Hace poco informábamos en Santa Marta , a la Asamblea Nacional de Rectores de la Asociación Nacional de Universidades ASCUN , sobre las nuevas disposiciones que está estudiando la Junta Directiva del Icetex, a fin de aliviar las formas de pago a los deudores; quiero compartirlas hoy con los lectores, por considerarlas de gran importancia.
En primer lugar, se está proponiendo congelar las obligaciones, sin cobro de intereses, en aquellos casos en que los egresados no logren ubicarse laboralmente, o incluso que estándolo, pierdan el empleo. Ello a cambio de que los deudores lo soliciten oficialmente y autoricen la consulta a las bases de datos para este propósito.
En segundo lugar, se estudia la ampliación de los períodos de financiación de los estudios, llevándolos más allá de la duración oficial, considerando que hay personas que no pueden tomar todas las asignaturas por estar laborando, y sus estudios se prolongan en el tiempo; incluso se abre la posibilidad de acceder a dobles titulaciones, bajo la prolongación de los períodos financiables, para aquellas Universidades que las ofrecen como extensiones a los planes de estudio.
En tercer lugar, y no en orden de importancia, se está pensando en la amortización de los créditos no con base en cuota fija, como ocurre actualmente, si no en cuotas escalonadas, de tal forma que sean bajas en los primeros años de graduado el deudor y vayan creciendo con un gradiente definido. Esta novedad busca honrar lo que fue criterio para el diseño de los créditos de largo plazo; me refiero a que en ningún caso, la amortización de la deuda comprometiera más allá del 20% de los ingresos laborales mensuales de los deudores. Hay que reconocer que nada de esto hubiera sido posible imaginarlo sin la existencia del Observatorio Laboral de la Educación, que está brindando información de los graduados, en particular de la remuneración que están obteniendo; Universidad por Universidad.
Todas estas variaciones que estudia la junta, implican mayores subsidios por parte del Estado, pero se vuelven fundamentales para que el instrumento elite de financiación de la Educación privada pueda cumplir su propósito. No se descarta así mismo mayores subsidios a la tasa de interés; ya durante la época de estudios la tasa real es cero.
Es indudable que mientras la gratuidad de la Educación Superior sea un espejismo, el crédito Educativo será esencial para financiarla. Alejandro Gaviria, Decano de Economía de los Andes, argumentaba hace poco en uno de sus escritos, que la financiación de un millón de cupos Universitarios con calidad costaría 5 billones, si queríamos avanzar hacia la Universalización de la cobertura, lo que según su criterio sería fiscalmente imposible; yo le agregaría, que si le suma el costo de lo que ya atiende el sector privado, estaríamos superando los 8 billones de pesos; mas que todas las utilidades de todo el sector financiero colombiano el año pasado y casi la totalidad de las regalías que espera el país.
Hay que ser serio con lo que se propone. A propósito, me causó buena impresión la posición realista del candidato de izquierda a la rectoría de la Universidad Nacional de Colombia, Dr. Leopoldo Munera, al afirmar: “El horizonte del sistema de educación superior debe ser la gratuidad. Ahora no es factible, porque no hay recursos. Y hay que utilizar un método en el que quien tiene pague y quien no tiene, no pague. Pero el futuro debe ser la gratuidad". El oro no es como lo pintan
Luis Enrique Arango Jiménez