Desde pequeña, María Daniela Gómez Henao fue una niña curiosa y creativa. Le gustaban las manualidades, leer, escuchar música, compartir con sus amigos y practicar ciclismo de ruta en las vías de Cartago, municipio en el que nació. Aunque alguna vez soñó con ser médica, la vida le mostró otro camino: el del deporte, la recreación y el servicio a la comunidad. Y ese camino lo ha recorrido con disciplina, esfuerzo y un profundo amor por lo que hace.


Hoy jueves 24 de julio, Daniela recibió su título como especialista en Gerencia del Deporte de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Pereira, institución que ha sido parte esencial de su historia personal y profesional. Su paso por la universidad comenzó años atrás, cuando ingresó al programa de Ciencias del Deporte y la Recreación, “La Universidad Tecnológica de Pereira siempre fue mi primera opción, primero por ser pública y por la cercanía con Cartago”, manifestó. En ese entonces, viajaba todos los días desde Cartago, se levantaba a las 4:30 a.m. o 5:00 a.m., sus padres la dejaban en Puerto Caldas para que tomará allí el Megabús, hacía varios transbordos y así llegaba puntual a clases.


Durante su pregrado, Daniela pasó de ser una estudiante tímida a una joven que aprendió a conectar con otros. “Era una niña muy callada, entonces el hecho de socializar con muchas personas era un poco complejo. Pero cuando íbamos a comunidades a hacer actividades y nos decían: ‘Gracias por venir’, eso no tenía precio. Me enamoré de la carrera”.


Se convirtió en monitora de Bienestar Universitario y después pasó a monitora académica con la profesora Ángela Jazmín Gómez. Esa experiencia la llevó a trabajar en la Facultad de Ciencias de la Salud como apoyo en procesos estratégicos de la decanatura, y más adelante, como profesional de Gestión de Educación Continua. Todo esto mientras, en paralelo, iniciaba su especialización en Gerencia del Deporte, “me gradué del pregrado un miércoles y el viernes ya estaba empezando la especialización. Las clases eran un fin de semana al mes, así que pude combinar bien el estudio con mi trabajo. Fue una experiencia maravillosa, me encantó”.
Aunque esta especialización la cursó con un 50 % de beca, Daniela ya proyecta su siguiente meta: estudiar una maestría gracias a la beca Jorge Roa Martínez, la más importante de la UTP y que obtuvo gracias a su excelencia académica y compromiso, “cuando me llamaron en diciembre a decirme que me habían otorgado la beca Jorge Roa, sentí que estaba cumpliendo un sueño. Desde el colegio buscaba una beca así”.
Graduarse del pregrado fue un momento inolvidable para ella y su familia, “fuí la primera profesional de mi familia. Fue un hecho muy emotivo. Ellos han sido mi mayor motivación”, indicó Daniela. Hoy, mientras se alistaba para recibir su nuevo título, Daniela reflexionó sobre el mensaje que quiere dejar a quienes apenas empiezan su camino universitario: “Hay que perseguir los sueños, que no se dejen opacar por lo que digan los demás y que siempre hagan las cosas bien, sin importar si los están viendo o no. Porque cuando uno hace las cosas con amor y con todo el corazón, siempre habrá alguien que lo vea y eso lo impulsará a cosas mejores”.