Los efectos del paro estudiantil en la UTP Artículo escrito por el rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, ing. Luis Enrique Arango Jiménez, publicado en la editorial del periódico La Tarde el 25 de octubre de 2011.

Los efectos del paro estudiantil en la UTP

Vano sería ignorar los efectos negativos que acarrea un paro estudiantil de la magnitud del que está en curso en la Universidad Tecnológica de Pereira. Según  los mismos estudiantes, fue iniciado el 8 de septiembre y no da señales de estar cerca su finalización. 

Permanentemente se acercan personas; estudiantes, padres de familia  y ciudadanos en general indagando por lo que va a pasar. Circulan rumores e imaginarios que van desde  la fantasía hasta el tremendismo; voy a tratar  con mi visión y experiencia de dar algunas pistas y criterios sobre lo que a mi juicio puede pasar. Lo hago  para tranquilizar a unos y otros,  y mitigar  si se puede,  la angustia que indudablemente esta embargando a un sector muy importante  de la sociedad  que de una u otra manera está asociada a la Universidad.


Empecemos con el  fantasma de la cancelación de semestre; ella significa, de acuerdo a  lo que ocurrió en el pasado Universitario, borrar el semestre académico  de un plumazo  y no  iniciar  hasta que las condiciones aconsejen  reiniciar labores de formación, lo que en este caso , de acuerdo a lo que se vislumbra, sería el año entrante.  Esta fórmula de actuación no  aplicaría de manera ortodoxa en el caso de la UTP, por dos razones  que se entrelazan ; la primera porque la situación de los estudiantes es desigual, muchos de ellos han continuado  recibiendo clases en diversas asignaturas y la  segunda porque el sistema de  horas crédito y de los planes de estudio permiten que cada estudiante tenga su  propio microcosmos académico; vale decir que  no  van en grupos cerrados  como ocurre en la secundaria;  aquí el compañero de al lado ve asignaturas que yo no estoy viendo y viceversa. Ello implica que la  realidad de cada estudiante es individual.
Lo que a mi juicio puede ocurrir, es que debido a razones objetivas de calendario, por imposibilidad de lograr los objetivos académicos, llegará el momento en que  un grupo muy grande de asignaturas o materias como se les suele llamar, tendrán que ser canceladas. En este caso, ellas si borradas,  como si nunca hubieran iniciado.  Las otras continuarían hasta su finalización, probablemente con  algunos ajustes en el calendario.


Un factor adicional que puede incidir  en el número de asignaturas que continúen es la funcionalidad del Campus; este puede estar abierto o cerrado dependiendo de la gobernabilidad que sobre él pueda tenerse; si está cerrado, las actividades académicas solo tendrán lugar  en sitios  externos, aunque por la coyuntura   fortalecidas con metodologías virtuales que mejoren la calidad.


Frente al hecho poco probable, pero no imposible,  de que el paro fuera levantado, se suele  preguntar qué pasaría;  aunque no  corresponde al rector sino al Consejo Académico construir soluciones compensatorias, me atrevo a decir que  todo depende del tiempo disponible; sería totalmente necio aventurarse a imaginar escenarios.

Otro  asunto que angustia a los estudiantes de primer semestre, sobre todo a aquellos que no volvieron a clase, es lo  que pasaría con los cupos que lograron  con esfuerzo, a través de la competencia  en el proceso de admisión  del segundo semestre.  Aunque de nuevo, no soy la autoridad que lo determine,   pienso que los afectados serán aquellos que están por entrar y encontrarán la silla ocupada.  Estos últimos verán sus expectativas de ingreso aplazadas y en todo caso  se dificultará la competencia en el inmediato futuro  pues se acumularan aspirantes.
Un tema final que no puedo soslayar son los perjuicios al personal docente  que labora por contrato y su labor esta directamente asociada a las clases; por razones legales  se verán afectados en su remuneración hasta que se restablezca la normalidad, excepto en aquellas situaciones certificadas por los directores de los programas  donde ha sido posible continuar laborando. 


Definitivamente en estas rupturas de la normalidad en las Universidades, todos pagamos un precio. Espero que en nuestro caso este   sea el más bajo posible.

 

Información disponible en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/50026-los-efectos-del-paro-estudiantil-en-la-utp.html