una persona natural o jurídica. Así quedó en la ley.

 

¿Es lo recomendado para ciencia?

Hay un proceso para garantizar que sea de buena calidad. El proyecto debe tener una recomendación territorial. Nosotros siempre impulsamos que esa recomendación fuera del Consejo departamental de ciencia, tecnología e innovación, que es un órgano colegiado integrado por un representante del gobernador, del alcalde de la capital, del sector productivo, del sector académico y uno de la sociedad civil que pueden ser cámaras de comercio. Ese órgano debe avalar la propuesta territorial o pueden ser las Comisiones regionales de competitividad integradas de manera similar. Un proyecto creado por cualquier entidad o persona que tenga ese aval territorial se puede presentar. Se lo tiene que enviar a Planeación Departamental que verifica que cumpla los requisitos que están en la ley. Cuando tenga su banco de proyectos tiene que remitirlos a la Secretaria técnica del órgano colegiado que es Colciencias. La obligación de Colciencias es mirar que si se cumplan todos los requisitos y que tenga la calidad técnica y científica necesaria. Colciencias estableció con Planeación unos criterios para cada proyecto. Si no se llenan, el proyecto no cumple los requisitos.

 

¿Cuáles son los criterios?

Uno, que estén dentro de los planes de desarrollo. Dos, que estén en el marco de una interinstitucionalidad (Gobierno – Universidad – Empresa) porque es la manera de garantizar que un proyecto que va a generar un conocimiento se aplique a la solución de un problema. Tercero, el proyecto debe ser de impacto regional, lo que quiere decir que no debe estar al servicio de una sola entidad. Cuarto, que realmente tengan componente de ciencia, tecnología e innovación.

 

Nosotros sostenemos que todo proyecto que llegue a revisión de requisitos y criterios de Colciencias previamente debe haber tenido una evaluación por pares externos, que no son la administración de Colciencias. Pares expertos nacionales o internacionales que van a evaluar en un panel de expertos abreviado, en un periodo de ocho días y resuelvan los proyectos elegidos. Pensamos traerlos de donde estén, juntarlos en un hotel, entregarles los proyectos y que evalúen si son proyectos de ciencia, tecnología e innovación, que sean de impacto, bien construidos, académicos, que llenen los requisitos técnicos y financieros. Si yo concentro a los pares académicos en Bogotá es más ejecutivo. Así es como evaluamos los proyectos de Colciencias en las convocatorias, donde la administración no interviene para nada.

 

¿Qué significa cumplir los requisitos de ciencia, tecnología e innovación?

Que no nos metan gato por liebre. Por ejemplo, extender todas las redes de fibra óptica al Vichada o hacer una escuelita. El primero es de infraestructura, no de ciencia y tecnología.

 

¿Dónde está la CTI por ejemplo en un proyecto turístico?

Si tu vas a desarrollar un complejo turístico, tu tienes que resolver un problema de logística y la innovación no es solamente un tema del sector productivo, es también un tema de servicios. Tú estableces modelos administrativos de alta calidad con innovación y estás generando un desarrollo de investigación aplicado a la administración en general de la entidad. Tienes que tener una gastronomía adecuada, lo que significa que tienes que hacer investigación sobre los productos de la región, sobre modelos nuevos de los platos típicos que generen un impacto para el turismo. Tienes que desarrollar el tema del sector salud, un impacto de innovación que te permita prestar buenos servicios. Si no haces eso, no vas a lograr un desarrollo turístico.

 

¿Quién presenta al órgano colegiado?

La secretaria técnica. Esperamos que el órgano colegiado tenga conversación con los que formularon el proyecto, es decir que el líder del proyecto pueda defenderlo. Colciencias tiene la obligación de consultar los órganos consultivos, que también los creó la ley. Son entre otros, el Consejo Departamental de Ciencia, Tecnología e Innovación, CODECTI, la Comisión Regional de Competitividad o el grupo Universidad - Empresa – Estado, para preguntarles por su opinión. Y puede consultar a los congresistas de la región, -esa fue idea de los congresistas,- pero ninguna de esas consultas es vinculante, porque prima lo técnico. El órgano colegiado prioriza, define qué recursos le da de acuerdo con los departamentos que están participando. Eso es una propuesta que debe venir en el proyecto. Y definen -al aprobar el proyecto- cuál es la entidad de carácter publico nacional o departamental que administra la ejecución del proyecto, lo que es distinto a la ejecución final. Solo Hacienda y solamente Hacienda desembolsa los recursos y los transfiere a la entidad ejecutora final. Luchamos mucho para que el Fondo Francisco José de Caldas manejara los recursos, pero no lo aceptaron.

