Desde su nacimiento en 2018, el Laboratorio de Comunicación Sonora se formó bajo la idea de un MediaLab adscrito a la Facultad de Ciencias de la Educación, desde entonces ha sido mucho más que un espacio físico: se ha convertido en un escenario de creación, exploración y aprendizaje para cientos de estudiantes que han encontrado en el sonido una herramienta pedagógica, expresiva y transformadora.

Desde su nacimiento en 2018, el Laboratorio de Comunicación Sonora se formó bajo la idea de un MediaLab adscrito a la Facultad de Ciencias de la Educación, desde entonces ha sido mucho más que un espacio físico: se ha convertido en un escenario de creación, exploración y aprendizaje para cientos de estudiantes que han encontrado en el sonido una herramienta pedagógica, expresiva y transformadora.

El profesor Santiago Rengifo Orozco, actual coordinador del laboratorio, recuerda que este proyecto surgió gracias a la iniciativa de docentes como Carlos Mario Betancourt y Diego Leandro Marín, quienes, preocupados por fortalecer las prácticas mediáticas de los estudiantes de la Licenciatura en Comunicación, impulsaron la creación de un espacio que permitiera experimentar con lo sonoro, lo visual y lo audiovisual.

Un espacio construido con pasión y colaboración

Desde sus inicios, el laboratorio ha contado con una cabina equipada con micrófonos, consola, las herramientas necesarias para realizar grabaciones de voces, generar sonidos y aprender sobre el manejo de equipos. Gracias al apoyo del proyecto PARCE y a la gestión de recursos internos de la facultad, se ha logrado consolidar un espacio funcional que ha ido creciendo a pesar de los desafíos logísticos y de infraestructura.

Actualmente, el laboratorio se encuentra ubicado en el salón 7B 106, en el primer piso del bloque 7B, donde se continúa fortaleciendo el equipamiento técnico y se proyecta una futura insonorización que permita condiciones óptimas para las prácticas, similares a las de una emisora profesional, así mismo se continúa fortaleciendo el laboratorio buscando equipamiento que permita hacer de este espacio una estrategia cada vez más completa.

Más allá de la radio: un laboratorio para toda la facultad

Aunque inicialmente pensado para los cursos de radio y laboratorio sonoro, el espacio se ha abierto a otras áreas como cine, video, televisión y radio educativa en línea, también ha prestado servicios a otras áreas dentro de la misma facultad, incluso de la universidad. Además, cualquier docente puede solicitar el uso del laboratorio para proyectos académicos o de investigación, lo que lo convierte en un recurso transversal para toda la comunidad educativa.

El Laboratorio de Comunicación Sonora no solo ha sido testigo del crecimiento académico de sus usuarios, sino también protagonista de una transformación educativa que apuesta por el sonido como vehículo de conocimiento. En palabras del profesor Rengifo, “la idea siempre ha sido consolidar un espacio con las mejores condiciones posibles para que los estudiantes puedan crear, experimentar y aprender”.

Y así, entre micrófonos, consolas y voces que se graban, el laboratorio sigue resonando con fuerza en el corazón de la Facultad. _