La historia de Kevin Santiago Aguirre Londoño, graduado en Ingeniería Física de la Universidad Tecnológica de Pereira, es una historia de perseverancia, amor por la ciencia y, sobre todo, constancia ante los retos de la vida. Nació y creció en Pereira, desde pequeño siempre sintió una fascinación profunda por el universo y sus misterios, lo que lo llevó a estudiar Ingeniería Física. Hoy Santiago se graduó y pudo cumplir ese sueño que tenía desde pequeño. 

Laura Sandoval
Laura Sandoval

Su camino académico no estuvo exento de desafíos. A mitad de su carrera, su familia decidió mudarse a España, pero él decidió quedarse en Colombia para continuar con sus estudios, “mis padres se fueron cuando estaba en sexto semestre. Ellos me preguntaron si quería quedarme, y decidí hacerlo porque quería terminar mi carrera”, recuerda con firmeza. La decisión no fue fácil, pero Kevin mantuvo el enfoque, contando con el apoyo de sus tíos y abuelos, quienes lo acompañaron en Pereira, mientras que sus padres y hermana lo apoyaban desde la distancia.

Entre las experiencias más valiosas de su tiempo en la universidad, Kevin destaca las enseñanzas de sus profesores y la amistad de sus compañeros, pero, en especial, resalta a un docente que dejó una huella profunda en su formación, “me quedo sobre todo con el profesor Ricardo López Varona. La manera en que impartió sus clases fue muy especial para mí, lo admiro mucho como persona”.

A pesar de no haberse graduado junto a sus compañeros, Kevin nunca perdió la motivación. Ahora, con su título en mano, sus aspiraciones son claras: “quiero hacer una maestría, ya sea en cuántica o en inteligencia artificial, y más adelante un doctorado. Pero primero necesito ver a mi familia”. Este deseo de reencontrarse con sus seres queridos, es tan grande como sus ambiciones académicas.

En una mirada al pasado, Kevin recuerda con nostalgia a ese niño curioso que le encantaban los programas sobre los misterios del universo, y reflexiona que nunca “hay que dejar de seguir buscando ese sentido de las cosas. En algún punto, todo se va a encontrar, por más de que se atraviese un momento difícil”.

Finalmente, su mensaje para quienes hoy también se gradúan o para quienes aún están en el camino es claro y directo: “no ha sido fácil, pero siempre he sido disciplinado. A pesar de los obstáculos, uno debe tener un objetivo claro e ir por él. Puede sonar cliché, pero es muy cierto. Solo hay que seguir enfocado”.

El camino que Kevin ha recorrido es un testimonio del poder de la determinación, el esfuerzo y la pasión por el conocimiento. Desde sus primeros días como estudiante hasta graduarse con promedio destacado, su historia refleja el compromiso inquebrantable de quien no solo sueña, sino que trabaja incansablemente para alcanzar sus metas. Hoy, con la satisfacción de haber culminado esta etapa, Kevin nos recuerda que los sueños, cuando se persiguen con dedicación, se hacen realidad.