En una alianza significativa entre el Departamento de Humanidades de la Facultad de Bellas Artes y Humanidades de la UTP, el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Universidad Luis Amigó, se realizó el pasado 9 de octubre la conmemoración del Día Nacional de los Archivos. Este evento, que tuvo una especial relevancia para la comunidad académica y social, puso en el centro de la discusión el rol esencial de los archivos como dispositivos de memoria y herramientas para la construcción de futuros más justos y coherentes con nuestras necesidades históricas.
Luisa Fernanda Marulanda, docente del Departamento de Humanidades, Integrante del proyecto de investigación «Caracterización documental para la conformación de un archivo de derechos humanos de Risaralda» y coordinadora del evento, destacó la importancia de esta fecha, explicando que “el Día Nacional de los Archivos, busca reactivar estos elementos como soportes de memoria, permitiéndonos no solo recordar el pasado, sino resignificarlo, para pensar en nuevas perspectivas de presente y de futuro”.
El evento estuvo estructurado en tres momentos centrales que permitieron una reflexión profunda sobre los archivos, no solo como repositorios oficiales del Estado, sino también como testigos de las luchas comunitarias y sociales que han marcado la historia de nuestro país. El primer momento fue un conversatorio que contó con la participación de figuras clave como Adela Díaz, del archivo de Derechos Humanos del Centro Nacional de Memoria Histórica, y colectivos sociales como PAZ a la Página con la representación de Natalia Brito, el colectivo la Bibliosilleta de Frailes con la representación de Sebastián Arias, así como Duván Monsalve y Luisa Marulanda, ambos investigadores del proyecto “Archivo sobre conflicto, memoria y derechos humanos en Risaralda”.
Durante esta sesión, se abordaron dos tipos de archivos: los archivos institucionales y los comunitarios. Los primeros fueron descritos como dispositivos que responden al “deber de memoria” del Estado, con el fin de esclarecer la verdad en contextos de conflicto armado y procesos de paz. Por otro lado, se habló de los archivos comunitarios, que según Marulanda, “son esos otros archivos, construidos desde la resistencia, desde las comunidades, y que documentan sus luchas, reivindicaciones y experiencias cotidianas”. Estos archivos incluyen documentos en diversos formatos, desde escritos hasta registros sonoros y visuales, y han sido esenciales para las organizaciones de víctimas, colectivos barriales y colectivos de diversidad sexual, entre otros.
El segundo momento del evento fue un taller colaborativo en el barrio Nacederos de Pereira, donde se invitó a los participantes a construir un collage colectivo. Esta actividad no solo fue un espacio creativo, sino que simbolizó la importancia de la memoria comunitaria y cómo los archivos, lejos de ser estáticos, son también producto de la colectividad, “los archivos no son algo inalcanzable o distante; al contrario, son piezas vivas que se construyen en comunidad y que nos permiten recordar lo que hemos sido, lo que hemos vivido y proyectar el futuro que queremos construir”, destacó la docente. Este taller sirvió para tejer conversaciones y reflexiones sobre la importancia de articular los archivos comunitarios con los institucionales, con el objetivo de fortalecer procesos de memoria histórica, verdad y construcción de paz.
El cierre de este importante día tuvo lugar en la Librería El Charco, donde los asistentes se reunieron para hacer un balance de la jornada y discutir los aprendizajes y retos que ésta dejó. Marulanda resaltó que la actividad permitió “conversar sobre los desafíos que enfrentamos para seguir articulando iniciativas de archivos comunitarios e institucionales y cómo estos esfuerzos conjuntos son vitales para la paz y la memoria en nuestros territorios”.
En el contexto actual de Colombia, los archivos han adquirido un papel fundamental en los procesos de esclarecimiento de la verdad y en la construcción de una memoria que no olvide los hechos dolorosos del pasado, “en un país que atraviesa un momento de transición hacia la paz, los archivos son una herramienta esencial para comprender el pasado y evitar la repetición de la violencia”, concluyó la docente.
Este día no solo es una celebración de los archivistas y su trabajo incansable, sino un llamado a la sociedad a reconocer la importancia de preservar la memoria. Los archivos, tanto oficiales como comunitarios, no solo registran lo que sucedió, sino que nos invitan a repensar nuestras narrativas y a proyectar un futuro más justo y equitativo. Con esta jornada, se reafirma el compromiso con la construcción de paz desde la memoria, consolidándose como un espacio de diálogo entre el pasado y el futuro, a través de los archivos que resguardan nuestra historia.