 

LF: ¿Cuánto dura todo este proceso?

JRC: Creemos que un proyecto desde que arranca, desde que llega a Secretaria de Planeación Departamental hasta que recibe los recursos, tardará 3 meses.

 

LF: No creo.

JRC: En Colciencias no debe demorar más de ocho días.

 

Tampoco creo.

Te lo demuestro: Colciencias por primera vez en toda su historia acaba de sacar todas las convocatorias en los primeros tres meses del año. Salieron ya las 50 convocatorias de la entidad. Estamos en un proceso de agilización de todo.

 

¿Cuál hubiera sido la situación ideal?

Yo creo que debió haber existido un porcentaje de regalías de CTI para proyectos trasversales. Que los órganos colegiados hubieran definido por ejemplo que existiera un proyecto trasversal de formación de capital humano. Yo pedí que los recursos de formación doctoral fueran por regalías porque hoy en día el 55% de los recursos de Colciencias son para formación de capital humano. De 366 mil millones de pesos este año, 180 mil millones se van para la formación doctoral. Qué le pasa a una entidad que está formando mucha gente, cuando vuelve y no hay manera de financiarle los proyectos. Eso nos está pasando desde hace rato. Nosotros estamos financiando solo el 6% de los proyectos aprobados y eso desestimula a la comunidad científica y se van o se emplean como rectores o administradores y empiezan a cumplir funciones diferentes a las de investigación, lo que es muy malo para el país.

Yo pedí que hubiera un proyecto trasversal de fortalecimiento de las ciencias básicas, que le diéramos un 10% de ese 10%, o sea 100 mil millones de pesos a proyectos de investigación básica en el país para fortalecer la biología, las matemáticas, la física y la química, pero no se aprobó. Es una debilidad, que se puede ir corrigiendo.

 

¿La CTI solucionan las Necesidades Básicas Insatisfechas?

Si, indirectamente, en el mediano y largo plazos. Si logro que una empresa bananera que produce y exporta el producto, lo transforme en alcohol, en pastelería y panadería, en generar una industria de producción de papel, se genera empleo y se mejoran las condiciones de vida de la gente. Entonces indirectamente si. La ciencia y la tecnología no dan más allá de 20 o 30 mil empleos. Indirectamente, a través de la creación de empresas nuevas de valor agregado, podemos generar más empleo calificado, más productividad y mejorar las condiciones de vida de la gente. E incidir en los demás factores: si la gente tiene más ingresos, tiene menos hambre y si hay menos hambre, hay menos violencia.

 

¿Estos dineros se entregarán anualmente pero los proyectos están pensados para cuatro y cinco años?

Claro. El órgano colegiado entrega la plata por el año 2012, pero a finales de este año se van a aprobar los presupuestos de 2013 y 2014. Si un proyecto ya arrancó y es de cinco años se debe financiar hasta el final, entonces se le van entregar esos recursos, sobre la base de cumplimiento de metas. Si ya cumplió los objetivos para el primer año se le entregarán los requeridos para el siguiente y eso nos garantiza tener proyectos viables con calendarios definidos de cuatro y cinco años.

 

Una de las críticas de los investigadores en el tema de regalías es que tienen que llenar formularios ‘endemoniados’.

Esa es una crítica injustificada. Lo que pasa es que no han bajado el instrumento, llamado Metodología General Ajustada que tiene una guía para garantizar que sean proyectos de ciencia y tecnología. Ellos han usado una metodología que tenía 47 ítems y ésta ya tiene 22. Se ha simplificado para favorecer a las regiones de menor desarrollo. Un investigador acostumbrado a llenar el formulario de Colciencias, que es complicado, con la MGA será mucho más sencillo.

 

Pasamos al tema de Colciencias, de la entidad. Hay problemas, doctor Restrepo, los investigadores se quejan.

Estoy haciendo unos cambios sustanciales en Colciencias. El primero es que todas las convocatorias se abren en los tres primeros meses del año; de otra manera no somos capaces de ejecutar los recursos. El año pasado teníamos convocatorias en agosto; es imposible ejecutar entre agosto y diciembre.

