La sociedad debe comprometerse con el cometido fundacional y universal de esta institución denominada universidad, porque es fundamental para su desarrollo, porque a mediano y largo plazo de ello dependerá la autonomía intelectual y tecnológica del país, y porque aún en el presente es la base para la dignidad nacional en esta sociedad del conocimiento y para su competitividad en los escenarios internacionales.

 

El movimiento que están liderando en este momento los estudiantes  es bien interesante, pues a pesar de tildárseles de tercos e intransigentes nos pusieron a pensar en serio cual debe ser el sistema educativo que requiere el país, porque siendo objetivos en Colombia hay un imperfecto servicio educativo, pero no un sistema como tal, donde se forme el niño desde sus primeros estadios de vida hasta su formación superior, donde halla instituciones para la formación técnica, tecnológica y profesional y que las que se denominen universidades sean auténticos espacios para el desarrollo del conocimiento, donde el centro de esa educación sea el ser humano, para que como lo predica la filósofa norteamericana Martha C. Nussbaum se potencie en los estudiantes la capacidad de ser ciudadanos críticos y creativos de acuerdo con las utopías democráticas de sus países y del mundo..

 

La Universidad Tecnológica de Pereira está considerada como de las mejores del país y esto se debe en gran parte a que su profesorado ha entendido que mas que dictar clases es un compromiso con el conocimiento (investigación) para ser puesto al servicio de la sociedad bien sea a través de programas formales de formación (docencia) o de servicio a los diferentes actores de la sociedad (extensión), aceptando el reto de convertirnos en una universidad de tercera generación, donde se conciba la investigación como actividad nuclear de la universidad con un estrecho vínculo con el medio externo, y en muchos casos siendo su centro de innovación y desarrollo, es decir, potenciando el verdadero crecimiento económico y social.

 

Lo anterior, se podrá lograr si el país realiza un auténtico ejercicio democrático para estructurar una Ley de Educación que efectivamente le apunte a un verdadero sistema educativo que se convierta en pilar fundamental para desarrollo. Lo sucedido con los estudiantes y la actitud del Gobierno es una oxigenación a la democracia, pues ya se nos habían olvidado los ambientes de participación y dialogo que de ella se derivan.

 

 

Artículo enviado por:

Alberto Ocampo Valencia

Director Pregrado y Maestría en Ingeniería Eléctrica