En la mañana de hoy comenzaron la emisión de noticias con esta canción y ello me dio pie para escribir un comentario acerca de la reunión ocurrida el pasado 17 de enero entre docentes y la alta dirección de la Universidad. Cuando se dice la mitad de la verdad o se reorganiza para hacerla ver como tal es probable que se esté mintiendo a la comunidad universitaria o al público en general cuando se utiliza la prensa local para divulgar la opinión antes mencionada.
Se afirma que a los profesores temporales se les amplió sus derechos democráticos en la democracia de la Universidad; Primero. Cuál democracia en la universidad? “Si tener sexo cada cuatro años es no tener vida sexual”(decía un afiche de los indignados en España), que podremos pensar de la democracia universitaria cuando hace doce años la comunidad universitaria no participa y ni siquiera tiene derecho a opinar en la elección de rector, una democracia que nombró a perpetuidad, (como ocurre con los notarios), como representante de los ex –rectores al otrora defensor de los sanandresitos ex senador Juan Guillermo Ángel Mejía, una democracia donde una persona que hace parte del personal de confianza como es el vicerrector académico, más aún cuyo puesto depende del “dedo democrático” del rector, no tiene la ética (así sea la ética burguesa) de abstenerse de votar en la última ratificación de su “patrón” como jefe de la comunidad UTP. Una democracia que tiene un representante estudiantil que no consultó la opinión de sus electores, como se hacía en otros tiempos, y más aún en posterior consulta la comunidad universitaria dijo NO a la ratificación de Luis E. Arango Jiménez como rector de la UTP. De cuál democracia universitaria hablamos?. La democracia es algo que está por construir en los países atrasados, la Universidad que debería dar ejemplo en su construcción está cada vez alejada de ella. Es una falsa democracia cuando los votantes están desempleados o empleados temporalmente y su continuidad depende de que un director lleve su nombre y hoja de vida completa a un Consejo de Facultad y lo recomiende para orientar tal o cual asignatura.
La democracia es una cultura y la universidad debe promoverla. De entre cuántas propuestas académicas para modernizar la universidad, para promover la investigación y la extensión, para abrir programas conducentes a fortalecer la economía regional, a mejorar el tan precario nivel académico de secundaria, a actualizar los docentes de la región en el campo de las humanidades y ciencias naturales, (no como lo hizo Alma Mater con las cartillas de actualización que le vendió a la Secretaría de Educación del Distrito Capital, sobre la cual el rector de la UTP debió tener alguna injerencia, según lo deja entrever el anterior secretario del distrito Doctor Ricardo Sánchez Ángel) se escogió el actual Vicerrector Académico de la UTP. Seguramente fueron muchos los participantes y la hoja de vida y la propuesta ganadora fue la del profesor William Ardila Urueña; nos gustaría a la comunidad universitaria conocer los criterios tomados en cuenta por el Rector para dirimir tan difícil problema.
Por esa defensa tan cerrada de la democracia fue que el Honorable Consejo Superior se atrevió a pasar por encima de la legislación nacional y proponer que el Ingeniero Luis Enrique Arango Jiménez continuara por otros diez años más como rector de la misma.
Que viva la democracia de la UTP.
Que viva la trasparencia, la honestidad y la ética de la UTP.
Ah, perdón, que viva el rector y todo su séquito.