Empecemos por llamar las cosas por su nombre y  plantear soluciones sobre bases  reales  para que las soluciones sean certeras y firmes.

Estamos en una institución  académica, por lo tanto, en  cualquier solución planteada debe primar el criterio de calidad académica sobre el criterio económico.

Lo que Usted supone “alto porcentaje de cursos  han continuado funcionando” tiene mucho que cuestionar:

Primero. Está basando su información en los formatos de asistencia, ¿aquellos que se utilizaron como base para liquidar los pagos del mes de  Octubre?. Para nadie en un secreto que gran parte de dichos reportes no fueron clases reales sino simplemente producto de una cita concertada entre profesor y estudiante(s) con el único propósito de acopiar las firmas y en el mejor de los  casos, asignación de temas y/o tareas.

Segundo. Ese  funcionamiento normal de dichos cursos  significa que han transcurrido 14 semanas de  clase, lo que reglamentariamente daría para 2 evaluaciones parciales. ¿Será que los estudiantes que aparecen firmando las planillas de asistencia, estarán dispuestos a someterse a las correspondientes evaluaciones,  diseñadas, aplicadas y calificadas por  profesores de planta?. Eso sí, con base en los contenidos programáticos que recibieron al iniciar el semestre.

Tercero. Entiendo que para efectos de reconocimiento de pago basta con que aparezca en la planilla la firma de, por lo menos, un estudiante. ¿Será que para efectos de calidad académica y evaluación de desempeño de un docente, bastará con que le haya(n) asistido solo un(os) estudiante(s) y a todas las clases dictadas?

En su llamado a que “Los profesores deberán concurrir con su mejor esfuerzo sobre todo para dar solución a aquellos estudiantes que hacían parte de los cursos que continuaron funcionando” creo interpretar que sería  problema del profesor la nivelación de todo el grupo de estudiantes para poder avanzar  en su curso y lograr un buen resultado de desempeño semestral.

Esto puede desencadenar un manejo anárquico de los cursos y un nuevo conflicto docente-estudiantes, que se puede evitar acatando la solicitud de los estudiantes de garantizar el transcurso normal del semestre (16 semanas). Al  fin y al cabo , una decisión unilateral del Consejo Académico provocó esta heterogeneidad, entonces lo mejor es que cada Director , con su sala de profesores , analicen la situación real  de su Programa y diseñen  el discurrir académico de su Programa  e informen  el   resultado a las instancias administrativas para que en  la UTP se vuelva a  lo que hace tanto tiempo dejó de aplicar “la administración  al servicio de lo que requiere la academia”. 

Carta abierta enviada y escrita por:

José William Rendón

Profesor de Ingeniería Eléctrica