En 2017, bajo la iniciativa del rector Luis Fernando Gaviria Trujillo, la Universidad Tecnológica de Pereira emprendió un ambicioso proyecto que buscaba estrechar la relación entre la academia y el campo. La propuesta: crear un programa orientado a la producción agrícola, con un principio rector claro y contundente: la agricultura no se aprende únicamente en el aula, sino en contacto directo con la tierra y los sistemas productivos.

Durante los primeros semestres, las prácticas se realizaron en la granja de La Bella, en Pereira. Sin embargo, la mirada estaba puesta en un terreno dentro del campus universitario, contiguo a la cafetería de Bellas Artes. El lugar, antes marginal y utilizado como botadero de basuras, representaba un reto mayúsculo: recuperar un suelo degradado y convertirlo en un espacio productivo.

El proceso incluyó análisis de suelos para descartar contaminantes, construcción de sistemas de drenaje que mitigaran el encharcamiento causado por residuos subsuperficiales, y la incorporación de tierra proveniente de excavaciones externas. Poco a poco, el área comenzó a consolidarse como un espacio apto para la práctica agrícola.

Seis años de transformación

Hoy, seis años después, los resultados son palpables. Donde antes había un terreno inerte y saturado de agua, ahora florecen cultivos consistentes y se desarrollan prácticas académicas con éxito. La biodiversidad ha regresado: insectos, aves, mamíferos y reptiles conviven con las especies vegetales sembradas cada semestre, evidenciando la recuperación del ecosistema.

Un aula viva para la región

La Granja de Formación Hortícola de la UTP se ha consolidado como un laboratorio natural, un aula viva que demuestra cómo la ciencia aplicada puede revertir procesos de degradación ambiental. Más allá de ser un espacio de enseñanza, es un ejemplo concreto de que la intervención técnica y sostenida puede devolver la fertilidad y la vocación productiva a suelos olvidados.

En palabras de Miguel Alfredo Ruiz López, director del programa de Tecnología en Producción Agrícola:

“La granja de formación hortícola de la Universidad Tecnológica de Pereira no solo es un espacio de práctica académica, un aula viva para que estudiantes y profesores pongan las manos en la tierra, en los cultivos para desarrollar la agricultura desde el conocimiento, pero también desde la práctica, desde el hacer. La granja también es una prueba de que las acciones humanas bien encaminadas pueden rescatar, pueden restaurar la fertilidad de los suelos y la vocación productiva de áreas degradadas. La granja de formación hortícola, un lugar que fue el botadero de basura de Pereira, hoy es una escuela exitosa de agricultura.”

Donde antes no crecía nada, hoy germinan semillas y se cosechan frutos. La experiencia de la UTP es, en esencia, una lección de restauración y compromiso con el territorio: ciencia aplicada, literalmente, con las manos en la tierra.