A José Miguel Sanz Ospina siempre le apasionó aprender. Desde muy joven disfrutaba resolver problemas, descubrir cómo funcionan las cosas y aplicar la lógica. Su gusto por las matemáticas, la programación, el deporte y la música lo llevaron a encontrar en la ingeniería un camino a seguir y hoy gracias a su dedicación y como recién graduado del programa de Ingeniería Mecánica de la Facultad de Mecánica Aplicada de la UTP, está a punto de iniciar uno de los retos más grandes de su vida: un doctorado en Ingeniería en la University of Wisconsin–Madison, una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos.


Su paso por la Universidad Tecnológica de Pereira estuvo lleno de aprendizajes, retos y momentos inolvidables, “disfruté mucho las materias, me gustaban todas, me parecieron espectaculares. Pero también algo que impactó mucho fueron los profesores, nosotros tenemos profesores muy buenos y me quedo con muchos de ellos en el corazón”, afirma mientras agrega como entre las diferentes clases que veía, iba enfrentando diferentes retos “yo soy una persona que no tiende a estudiar mucho, presto atención en clase, pero hubo materias en las que sí o sí tuve que estudiar más fuerte para poder pasarlas. Fue un gran reto, pero al final todo salió bien”.
Desde hace tres años, José comenzó a construir el camino hacia su meta internacional. Durante dos veranos consecutivos viajó a Estados Unidos para apoyar como monitor a estudiantes de doctorado en pruebas de laboratorio. Esa experiencia fue clave para afianzar contactos, obtener referencias y acercarse al ambiente académico de la universidad en la que hoy lo acogen con tres becas diferentes: una para los dos primeros años del doctorado, otra que extiende el apoyo a los cinco años completos y una tercera para iniciar su investigación.

El momento en que supo que había logrado ganar la beca, aún le parece increíble “cuando me dijeron que me habían otorgado la segunda beca, ahí fue cuando de verdad me lo creí. Fue algo muy chévere”, recuerda. Aunque no cuenta con una maestría, ingresará directamente al doctorado gracias a que el sistema educativo estadounidense permite complementar con materias nivelatorias de maestría todo el proceso, por lo que José Miguel estará en Estados Unidos cumpliendo su sueño al menos por cinco años.
Ahora, con su grado en ingeniería mecánica y con un boleto de avión listo, José reflexiona sobre lo que significa dar este paso “me siento muy contento, pero también muy asustado. Es una cultura diferente, un ambiente nuevo, pero es algo que me gané y es una oportunidad muy grande”.
Agradece profundamente la formación recibida en la UTP, no solo por su rigor académico, sino por la cercanía de sus docentes y el ambiente que se vive en la Facultad, “los profesores han estado en ese proceso de pasar de pregrado a maestría o doctorado, y comparten con uno cómo ha sido esa transición. Eso me ayudó mucho a prepararme”.

Para quienes comienzan sus estudios o se sienten perdidos sobre el rumbo que quieren tomar, José deja un mensaje claro, “siempre apunten a lo más alto que puedan. Yo apunté a lo más alto, me asusté mucho, pero se me dieron las cosas. Si es algo que les gusta, háganle con toda. No se limiten, insistan en sus sueños”.