Desde el corazón del eje cafetero, en el municipio de Santuario, Risaralda, Rosa Inéstrejo Fernández, representante de la corporación Corpocan, nos invita a reflexionar sobre la importancia de reconectar la educación con el entorno natural. A través del proyecto Bosques Modelo, se busca integrar redes de educación ambiental que inspiren tanto a jóvenes como a adultos a valorar y proteger los recursos naturales de la región.
Durante un conversatorio que reunió experiencias de diferentes nodos ambientales —como el del río Otún, la cuchilla de San Juan y el Parque Nacional Natural Tatamá—, Rosa destacó la riqueza ambiental de Risaralda, donde más del 70% de su territorio se encuentra bajo figuras de conservación. “Es triste que niños de zonas rurales no sepan que el agua que usan en sus casas proviene de los mismos bosques que rodean sus escuelas. Necesitamos llevarlos al bosque, que lo vean, lo vivan y lo entiendan como su hogar natural”, expresó con pasión.
Educar más allá del aula: el bosque como escuela
La propuesta de la Red Bosque Escuela es clara: romper con la idea de que la educación debe limitarse a cuatro paredes. Según Rosa, el aula se ha convertido en una «jaula», cuando podría ser una puerta al aprendizaje vivencial en los entornos naturales. La meta es conectar a las comunidades escolares con los bosques cercanos, promoviendo el conocimiento directo de la flora, fauna y procesos naturales que sustentan la vida.
Este enfoque busca no solo formar a los estudiantes, sino también sembrar en ellos un sentido de pertenencia hacia el medio ambiente. Rosa enfatizó que los bosques son «reguladores de vida y generadores de agua», e instó a enseñar a las nuevas generaciones el verdadero origen de los recursos que utilizan a diario.
Un llamado al cuidado y la acción colectiva
Más allá de los estudiantes, Rosa hizo un llamado a toda la comunidad a valorar la vida en su entorno más cercano. “¿Cuánta vida hay en tu patio, en la salida de tu casa? ¿Qué estás haciendo para conservarla?”, cuestionó, destacando que el cuidado del medio ambiente comienza con pequeños actos como proteger semillas, conservar pequeños refugios naturales, tratar bien a los animales callejeros o fomentar la buena convivencia con los vecinos.
Finalmente, invitó a quienes deseen unirse a iniciativas como la Red Bosque Escuela a hacerlo desde sus propias capacidades, ya sea participando activamente en proyectos de conservación o adoptando hábitos que promuevan una mejor relación con la naturaleza y la comunidad.
La Red Bosque Escuela nos recuerda que la educación y el cuidado del medio ambiente no son esfuerzos aislados, sino acciones colectivas que, cuando se conectan, crean una red viva de aprendizaje, respeto y sostenibilidad. ¿Te sumas al llamado del bosque?