Al culminar su periodo como representante estudiantil ante el Consejo Superior de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), Anyi Paola Mazabel Manzo entrega un balance amplio tras dos años de labor. Su gestión se caracterizó por los avances en bienestar, inclusión, democracia universitaria y defensa de derechos.

Bienestar: alimentación, transporte y monitorias

Uno de los principales logros de su ejercicio, al inicio, fue la creación de una bolsa permanente para los apoyos socioeconómicos en alimentación.
Explica ella: “Tras debates intensos, hoy todos los estudiantes que realizan la solicitud cuentan con el bono, y el proceso de asignación se optimizó gracias a un software de IA que disminuyó la carga en el área de trabajo social”.

En materia de transporte, menciona que se evitó la reducción de 200 cupos del bono tras el retiro de un financiador externo, logrando que la universidad asumiera los recursos necesarios para mantener su cobertura. “También impulsé la división de la bolsa de monitorias sociales en dos: una para atención a estudiantes con discapacidad y otra para el resto de monitorias, garantizando un uso más equitativo de los recursos”.

Seguridad: rutas, alumbrado y vigilancia

Otra de sus gestiones consistió en la seguridad al interior del campus.
Durante el periodo de encargo de Francisco Uribe en la rectoría, se acordaron rondas constantes de supervisores, mejoras en la iluminación de sectores críticos y un acompañamiento nocturno para estudiantes que se desplazaban hacia el bosque. También defendí el uso de cámaras con un enfoque preventivo y de garantía, no de vigilancia punitiva”, expresa.

Ilex: reforma a la semaforización y propuestas en curso

Uno de los momentos más exigentes ocurrió a finales de 2023, cuando cientos de estudiantes quedaron semaforizados por retrasos en cursos del Ilex. “En este caso, como representante incluso trabajé hasta el 24 de diciembre buscando soluciones. En enero se logró una exoneración temporal, y recientemente, una reforma al reglamento estudiantil que flexibiliza la ‘semaforización’; ahora los estudiantes podrán cursar hasta el 70% de sus materias mientras se ponen al día con inglés.

Democracia universitaria: consultas, reglamentos y límites a la reelección

Mazabel promovió la actualización de los reglamentos para la elección de decanos y directores de programa, con el propósito de limitar las reelecciones indefinidas y ampliar la participación de estudiantes y profesores de cátedra en estos procesos.

Inclusión: reconocimiento del cabildo indígena y nuevas comisiones

Uno de los avances significativos fue el reconocimiento del cabildo indígena como ente consultivo ante el Consejo Superior, “con voz en las decisiones que afecten a esta comunidad”. A esto se suma el esfuerzo sostenido durante dos años por la creación de la Casa de Pensamiento dentro de la UTP: “un espacio cultural, político y académico donde los estudiantes indígenas puedan construir desde sus saberes para toda la universidad” menciona.

Asimismo, “logró conformar una comisión orientada a crear una circunscripción especial de acceso para personas trans y en discapacidad, reconociendo las barreras sociales que enfrentan, lo anterior, de cara al deber constitucional de la universidad para garantizar su ingreso”.

Docencia: contratación digna y límites a las cargas académicas

Otro eje de su gestión fue la exigencia de un modelo de contratación docente digno y transparente. “Las cargas académicas no deben ser herramientas de poder ni mecanismos para facilitar reelecciones; deben asignarse según capacidades reales y sin prácticas que fomenten desigualdad», añade Anyi.

Reglamento estudiantil: comisiones, vacíos y acompañamiento a denuncias

Durante todo el 2025 insistió en la actualización del reglamento estudiantil, especialmente su capítulo de sanciones, propendiendo porque contemple mecanismos frente a violencias basadas en género. Su ausencia, “impide que muchos procesos lleguen a buen término y deja a las víctimas en escenarios revictimizantes. Además del enfoque sancionatorio, la actualización integral del reglamento, considera, es urgente, para adecuarlo a las realidades sociales actuales”.

Una gestión con voz propia

Todo mi proceso de representación estuvo marcado por una voz propositiva que siempre defendió a los estudiantes”, resume. Asegura que revisó cada acuerdo aprobado para garantizar que beneficiara al estudiantado y se negó sistemáticamente a permitir su estigmatización. Su prioridad, dice, fue asegurar que ninguna decisión adoptada en el Consejo Superior pudiera afectar a los estudiantes.

¿Qué espera de la próxima representación?

Para el cierre, Mazabel confía en su sucesor: “Creo que Maicon es una de las personas con más capacidades que conozco”.

Espera que los proyectos que deja avanzados no mueran en el camino y que él, con su propia esencia, transforme el espacio. Lo que sí pide es que no se pierda lo construido, que se profundice y la representación estudiantil mantenga la fuerza, la independencia y la convicción que ella defendió durante dos años.