 

Segundo, la formación doctoral no puede seguir en ese número tan bajito que teníamos. El año pasado enviamos a formar, incluyendo los de Colfuturo, 565 candidatos a doctor. Este año vamos a enviar 865, este cambio fortalece las capacidades de investigación en el país.

 

En tercer lugar, estamos exigiendo que haya productos aparte de las publicaciones, para que el conocimiento le sirva a la sociedad. Estamos hablando de patentes, marcas, registros, modelos industriales, aplicaciones de modelos en ciencias sociales que más adelante permitan diseñar políticas; estoy realmente convirtiendo el conocimiento en la solución de un problema.

 

Y en las ciencias sociales, ¿cómo se aplica?

Hay muchas maneras, por ejemplo en nuevas formas de organización social. Cuando empezaron con el tema de la reinserción de grupos armados, el gobierno de (Álvaro) Uribe empezó a ensayar modelos porque los investigadores de ciencias sociales han publicado muchos artículos en revistas internacionales sobre desplazamiento forzado, guerrilla, paramilitares y violencia en Colombia pero no han aplicado modelos en los comunidades; cuando uno aplica un modelo sabe si funciona, y entonces el Estado lo puede convertir en política. La universidad no está aplicando modelos a la solución de problemas y el Estado se desgasta inventando modelos nuevos para resolver conflictos. Necesitamos modelos de investigación aplicada. Te puedo dar ejemplos de nutrición, de arqueología.

 

Volviendo a los avances…

Y cuarto, la conformación de redes de investigación porque Colciencias tiene un modelo absolutamente disperso. El modelo sistémico que nos ordena la ley establece trabajar en conjunto con todos los ministerios para que se optimicen los recursos y no se pierdan; eso lo estamos haciendo ya. Tenemos relación con todos los ministerios y estamos haciendo convocatorias conjuntas.

 

En el país hay 5.553 grupos de investigación y hay 150 centros de desarrollo tecnológico pero todos trabajan por su cuenta. Por eso desde el año pasado abrimos las convocatorias para crear redes de conocimiento para enseñar el concepto de trabajar en equipo y optimizar recursos en las regiones y en el país, buscando que en lugar de que haya 10 grupos de tuberculosis haya una red de esta enfermedad. El año pasado creamos 10 redes de salud donde se juntan centros de investigación de las universidades y autónomos y empresas del sector interesadas en el nuevo conocimiento. Estas 10 redes las creamos en áreas que no tenían financiación. El 40% de los recursos de investigación en salud se iban para tres enfermedades: malaria, leishmaniasis y Chagas que son grupos que se ganan todas las convocatorias. Nosotros pensamos que eso hay que seguirlo apoyando, pero estimulemos grupos de nutrición, cáncer, enfermedad mental, enfermedades cardiovasculares, Sida. Creamos 10 redes orientadas en salud y 9 en conocimiento como corrosión, carbón o minería, y este año crearemos 5 en salud.

 

Estos son cambios fundamentales que hemos hecho en este tiempo, muy significativos, pero que a muchos investigadores no les gusta porque antes presentaban cualquier proyecto, el que ellos quisieran, y ahora les decimos preséntenlo en estas áreas. Mucha gente presenta proyectos muy buenos pero en áreas que no están aplicadas a las necesidades del país; son proyectos que se diluyen porque se quedan en las publicaciones; aquí los estamos dirigiendo y eso no les gusta a los investigadores.

 

¿Cómo han identificando las áreas prioritarias para el país?

Las estamos definiendo con los ministerios. Por ejemplo analizamos las estadísticas de salud y vemos que las principales causas de mortalidad y morbilidad en el país eran la violencia -y por eso ideamos la convocatoria de enfermedad metal-, la desnutrición, -sacamos la de nutrición- y cáncer de mama, de cuello uterino, promoción de la salud y prevención de la enfermedad… y de esta manera vamos identificando los temas. Nos reunimos con agricultura para que nos digan cuáles son los problemas de sector agropecuario, etc.

 

Y ¿qué pasa con los grupos que tradicionalmente han hecho investigación, son muy sólidos, pero no encajan en esas áreas prioritarias, como por ejemplo, se me ocurre, el de catálisis?

A esos grupos los financiamos con una convocatoria abierta para proyectos. No los vamos a descuidar porque yo también estoy convencido de la importancia de las ciencias básicas.

