En una ceremonia cargada de emociones y recuerdos, la Universidad Tecnológica de Pereira rindió homenaje póstumo a Daniel Rubio Naranjo, estudiante de Licenciatura en Tecnología de la Facultad de Ciencias de la Educación. En presencia de más de 180 graduandos, amigos, profesores y familiares, el auditorio se llenó de aplausos y sentimientos cuando el título de grado de Daniel fue entregado.

Dos de sus amigos más cercanos, Jonathan Morales y Mateo Quintero, recibieron el diploma en su honor “Rubio fue una persona que conocí desde el inicio de la carrera, es de esos amigos que quieres abrazar desde el corazón y desde el momento en que lo vi, hubo una conexión especial… Tuve la satisfacción de demostrarle en vida lo mucho que lo quería y lo importante que era para mí. Hoy, aunque él no esté aquí físicamente, sé que está feliz de que hayamos logrado este sueño juntos», compartió Jonathan Morales, quien también se gradúa como Licenciado en Tecnología.

‘Rubio’, como cariñosamente lo llamaban, fue un joven lleno de energía, pasión y sueños por cumplir. Sus amigos recordaron entre risas y lágrimas los momentos compartidos durante la carrera: las largas horas de estudio, las discusiones por trabajos y las anécdotas que construyeron una amistad inquebrantable. «Yo a Rubio siempre lo voy a recordar por su alegría, su sonrisa, por ser esa persona que encontraba soluciones a cualquier problema. Mientras otros decían que no se podía, él decía ‘vamos a hacerlo’. Rubio era una fiesta, una chispa que siempre permanecerá en nuestros corazones», expresó Mateo Quintero, amigo y graduado del mismo programa.

Durante la ceremonia, Jonathan y Mateo revivieron sus experiencias académicas juntos, donde Rubio siempre se destacó por su entusiasmo y compromiso, “siempre buscábamos dar lo mejor, incluso cuando un profesor intentaba separarnos en los trabajos porque nos iba demasiado bien juntos. Al final, lo logramos, y este no es un triunfo de Mateo o mío; es un triunfo de los tres», afirmó Jonathan.

Entre las muchas enseñanzas y recuerdos que Rubio dejó, una frase suya resuena con fuerza entre sus seres queridos: «Todo pasa porque tiene que pasar». Estas palabras, repetidas una y otra vez por él, se convirtieron en su legado, uno que también transmite esperanza y aceptación para quienes tuvieron la dicha de conocerlo.

Finalmente, Mateo expresó un mensaje dirigido a su amigo: «yo le diría que gracias, por darnos una amistad tan sincera y leal. Por esa sonrisa que siempre nos alegró el día y por enseñarnos a soñar. Siempre seremos tres, vayas donde vayas y estemos donde estemos». 

Daniel Rubio Naranjo recibió, a través de sus amigos y su familia, el título que con tanto esfuerzo y dedicación trabajó por años. Su legado quedó inmortalizado en la memoria de sus compañeros, familiares, profesores y en las aulas de la UTP, donde su chispa seguirá encendida.