El currículo de ciencias sociales para la educación del siglo XXI, busca reconstruir el conocimiento social a partir de acciones o actitudes abiertas al aprendizaje que conlleven al estudiante a la indagación, la generación de preguntas, la emisión de juicios, el debate, el diálogo y a la cooperación, a partir de la utilización de los aprendizajes en la vida cotidiana. (Pagés y Santisteban, 2011).
Lo anterior, orienta el análisis y la construcción del currículo de las ciencias sociales a una enseñanza que permita a los estudiantes comprender, interpretar, argumentar y discernir, a partir de sus vivencias, experiencias y problemáticas de contextos cercanos. Desde este panorama, se presenta una práctica educativa desarrollada con estudiantes de 8 y 9 años de edad, en donde los niños y niñas adquirieron el rol de investigadores sociales en el marco del proyecto de aula denominado «las basuras del Río Otún» en el que los niños iniciaron una investigación cualitativa, utilizando como estrategia de recolección de información, la observación participante y la entrevista cerrada en su contexto comunitario, con el fin de hallar respuesta a la pregunta problematizadora ¿Por qué las personas contaminan el Río Otún?
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