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Introducción

Los complejos procesos simultáneos de crecimiento y transformación institucional que ha vivido nuestra universidad en el último decenio han configurado un tipo de institución de educación superior que se halla en una seria crisis política de gestión académica y administrativa, de participación democrática en las instancias de decisión académica y de elaboración de las políticas académicas sobre su futuro inmediato. En este marco, como profesores consideramos importante exponer públicamente una serie de reflexiones académicas sobre el estado actual de la universidad y esbozar elementos para responder una pregunta: ¿por qué la universidad ha llegado a la situación crítica en la que se encuentra?.

La respuesta a este interrogante debe conducirnos a construir de manera participativa un proyecto de universidad que atienda su misión.

1. Algunas debilidades institucionales de la universidad

Los siguientes puntos son copiados textualmente de la presentación de autoevaluación 2011 y corresponden a las debilidades institucionales resultantes del proceso de autoevaluación de 2005 y configuran, sin agotarlo, el círculo vicioso causas-efectos de la situación actual de la institución.

  • La Universidad presenta inconvenientes y limitantes inherentes al cambio de modelo universitario particularmente en la consistencia entre algunas propósitos y políticas institucionales formuladas y su operacionalización en los distintos niveles de la Institución. Tal es el caso de la actividad de investigativa -formativa y en sentido estricto- la gestión operativa de recursos bibliográficos del sistema bibliotecario, la gestión profesoral  que refuerce la presencia y estabilidad del núcleo de profesores de la Universidad.
  • Por diversas razones, cerca del 50% de los recursos profesorales de planta no participan en la actualidad en actividades de investigación de la Universidad y sólo cerca del 3.5% del total de estudiantes desarrolla labores de investigación formativa distintas a su trabajo de grado.
  • Los procesos simultáneos de crecimiento y transformación institucional que enfrenta la UTP le exigen atender una serie de ajustes y complejidades que en ocasiones desbordan su capacidad académica y administrativa actual.
  • El desarrollo de los procesos de autoevaluación tienden a llevarse a cabo de manera muy ceñida a las normas y procedimientos, preestablecidos desde el exterior de la Universidad, debe darse más flexibilidad en ellos.
  • La Comisión de Pares percibe que la relación entre una parte importante de estudiantes y profesores y las directivas de la Institución presentan debilidades, particularmente en aspectos como comunicación y participación, autoridad y liderazgo, valores y cultura institucional y en el manejo del conflicto y de la negociación.
  • Se identifican algunas deficiencias en la cantidad y actualización de las colecciones bibliográficas que deben estar disponibles para consulta de estudiantes y profesores así como deficiencias en el monto de los recursos financieros necesarios para la adquisición de material suficiente y pertinente para incorporar al sistema bibliotecario de la Institución.
  • Tradicionalmente la Universidad no ha formulado planes de desarrollo quinquenales a partir de un diagnóstico riguroso y sistemático de la situación interna de la Universidad y del entorno institucional y por esta razón no se han incluido metas factibles ni se ha podido incorporar un sistema de control que permita evaluar su cumplimiento.

 

A partir de la contrastación de los resultados de autoevaluación de 2005 y de  2011, se pueden plantear de manera general y síntetica los siguientes aspectos que se pueden calificar como debilidades de nuestra universidad, y que  configuran un panorama del estado de cosas actual de la institución:

1.1. La Universidad presenta serios inconvenientes y limitantes inherentes al cambio de modelo universitario que ha vivido de manera intensa en los últimos díez años, particularmente en la consistencia entre algunos propósitos y políticas institucionales formuladas y su operacionalización en los distintos niveles de la Institución. Tal es el caso de la actividad de investigaciones,  la gestión operativa de recursos bibliográficos del sistema bibliotecario, la presencia y la falta de crecimiento de un núcleo estable de profesores que se vinculen a través de concursos docentes de carácter nacional e internacional. Se identifican deficiencias en la cantidad y actualización de las colecciones bibliográficas que deben estar disponibles para consulta de estudiantes y profesores, al igual que insuficiencia en el monto de los recursos financieros necesarios para la adquisición de material suficiente y pertinente para incorporar al sistema bibliotecario de la Institución.

