La Universidad Tecnológica de Pereira se prepara para una conmemoración que va más allá de un simple calendario. Hoy, 12 de septiembre, la comunidad universitaria honra el Día de la Paca, una fecha significativa que celebra el legado de Guillermo Silva. La UTP, rinde homenaje a su creador con la instalación de una paca conmemorativa en la Huerta Agroecológica de la universidad, reafirmando así su profundo compromiso con la gestión ambiental.

Las pacas digestoras son una brillante técnica de compostaje anaeróbico que ofrece una solución limpia y eficiente para la transformación de residuos orgánicos. A diferencia de los métodos de compostaje tradicionales, este sistema cerrado evita la putrefacción al excluir el oxígeno, lo que impide la proliferación de malos olores y plagas. Es un proceso de descomposición controlado que transforma restos de comida, hojarasca y otros desechos en un abono de alta calidad, rico en nutrientes y listo para revitalizar los suelos.



El origen de esta práctica se remonta a 1989, cuando el visionario tecnólogo forestal Guillermo Silva observó la perfecta sincronía de la naturaleza. En su búsqueda de una forma de gestionar los residuos, se inspiró en los procesos naturales de descomposición que ocurren en los bosques, donde los materiales orgánicos se reciclan silenciosamente sin dejar rastro de contaminación. La técnica de las pacas digestoras es, en esencia, una aplicación práctica de esa lección de eficiencia natural.


Desde 2022, la UTP ha integrado esta filosofía a su vida diaria con el programa “Martes de Pacas Digestoras”, liderado por el Centro de Gestión Ambiental. Cada semana, esta iniciativa se desarrolla en un laboratorio vivo donde estudiantes y personal participan activamente en la creación de pacas.
Es una experiencia educativa que les permite comprender de primera mano los ciclos de la materia y el impacto directo de sus acciones en la reducción de residuos. Además de su innegable beneficio ecológico, las pacas digestoras promueven la educación ambiental, el trabajo en equipo y la construcción de comunidad, recalca Miguel Ángel Uribe Valencia.
Miguel, profesional de proyectos del Centro de Gestión Ambiental, resalta que el programa va más allá de la gestión de desechos: «Estamos generando personas que se están concientizando sobre el tema ambiental, que están entendiendo los impactos negativos que se generan cuando los aprovechamos de forma equivocada». Esta conciencia se traduce en un cambio de hábitos que fomenta una cultura de consumo responsable y respeto por el medio ambiente.
El compromiso de la UTP se refleja en resultados concretos y cuantificables. Durante 2024, la universidad ha aprovechado cerca de 8,5 toneladas de residuos orgánicos, incluyendo materiales putrescibles y hojarasca. Esta cifra no solo demuestra la efectividad de la técnica, sino que consolida a la UTP como un referente en sostenibilidad y un ejemplo de cómo las instituciones pueden lograr un impacto ambiental significativo.
La técnica ha demostrado su versatilidad al ser igualmente efectiva en contextos urbanos y rurales. En la UTP, su implementación es una prueba de que las prácticas sostenibles pueden integrarse en la vida cotidiana de las instituciones educativas. Por ello, Miguel invita a toda la comunidad universitaria a unirse a los “Martes de Pacas”, que se realizan cerca de los edificios 7A y 7B. Cada paca instalada es un ejemplo tangible de cómo pequeñas acciones colectivas pueden generar un cambio positivo en la universidad y en la ciudad.