Tenemos un consejo académico inerme y sin ideas para aportar sobre la ley de educación
Es una verdadera vergüenza que la Universidad Tecnológica no posea un Consejo Académico que se haya entregado siquiera a la tarea de estudiar la ley 30 y las implicaciones de la reforma que se le haría. No puede imaginarse uno cómo las universidades principales del país como la Nacional, la de Antioquia y la del Valle, para no mencionar otras menores, tienen consejos académicos que han conceptuado responsable y valientemente sobre la propuesta de reforma y han divulgado y expresado abiertamente ante la opinión pública su rechazo a la misma, y que no se han quedado además en las solas consecuencias financieras que traería la nueva ley.
Verdaderamente no se entiende qué hace un consejo académico como el de la UTP, del cual no se puede decir que sea lento siquiera, del cual sólo se puede decir que es inerte; ni siquiera mira para los lados, no quiere ver, no quiere pensar, reconoce pero no confiesa que la responsabilidad de liderar académicamente una universidad le queda grande. Reconoce con su actitud que sólo su jefe puede pensar por ellos, pero éste tampoco opina, éste como siempre esperará a que pase el chaparrón y creerá que se podrá acoger a lo bueno que resulte y se apropiará del trabajo que los otros cuerpos académicos de otras universidades del país propondrán.
Después de dos meses de anormalidad académica las únicas decisiones (resultados gruesos para mostrar) que ha tenido este Consejo Académico ha sido la de avalar la suspensión de los contratos de los profesores temporales, la de consentir que la universidad se cierre para los estudiantes (el único estamento, probablemente con equivocaciones, cierto, que responsablemente ha querido salirle al frente a una reforma lesiva para la educación en el país), la de autorizar la continuación de los cursos que se están brindando de cualquier manera y en cualquier parte para los "estudiantes razonables", y la de consentir que se abra la Universidad para los estudiantes de los posgrados. No puedo creer que es que no puedan con más carga laboral y que el estudio de la ley de educación les recaliente la cabeza. Son muy capaces y prefiero creer que simplemente son irresponsables y que le están dando la espalda a la realidad, a los estudiantes a los que se deben, y a la sociedad que paga sus sueldos y sus descargas académicas.
EL CONSEJO ACADÉMICO ES UNA VERGÜENZA y no es lo que merece la Universidad Tecnológica. He hablado del Consejo Académico porque es la única instancia administrativa académica que es de planta, constituido por representantes del cuerpo docente, que han sido elegidos por votación. De los otros cuerpos administrativos decisorios no podemos hablar porque no son académicos, no son de aquí, aunque hayan figurado o se hagan nombrar como profesores en la Universidad, no se deben a la academia, no tienen el contacto con la comunidad estudiantil, ni con las aulas, ni con los laboratorios, ES OTRO SU IMAGINARIO Y OTRA SU AMBICIÓN.
La Universidad podría recuperar unos buenos maestros que, ahora se ve, no tienen nada de consejeros académicos, no tienen la culpa, no fueron formados para eso. La alta dirección de la Universidad no tiene un cuerpo que los aconseje. ¡VERGÜENZA!
Carlos Alberto Romero
Profesor Escuela de Tecnología Mecánica
Universidad Tecnológica de Pereira