 

¿Colciencias se quedó chiquita para esta comunidad científica tan fortalecida y tan sólida que se creció en estos últimos 20 años?

Absolutamente. Hay dos razones. La primera es que seguimos siendo en la práctica un  instituto; los departamentos que se están creando ahora tienen más de 200 personas y nosotros todavía tenemos una planta de 123 empleados. Nos acaban de hacer el estudio de la restructuración de Colciencias, ya se lo presentamos a la doctora María Lorena Gutiérrez, estamos haciendo las últimas correcciones, y creemos que en 15 días puede estarse presentando el decreto reglamentario de la restructuración a consideración del presidente. Se va a aumentar a 269 personas, o sea se va a duplicar la planta; es la propuesta, esperemos que la acepten. Lo otro es que trabajaremos en un modelo transversal por procesos y funciones y no en un modelo vertical como el que tenemos y además vamos a crear una unidad fuerte ejecutora, especializada en las convocatorias y en la contratación con un personal jurídico sólido, para que agilice los procesos. Y nos vamos a ir del edificio de Colciencias en donde ya no cabemos, para lo cual nos dieron 20 mil millones este año. Esperamos solucionar los retrasos con la restructuración y con la agilización que estamos haciendo. Este año empezarán a verse los resultados.

 

Hay una propuesta para crear una unidad de pensamiento diferente a Colciencias. ¿Cuál sería su función?

Una unidad de pensamiento es una unidad de asesoría a los directivos para pensar estratégicamente la investigación en el país. Es un grupo de expertos –financiado por la banca mundial-, que nos ayudará a pensar la institución, porque como no tenemos tiempo, nos la pasamos en el día a día, no hemos podido pensar el desarrollo. El tema de regalías se podría estar pensando allí.

 

Otra crítica, doctor Restrepo. Dicen que Colciencias dejó de pensar.

Cierto. Yo he instalado los ‘días estratégicos’ de Colciencias, en los que nos vamos a un salón de un hotel con los directivos y nos dedicamos a resolver un tema, como por ejemplo el de doctorados.

Y ahora la restructuración va a permitir que haya dos unidades: una de pensamiento y definición de políticas, y otra de ejecución. Y habrá un área de articulación del sistema que es clave, porque nosotros tenemos que hacer relación con todos los ministerios y de una manera estratégica, así como con el Consejo Nacional de Competitividad que es fundamental si queremos desarrollar innovación, generar valor agregado y crear capacidad competitiva. Y tenemos que articular a través de redes todos los centros tecnológicos y los grupos de investigación para no dispersar tanto el modelo.

 

Otra de las críticas es que ahora para acceder a recursos Colciencias está solicitando una fiducia.

La unidad jurídica definió y defendió que cuando a un proyecto de Unión Temporal se le entregan 2 mil ó 3 mil millones de pesos en las redes (que ya no son recursos de 300 o 400 millones sino de más cuantía), no hay manera de garantizar que responda por el buen manejo de esos recursos, porque esa figura se puede desbaratar muy fácilmente. Eso forzó un poco la situación, además de que el estatuto anticorrupción que salió el año pasado planteó nuevas situaciones que le daban miedo a todo el mundo, de ahí nació lo de la fiducia. Nosotros estamos revisando esa teoría, creo que vamos a establecer otro modelo.

 

Se del caso de algunas universidades que han conformado fondos para financiar becarios o proyectos mientras Colciencias gira, lo que puede demorar varios meses.

Eso es lo que vamos a tratar de resolver con esta unidad ejecutora. Si agilizamos convocatorias, que ya lo hicimos, agilizamos contratación y la entrega de recursos.

 

¿El Sistema Nacional de CTI colapsó?

No. Al contrario. Cuando hay un cambio siempre hay crisis y muchas veces es por la expectativa que se genera y por la incertidumbre. Esto lo que hará es fortalecer el Sistema. Que le inyecten un billón de pesos al desarrollo de ciencia, tecnología e innovación, eso no indica crisis, sino una enorme oportunidad que hay que saber aprovechar. El que no la aproveche, se hunde. Por ejemplo, si una universidad como la Nacional, que es la más fuerte en investigación del país, no aprovecha esos recursos para fortalecer capacidades en las regiones donde tiene sedes de frontera está perdiendo una oportunidad buenísima y bellísima además. Todas las universidades deberían aprovechar este momento, mientras se pueden hacer reformas. Es una enorme oportunidad.