1.2. El desarrollo de los procesos de autoevaluación se realiza fundamentalmente para atender las normas y procedimientos preestablecidos desde el exterior de la Universidad y se han convertido en procesos con un alto grado de formalismo que no motivan discusiones y genuinas contribuciones de los profesores. Llama la atención, que en algunas visitas de comisión de pares, se percibe que las relaciones entre una parte importante de estudiantes y profesores y las directivas de la Institución, presentan debilidades, particularmente en aspectos como comunicación, participación, autoridad y liderazgo, valores y cultura institucional y en el manejo del conflicto y de la negociación.

1.3. Tradicionalmente la Universidad no ha formulado planes de desarrollo quinquenales a partir de un diagnóstico riguroso y sistemático de la situación interna de la Universidad y del entorno institucional y por esta razón no se han incluido metas factibles, ni se ha podido incorporar un sistema de control que permita evaluar su cumplimiento.

 

2. Razones intuitivas del por qué la universidad se encuentra en la situación actual

 

Si bien la universidad lo reconoce en su informe de autoevaluación y los pares externos han ratificado las debilidades institucionales, ni la institución, ni los consejos académico y superior, ni la planta docente han interiorizado suficientemente los mecanismos, métodos y procedimientos que permitan planificar académicamente la universidad y así superar las debilidades con inteligencia, ni siquiera en las circunstancias actuales de esta crisis.

 

Paralelamente con la lectura de las debilidades institucionales, los profesores de esta mesa temática hemos recogido las razones de crisis más relevantes aducidas por diversos miembros de la comunidad universitaria. Estas expresiones se complementan con los planteamientos que contienen algunos comunicados de las salas de profesores de facultades y departamentos de la Universidad.

 

2.1. Una evidente crisis del sentido, uso y alcance del principio de la autonomía universitaria, que es quizás el principal factor que explica la configuración actual de la universidad que alberga en su seno tres tipos de instituciones universitarias: (a) universidad estatal y pública, que corresponde a la tradicional Universidad Tecnológica de Pereira; (b) universidad estatal privada de la “jornada especial”, y  (c) universidad estatal diurna que funciona con elevados costos de matricula, con programas que carecen de planta profesoral e infraestructura adecuadas y que no es claro por qué se concibieron y se pusieron en marcha. En este marco, es evidente la improvisación en la apertura de nuevos programas de pregrado y postgrado, y la preeminencia de consideraciones mercantilistas de la oferta educativa como “producto”.

 

2.2. Aplicación relativa,  “decisionista” y con visos de acomodamiento de las normas que regulan los procesos de elección en los cargos  de dirección académica: rector, vicerrectores, directores de escuelas y departamentos, decanos de facultad y representaciones profesorales, entre otros.

 

2.3. Ampliación de la cobertura y oferta de cupos sin considerar su posible impacto negativo en la calidad de la formación que tradicionalmente se ofrecía en la universidad en un contexto problemático nacional de la financiación estatal de la educación pública. A manera de ejemplo, se puede preguntar  si el crecimiento descontrolado de los programas en los llamados CERES (Centros regionales de educación superior) tienen como antecedente la claridad y el objetivo de llevar a poblaciones socialmente vulnerables, educación de calidad igual o parecida a la que se pretende dar en los programas que se dan en el campus de la universidad en Pereira.

 

 

2.4. Se aprecia un uso publicitario y demagógico de ciertos medios de comunicación para generar una imagen de una  universidad donde no existen problemas de ninguna clase y  que no necesariamente corresponde con la realidad institucional. En este contexto, cabe preguntarse sobre las razones que han conducido a la ampliación de la planta administrativa y de vicerrectorías. En la prensa y la radio regional y nacional han aparecido preocupantes informaciones provenientes de la contraloría nacional sobre la denominada “nómina paralela” existente en la universidad.

