La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Pereira celebra con orgullo la graduación de Sara Ochoa Ramírez, quien hoy recibe su título como Tecnóloga en Atención Prehospitalaria. Este logro, alcanzado tras años de esfuerzo y dedicación, no solo simboliza un reconocimiento académico, sino también la culminación de un viaje marcado por su inquebrantable vocación de servicio, especialmente en los momentos más críticos de la vida. Con emoción y orgullo, Sara ve en este día el reflejo de su compromiso con la atención y el bienestar de los demás.

Desde que era pequeña, Sara siempre sintió un llamado interior a ayudar a los demás. Su deseo de ser un apoyo en situaciones de emergencia y brindar su conocimiento para salvar vidas la motivó a elegir esta carrera. “Siempre supe que quería hacer algo que impactara de manera directa en la vida de las personas. Ayudar a otros es mi mayor propósito, y la tecnología en Atención Prehospitalaria me dio las herramientas para hacerlo de manera profesional”, comenta con una sonrisa llena de satisfacción.

Su paso por la UTP fue un proceso de aprendizaje constante, no solo en el ámbito académico, sino también en el terreno práctico. A lo largo de su formación, Sara tuvo la oportunidad de aplicar lo aprendido directamente en el campus universitario, donde participó activamente en el equipo de atención prehospitalaria. Junto a sus compañeros, brindó auxilio y atención a la comunidad universitaria, demostrando agilidad, destreza y, sobre todo, humanidad en cada intervención.

“Lo más valioso de la carrera es el trabajo en equipo. Cada situación de emergencia requiere la colaboración de todos para ofrecer la mejor atención posible. En el ámbito prehospitalario, es crucial estar unidos y coordinados, porque cada segundo cuenta”, explica Sara, quien considera que el espíritu de compañerismo y solidaridad ha sido una de las enseñanzas más importantes que se lleva de la UTP.

Hoy, al recibir su diploma y ver el fruto de su esfuerzo materializado, Sara siente una mezcla de emociones. No solo está celebrando el logro académico, sino también el camino que recorrió para llegar hasta allí. Durante estos años, contó con el respaldo constante de su familia, especialmente de su madre y padre, quienes siempre la alentaron a seguir adelante a pesar de los desafíos. “Mis padres, aunque no siempre estuvieron cerca físicamente, me dieron su apoyo incondicional en todo momento. También tengo que agradecer a mis compañeros, quienes se convirtieron en mi segunda familia, y por supuesto, a mis profesores, quienes fueron guías y fuentes de inspiración”, expresa con gratitud.

Su pareja, también un pilar fundamental en su vida, estuvo a su lado durante cada etapa, brindándole el apoyo necesario para enfrentar los momentos de mayor estrés y exámenes. “Es importante tener personas que crean en ti y te empujen a seguir adelante. Mi pareja fue una fuente constante de motivación y cariño”.

Ahora que ha alcanzado este hito, Sara se siente lista para enfrentar nuevos retos. Con la mirada puesta en el futuro, su objetivo es seguir formándose y ampliando su conocimiento en el área de la salud. “Quiero continuar con mi formación académica. Una especialización sería un paso importante en mi camino, pero también estoy muy abierta a nuevas experiencias laborales. Lo más importante es seguir creciendo como profesional y poder poner en práctica todo lo aprendido, siempre con la meta de ayudar a los demás”, afirma con firmeza.

La UTP le dejó una huella indeleble, y Sara, con su esfuerzo, entrega y pasión, también dejó su marca en la universidad. Su historia es una inspiración para otros estudiantes que, como ella, buscan encontrar su vocación en una carrera que les permita transformar la vida de las personas.

Felicitaciones, Sara. Este es solo el inicio de una carrera llena de éxitos, de servicio a los demás, y de la satisfacción de saber que, a través de su vocación, podrá cambiar muchas vidas. Que este sea solo el comienzo de un camino que siga de la mano del compromiso, la dedicación y la solidaridad.