La Universidad Tecnológica de Pereira se llena de orgullo una vez más al celebrar los grados de quienes han recorrido con esfuerzo y pasión el camino hacia la excelencia académica. En el marco de la campaña “Lo logramos, lo soñamos”, conocemos la historia de vida de María del Carmen Andrade Narváez, egresada del programa de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Empresariales, quien hoy puede decir, con emoción y gratitud, que su sueño ya es una realidad.

Desde sus primeros pasos en la universidad en el año 2020, en pleno contexto de pandemia, María del Carmen tuvo claro que la Ingeniería Industrial era el camino que deseaba seguir. “Siempre me ha gustado el tema de estandarización de procesos. Además, es una carrera muy amplia, con muchos sectores en los que nos podemos enfocar”, relata.

Detrás de su logro hay una red de afectos y apoyo incondicional. “Quisiera agradecerle a mi familia que siempre me ha dado el respaldo para seguir con mis estudios. Agradezco especialmente a mi padre, que desde el cielo sé que está muy orgulloso de este logro”, menciona. También reconoce el papel fundamental de sus compañeros, quienes se convirtieron en un pilar emocional y académico durante el recorrido universitario.
En el ámbito profesional, su práctica en Industrias Magnetron sas marcó un punto de inflexión. Inició en el área de producción y, gracias a su compromiso y capacidades, hoy se desempeña como coordinadora de producción, una posición que evidencia su liderazgo y preparación.


María del Carmen recomienda con total convicción la Ingeniería Industrial. “Es una carrera muy versátil. Podemos enfocarnos en cualquier sector: salud, servicios, tecnología, logística… Nos forma con una visión muy amplia para liderar procesos, gestionar recursos y adaptarnos a los cambios”.
Además de su crecimiento académico y profesional, su paso por la universidad fue también una oportunidad para tejer redes y construir comunidad. En 2023 ingresó como monitora del Comité de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Empresariales, experiencia que le permitió fortalecer vínculos con docentes y estudiantes de diversas áreas del conocimiento.
Con historias como la de María del Carmen Andrade Narváez, la UTP reafirma su compromiso de formar no solo profesionales íntegros, sino también ciudadanos comprometidos con el desarrollo regional y nacional. Hoy, ella se suma al orgullo de miles de egresados que pueden decir con el corazón lleno: lo soñamos, lo logramos.