El Consejo Superior lo ha reelegido por la acreditación institucional de alta calidad que con 800 profesores transitorios ha sacado adelante, por la triplicación de la cobertura en la Universidad, por la creación de las jornadas especiales y la implementación de programas académicos a través de ciclos propedéuticos, por el manejo del Instituto de Lenguas Extranjeras ILEX, por su internacionalización y el programa de turismo sostenible, por su popularidad y la de la fundación de la Red de Universidades Públicas Alma Mater, por los logros de los grupos de investigación y los el número de investigadores de la universidad, por el aporte de las maestrías a la investigación y por la continuidad de los trabajos de reconstrucción física del galpón y otros edificios.

 

Es usted el único a quien podían nombrar, no había más, estaba usted solo para esa nominación, era inconcebible otra nominación. Pero, es raro y malo para los mercados cuando no hay competencia, cuando hay interinidad o no hay espacio para el benchmarking, el sistema no está sano. Usted, muy en su interior sabe que la cosa técnicamente no está bien, que está coja, que no promete y esa imagen de líder en solitario cual Pensador de Rodin le asusta.

 

Lo han nombrado porque el Consejo Superior sólo confía o tiene intereses en usted, para ellos usted es el Mesías. Ha sabido aprovechar la oportunidad democrática y la confianza que esta comunidad universitaria le brindó cuando justamente su opositor, el profesor Tomás Jiménez, le reconoció ganador de las últimas elecciones democráticas de rector realizadas en la Universidad Tecnológica en el año 2000. Usted logró sepultar esa democracia y ese pluralismo que le entusiasmo ese año en el galpón cuando presentó su programa. Hoy no necesita de esa comunidad universitaria, hoy usted es el rey sol, la oscuridad de la casa.

 

Pero, usted ha desmejorado la calidad global de la Universidad:

  • Ha acabado con la participación democrática en la Universidad, algo que hasta en las escuelas y colegios se enseña como un valor;
  • Ha mostrado al país la ruta a seguir en materia de la transición de las universidades públicas a privadas, es su precursor;
  • Ha manejado a su antojo los consejos superior y académico, y ha modificado el Estatuto General cuando lo ha visto necesario, en contra incluso del pensamiento de la comunidad académica;
  • Ha desprestigiado el cargo de Vicerrector Académico, ha posibilitado la contratación y trato indebido e inhumano de profesores, particularmente los catedráticos;
  • Sus ideas de “lealtad” y “obediencia” son incompatibles con el espíritu crítico que debe fomentar la universidad;
  • No ha asumido en una forma moral y ética su papel de líder académico, no ha participado en la transformación investigativa de la Universidad, como docente que llegó  a ser de ésta, teniendo en cuenta que los rectores de calidad son personas y académicos de reconocida prestancia investigativa nacional e internacional;
  • No se ha comprometido con el crecimiento de la capacidad tecnológica de la Universidad;
  • Ha posibilitado la apertura de programas rentables, no necesariamente hilvanados dentro de una política negociada de crecimiento, pertinencia y calidad de la Universidad;
  • Ha desvirtuado la esencia de la comunidad universitaria, desestimulando la integración profesoral y la interdisciplinariedad; ha propiciado el maltrato sicológico, la cultura del miedo y la intimidación de los docentes, evidenciado esto en los momentos conflictivos de la Universidad y al momento de las renovaciones de los contratos del personal transitorio;
  • Ha afectado la imagen de la Universidad con instituciones como Alma Mater, la cual, creemos se ha prestado para hacer competencia a los propios egresados de la universidad;
  • Ha promovido del amiguismo y el clientelismo como modelo de relaciones intra-universitarias;
  • Ha pensado la universidad en términos de números, cifras, estándares, indicadores de gestión, que no necesariamente reflejan la calidad de la educación, ni tampoco la realidad académica ni su pertinencia, no es integral en la valoración de la universidad y de sus logros, al amañar la métrica de la calidad universitaria;
  • Ha burocratizado la Universidad, ha creado muchos puestos administrativos acomodados, y una vice-rectoría de  responsabilidad social, que no aporta al bienestar de la comunidad, al tiempo que los gastos de esa vice-rectoría son onerosos; no fue clara la manera como nombró a la vicerrectora, ni como le asignó el salario;
  • Ha contribuido a deslegitimar el movimiento estudiantil y sindical, desconociendo las voces de éstos y frecuentemente imponiendo su parecer, llamando incluso a la fuerza pública por encima del comportamiento pacífico de los estudiantes;
  • Ha contribuido a la deshumanización del conocimiento, generando la idea de la primacía de la gobernabilidad sobre la calidad de las personas y de las relaciones entre éstas; ha instrumentalizado la universidad y ha desvertebrado sus relaciones;
  • Se ha vuelto aislado,  autocrático, y en permanente actitud defensiva, todo menos líder y vocero de la comunidad académica, se ha convertido en su adversario, ve en cada contradictor suyo un adversario de su pasado político, no es abierto a la crítica;
  • No ha valorado al estamento docente en los logros e indicadores de la institución, si bien se deshizo en elogios por la vicerrectora de responsabilidad social al momento de nombrarla.
  • Ha perdido claridad y compromiso académico, frecuentemente declara que no es experto en esto o aquello, a pesar que todas las decisiones administrativas y académicas pasan por su firma; no ha propiciado una movilización interuniversitaria por la planeación académica de la Universidad, que capitalice e integre, programada y dignamente, la diversidad y calidad de la actual masa crítica de doctores;
  • No ha estado del lado de la Universidad Pública, ha facilitado al Estado el trabajo del modelo de privatización en marcha;
  • No ha contribuido al proceso de discusión y propuesta de Reforma a la Ley de Educación y no ha propendido por la verdadera Autonomía Universitaria.

