En la Universidad Tecnológica de Pereira, jóvenes visionarios están revolucionando el campo agrícola, preparándose para enfrentar los desafíos del futuro. ¿Te imaginas cómo será la alimentación del mañana? Descubre cómo esta facultad está formando a los líderes que asegurarán que el campo nunca pierda su importancia. 

Sergio Cabrera
Sergio Cabrera

Con tan solo 17 años, Luna Galvis Velasco ha decidido emprender un camino que la conecta directamente con el futuro del campo colombiano. Estudiante de primer ingreso en la Universidad Tecnológica de Pereira, Luna ha optado por la tecnología en Producción Hortícola, una carrera que, según ella, le ofrece una conexión tangible con el campo y con la tierra. «Me gusta mucho que estemos tan conectados de una vez con el campo, también con laboratorios. Nos han enseñado muchas cosas», comenta con entusiasmo sobre su experiencia en el programa. 

La Facultad de Ciencias Agrarias y Agroindustria ha sido su elección definitiva, después de un breve paso por Ingeniería Electrónica, un ámbito que, aunque interesante, no la cautivó de la misma manera. Su nueva elección, basada en su afinidad por el trabajo agrícola, le abre las puertas a un mundo lleno de oportunidades para mejorar y profesionalizar la producción de alimentos, una de las áreas de mayor importancia para el desarrollo sostenible del país.  

El programa de Tecnología en Producción Hortícola, que tiene una duración de seis semestres, está diseñado para formar profesionales capaces de abordar los desafíos de la producción de alimentos en un entorno en constante evolución. Luna destaca cómo la carrera ofrece una formación integral y cercana al campo: «Es muy junto con el campo, entonces a los estudiantes les gusta mucho». Entre las materias que más disfruta se encuentran «Introducción a la Horticultura», lo que subraya su pasión por aprender los principios básicos del cultivo y la producción de alimentos. 

El compromiso de Luna no solo se queda en lo académico. Desde una perspectiva personal, ve en esta formación la posibilidad de desarrollar proyectos en un lote adquirido por su familia, donde ya visualiza sembrar y sacar adelante sus propios cultivos. «Más adelante quiero especializarme, quizás hacer alguna ingeniería, y empezar a cosechar mis propios cultivos para venderlos a una escala más grande», menciona con determinación. Este enfoque muestra la capacidad del programa para inspirar y preparar a los jóvenes para asumir roles de liderazgo en la producción agrícola. 

En cuanto a la comunidad académica, Luna destaca la diferencia fundamental que ha encontrado en esta facultad en comparación con su experiencia previa: «Todos los estudiantes se hablan entre sí, son muy conectados, si hay algún problema se busca una solución inmediata». Este espíritu de colaboración es un sello distintivo de la Facultad de Ciencias Agrarias y Agroindustria, que fomenta un ambiente inclusivo y cooperativo entre sus estudiantes y profesores. 

Finalmente, Luna invita a los interesados a no pasar por alto las oportunidades que ofrece esta facultad. «La tecnología también viene con el futuro, pero la comida es esencial. Si seguimos así, vamos a terminar comiendo solo enlatados, y esos también se acabarán». Con estas palabras, hace un llamado a quienes buscan una carrera con un propósito claro y un impacto directo en la vida de las personas. La Facultad de Ciencias Agrarias y Agroindustria, con su enfoque en la producción sostenible, ofrece una vía hacia un futuro en el que la comida fresca y de calidad siga siendo una realidad accesible para todos.