Enseñar es una labor que transforma y fortalece a las sociedades, una que va ligada a la pasión y al compromiso con contribuir a la formación e intercambio de conocimientos. Abad Ramírez Henao, docente del programa de Licenciatura en Artes Visuales de la Facultad de Bellas Artes y Humanidades de la UTP, compartió su perspectiva sobre la enseñanza y algunas de sus experiencias, las cuales reflejan la importancia de impartir clases de manera flexible, adaptativa y siempre actualizada.
Para el docente la enseñanza va más allá de la transmisión de conocimientos teóricos; se trata de crear experiencias que conecten el arte con la realidad de los estudiantes, para poder preparar a los futuros licenciados en un campo que exige creatividad y profundidad. Esta metodología no solo enriquece el proceso de aprendizaje, sino que también impulsa a los estudiantes a desarrollar un pensamiento crítico y una visión holística del arte y su impacto en la sociedad.
Desde hace cinco años el profesor Abad, hace parte de la facultad como docente catedrático. Su enfoque pedagógico se caracteriza por la flexibilidad, la planeación adaptativa y una constante actualización en su metodología, todo con el fin de proporcionar a sus estudiantes un aprendizaje significativo y relevante.
En sus clases, por ejemplo en la asignatura de Práctica Pedagógica 4, el profesor Ramírez prepara a los estudiantes para las prácticas docentes. Esta asignatura, que marca la transición hacia la docencia real, se enfoca en que los futuros licenciados desarrollen actividades con un fundamento sólido, integrando el arte y la ciencia de manera que trascienda y no se quede en solo la ejecución de tareas, “no se trata simplemente de hacer por hacer. Las actividades deben tener un enfoque, un fundamento desde el conocimiento científico”, afirma el docente, resaltando la importancia de un enfoque consciente y fundamentado en la enseñanza.
Una de las metodologías clave en su enseñanza es el equilibrio entre lo análogo y lo digital. Por ejemplo, una de las actividades de esta asignatura fue que los estudiantes crearán infografías en papel bond, lo que no solo fortalece sus habilidades artísticas, sino también sus competencias comunicativas, al tener que expresar de manera contundente el conocimiento adquirido, “la imagen debe ser contundente a la hora de demostrar lo que ellos pretenden plantear”, subraya el docente.
Para Ramírez, la planificación es esencial, pero insiste en que esta debe ser flexible para adaptarse a las características cambiantes de cada grupo de estudiantes, “no podemos ser demasiado rígidos con esa planificación. Los grupos cambian, sus características son distintas, y eso debe reflejarse en la forma en que abordamos la enseñanza”, explica. Este enfoque le permite ajustar dinámicas y contenidos según las necesidades del momento, siempre con el objetivo de conectar el conocimiento con la realidad.
La combinación de teoría y práctica es otro de los pilares en su metodología. El profesor Abad recalca la importancia de no limitarse a una clase magistral, sino de incorporar actividades prácticas y utilizar los variados espacios de la universidad para expandir la experiencia educativa, “no es lo mismo trabajar en un salón todo el tiempo encerrados que salir a un espacio donde el clima y el entorno posibiliten un diálogo más abierto y enriquecedor”, comenta.
En sus años de docencia, el docente Abad ha enfrentado diversos retos, pero destaca la importancia de mantenerse siempre a la vanguardia, actualizando recursos y métodos de enseñanza para evitar caer en la rutina. Considera que la docencia es una profesión de largo aliento, donde la pasión por enseñar es lo que finalmente logra que los estudiantes se enamoren del conocimiento. “Todos y todas tenemos la posibilidad de educar y enseñar, pero no todos tienen la pasión por la docencia, y es esa pasión la que hace la diferencia”, concluye.