 

2.5. Uso acomodaticio de la llamada  “Autoevaluación institucional” para consolidar cierta imagen de la universidad en la opinión pública y frente a los pares evaluadores que han visitado la universidad. Esta autoevaluación instrumental y que se reduce a consultas informáticas para recoger información con instrumentos estandarizados oculta serios problemas como son el déficit de profesores de planta y necesidad de ampliación de espacios físicos y equipos, como es el caso de la precaria dotación de los laboratorios de física que afecta el logro de una sólida formación en ciencias básicas de los estudiantes de ingeniería.

 

2.6. Ausencia de un ordenamiento o racionalidad que reconozca que en la universidad existe un significativo grupo de profesores con gran capacidad académica y científica. En los procesos de autoevaluación y acreditación de los programas, e incluso en la institucional, parece que la formación y las actividades de este grupo de profesores solo sirve para cumplir indicadores. Consideramos que existen criterios fundamentalmente burocráticos que ignoran intencionalmente la valiosa contribución a programas de pregrado y postgrado, e incluso en cargos directivos, que pueden dar  los profesores que se definen por su actividad académica antes que burocrática. Consideramos que otras universidades sí tienen esos espacios que dan a los profesores, que son ante todo académicos,  la posibilidad de contribuir a los programas de pregrado y postgrado (maestrías, doctorados). En este contexto, en la universidad ha aparecido un buen número de programas de postgrado que se han convertido en proyectos personales de gestión y operación comercial cuya calidad plantea serias preocupaciones.

 

2.7. Respecto a las contrataciones de docentes, en particular de los transitorios de medio y tiempo completo y catedráticos, existen vacíos sobre los requisitos de vinculación y contratación, con lo que también se ha reducido el rigor de calidad de los cursos ofrecidos y se ha perdido la figura de las “escuelas de formación” en los campos del conocimiento en las facultades. Así, se evidencia en muchas ocasiones que profesionales recién egresados de su pregrado orienten asignaturas sin haber hecho “escuela” en las asignaturas prerrequisito sin siquiera tener un promedio superior a cuatro en la carrera. No se puede negar que la calidad de una universidad, también se aprecia y evidencia por la calidad y formación de sus docentes.

 

2.8. Se evidencia una falta de cultura universitaria en los docentes y estudiantes. Por ejemplo, pares académicos han vislumbrado la tendencia a formar profesionales técnicamente competentes pero carentes de un sentido crítico que les permita realizar cambios a nivel social y económico. 

 

Consideramos que la universidad pasa por un momento de profunda crisis en sus procesos de democratización y de gestión de la universidad, que se expresan en la manera instrumental como se emplea y aplica el estatuto general que ha conducido a un estilo y modelo de universidad que no se caracteriza por ser incluyente, plural y participativa. Es innegable que el modelo de administración y gestión que actualmente vivimos los profesores, trabajadores y  estudiantes, se puede resumir en la siguiente idea: durante los últimos díez años la Universidad Tecnológica de Pereira se ha convertido de manera paulatina y contundente en una institución orientada con criterios exclusivamente gerenciales y empresariales en la que los  paradigmas de gobierno propios de la rica y centenaria historia y  tradición universitaria han sido desplazadas por los paradigmas de los resultados y el eficientismo generando la universidad que tenemos.

 

Para finalizar esta primera parte del documento, queremos proponerle a la comunidad universitaria reflexionar sobre los conceptos de autonomía universitaria y calidad de la educación universitaria. Autonomía universitaria entendida desde: autonomía del Consejo Superior, autonomía del Consejo académico, autonomía de los consejos de Facultad, autonomía de las salas de profesores, autonomía de los comités curriculares, autonomía de los decanos y directores de programas, autonomía del rector, autonomía de los vicerrectores, autonomía de los profesores, autonomía de los funcionarios administrativos, autonomía de los estudiantes.