 

 

Creó que nos ha ahorrado usted los trámites y costos requeridos para la elección de un nuevo rector, le ha ahorrado usted a la Universidad los costos de tres reelecciones, más los problemas de politiquería asociados, porque se sabe que algunos administrativos de dentro y  de afuera quieren ese puesto y más ahora cuando usted le ha devuelto a la universidad la importancia política que llegó a tener. También creemos que, si bien otrora se contaba con personal de planta docente con competencias administrativas además de las académicas requeridas para el cargo, hoy en la Universidad no hay en la planta docente candidatos para continuar con todo lo que usted hace y como lo hace. No nos cabe duda que, por la manera como se ha portado en los últimos meses el consejo académico, tampoco allí habría candidatos idóneos para sucederle. Ninguno de los miembros del consejo superior estaría en disponibilidad de sucederle: los delegados del ministro de educación o de la gobernación, por obvias razones no estarían interesados;  el representante de las directivas académicas no estaría interesado porque le es suficiente ser vicerrector académico, el representante del sector productivo actual no tiene el perfil académico requerido para el cargo, el representante de los profesores no estaría interesado y el ex-rector, que actualmente es el señor Juan G. Ángel no tendría chance porque usted, señor rector, hace mucho tiempo que estuvo en contra de él, según se dice, cuando usted era docente, antes de salir de la Universidad. De afuera, igual que pasa con la Selección Colombiana de fútbol, está muy difícil y costoso traer a alguien, si bien podría pensarse que podría sugerirse a Rudolph Holmes, Gabriel J. Cardona, Sergio Fajardo, Antanas Mockus, Victor Manuel Moncayo, José Fernando Isaza. Usted está solo arriba y ahora que continuará administrando este bien público  estratégico para la región sería bueno que fuera más humilde y pensara a favor de la Universidad y contribuyera al crecimiento de la conciencia universitaria.

 

Finalmente, señor rector, Si ya ha ganado tanto para sí como individuo, ¿por qué no permitir que la Universidad y la región ganen? ¿Por qué no parar el desmedido e irresponsable aumento de la cobertura? ¿Por qué no abrirle paso a una planeación científica, responsable y pertinente de Universidad? ¿Por qué no devolverle a la Universidad la decencia e imagen de transparencia de que gozó con su predecesor, el Doctor Carlos Alberto Ossa? ¿Por qué no atreverse a elaborar el programa para su próximo período, con la participación de toda la comunidad universitaria? No improvise y atrévase a concertar un programa de administración académica para este otro período.

 

Recuerde que: no se puede confundir la utilidad personal, el provecho o la conveniencia coyuntural, con la verdad. Tampoco se puede sacrificar la legalidad y la institucionalidad por una conveniencia mediática.