 

Con el programa de formación de doctores, que cada año aumenta el número, ¿se está previendo que cuando regresen al país, en seis años encuentren condiciones óptimas para trabajar?

Hay dos cosas graves. Lo primero, que cuando lleguen no podamos financiar sus proyectos, que es lo que está sucediendo ahora, por eso el presupuesto de Colciencias tiene que seguir creciendo. Para el año entrante estamos pidiendo 590 mil millones, de 366 mil millones, y eso es para cumplir las metas que tenemos con el presidente Santos. Ojalá lo podamos conseguir. Porque el año entrante la formación doctoral nos va costar 220 mil millones de pesos. Lo segundo, es que no tengamos capacidades en las regiones a donde van a ir los doctores, que son los que estamos formando con Ceiba. Tenemos que lograr que cuando lleguen a Vichada, Amazonas y Putumayo, por ejemplo, ya esté funcionando bien toda la red de instituciones y los laboratorios de investigaciones en esas regiones.

 

¿Y qué hacer con los permisos y licencias para los proyectos de investigación que se relacionan con biodiversidad?

Eso es un problema de un decreto que todavía está en manos del Ministerio del Medio Ambiente y de Planeación Nacional, que no se ha podido resolver porque no ha habido un acuerdo. Ya nosotros dijimos lo que pensamos y quedó en el decreto desde el año pasado. Es un decreto que modifica la resolución de la comunidad andina que estableció unos criterios de cómo se debía utilizar la biodiversidad, que tiene todas las trabas del mundo, que no les permite a los investigadores obtener un permiso con celeridad. El decreto ya concibe que a las universidades acreditadas se les otorgue la licencia permanentemente.

 

¿Cuál es la orientación del programa de jóvenes investigadores?

La ley 1286 estableció un modelo de regionalización de la ciencia para que las regiones de menor desarrollo vayan adquiriendo capacidades de hacer investigación y puedan generar valor agregado a los productos que tienen y ser competitivos ellos también. No podemos condenar al Amazonas a que no tenga centros de investigación para los estudios de la biodiversidad. La investigación top puede seguir estando en Bogotá, Medellín y Cali, pero lo que no podemos es dejar que la Universidad del Chocó, por ejemplo, no tenga capacidades para hacer investigación en biodiversidad, en medio ambiente, en temas marinos, o de la minería del oro. Lo que queremos para esas regiones de menor desarrollo es que mejoren capacidades para que apliquen el conocimiento. Con Ceiba lo que buscamos es formar a los mejores estudiantes de la región como los mejores investigadores de la región.

 

Lo que pasa es que en el programa de jóvenes investigadores la meta es muy ambiciosa: estamos formando mil al año, que cuestan 15.000 millones de pesos. Si la meta son 10.000 para el 2014, necesitaremos 45.000 millones. Vamos a formarlos también en las regiones. Que haya una mezcla de regiones de mayor desarrollo a las de menor desarrollo y viceversa, me parece una buena idea. En las convocatorias se puede buscar que jóvenes investigadores del Amazonas se vengan a los centros de investigación de Medellín o de Bogotá, y que algunos de Antioquia se vayan para el Chocó para apoyar el desarrollo de la investigación; allá se va a prestar un servicio.

 

¿Cómo está reaccionando la empresa al nuevo modelo de formación de investigadores?

El primer sorprendido he sido yo al ver que la participación del sector empresarial en Colombia en investigación ha aumentado del 20 al 50%. Y otro indicador: el año pasado apoyamos con recursos de descuentos y exenciones tributarias 241 mil millones de pesos para las empresas en Colombia. Este año, van tres meses, y ya tenemos propuestas por 1,8 billones de pesos del sector empresarial por apoyo a la investigación. Eso puede significar que podemos llegar al 1% del PIB en el 2019 si esa tendencia se mantiene.

 

Y otro proyecto que fue muy exitoso logró que 29 doctores se insertaran en las empresas colombianas a través de una convocatoria en la que se presentaron 70 propuestas. 25 de ellas se beneficiaron, Argos con tres doctores y Empresas Públicas de Medellín con dos, las demás se ganaron de a uno, pero son 29 PhD pagados por Colciencias. La empresa paga las prestaciones sociales y financia el proyecto de investigación.

 

Información disponible en: El Espectador