Carta abierta a Luis Enrique Arango, suscrita por el profesor Jorge Eduardo Ossa S.
¿Un mal ejemplo?
Me encanta este título.
¿Y cuál es el ejemplo que usted está dando?
Retrocedamos en el tiempo a la famosa anécdota que usted y un rector anterior (previo a la era Luis Enrique Arango Jiménez) protagonizaron cuando una buena cantidad de sancocho fue a parar al escritorio que reposaba en la oficina de rectoría. Era entonces un tipo regido por principios coherentes con su nivel socio-económico. Me pregunto qué haría usted hoy día si algún estudiante siguiera su ejemplo. Y me pregunto también el por qué de su temor a caminar en el campus universitario, tema que trataré posteriormente.
Para continuar con la diatriba, sigo describiendo su ejemplo: después de ser nombrado rector ha utilizado la legislación y los reglamentos a su antojo con el fin de perpetuarse en el poder, descalificando y deshaciéndose furtivamente de cualquier tipo de oposición. Dígame, ¿es este el ejemplo que debo seguir?
Amordazar la opinión de la comunidad universitaria, negando cualquier tipo de posicionamiento digno en los medios de difusión, ¿es otro ítem de su prontuario paradigmático?
Hace algunos días, leí dos historias de políticos europeos, ambos renunciaron a sus puestos por razones diferentes: "-Renuncio porque se están acercando a mi precio" y "-renuncio a mi cargo al rechazar ser parte de esta farsa". Dígame, ¿cuál ejemplo seguirá usted?
Respecto al kilataje de la dialéctica, le comunico que está al nivel de la chapucería ideológica que ostentan sus escritos. Inmediatamente sube el nivel del agua sube el nivel del barco, con el buen ejemplo ¿no lo cree usted?
Jorge Eduardo Ossa Sánchez
Profesor Transitorio