Leidy Carolina Quenguan, estudiante de Ciencias del Deporte y la Recreación quien culminó su periodo como representante de los estudiantes ante el Consejo Académico de la UTP, presenta el balance de gestión de los dos años que representó a los estudiantes en este importante rol. 

“Muchos aprendizajes, gestiones constantes y, sobre todo, defensa del bienestar estudiantil”, así, define Carolina, sus dos años como representante estudiantil, mencionando que su gestión se centró en la visibilización de las realidades diversas que conviven en la universidad, un espacio que describe como retador y profundamente valioso.

Desde el inicio de su periodo, Quenguan se propuso representar “con responsabilidad y transparencia las voces de los estudiantes, especialmente de quienes históricamente no habían sido escuchados”, destaca la representante. Entre sus objetivos también se encontraba aportar a políticas académicas más inclusivas y sensibles, incorporando el enfoque diferencial, y fortalecer el diálogo entre estudiantes, docentes y directivas para mejorar las condiciones de permanencia y bienestar en la UTP.

Como ella lo relata, su gestión permitió avances significativos, especialmente en la promoción de la participación estudiantil en discusiones académicas, en la inclusión de enfoques diferenciales y en el acompañamiento a los procesos relacionados con salud mental, permanencia y rutas de apoyo. Resalta además, que uno de los logros más valiosos fue “la visibilización de las necesidades de los grupos étnicos y poblaciones diversas dentro del ámbito académico”.

Sin embargo, también enfrentó desafíos importantes. Entre ellos, menciona “la burocracia institucional, que a veces ralentiza la implementación de las propuestas, y las resistencias al cambio, especialmente cuando se plantean temas de diversidad e inclusión”. Durante su periodo como representante, su compromiso se mantuvo firme hacia la consolidación de un espacio universitario más justo, participativo y plural, como ella lo destaca.

Al finalizar su representación, Leidy Carolina Quenguan deja un mensaje claro para la comunidad estudiantil: “sigan participando, preguntando, exigiendo, construyendo. La universidad son los estudiantes; la universidad cambia cuando el estudiantado se hace escuchar”.

Y a quienes asumirán este rol en el futuro les recuerda que “es un privilegio, es una responsabilidad colectiva”, que como ella destaca debe ejercerse con coherencia y poniendo siempre por delante las necesidades reales de los estudiantes.

Convencida de que la UTP debe avanzar hacia una educación más centrada en las personas y en la diversidad, concluye con un llamado: “la universidad debe seguir caminando hacia una educación más humana, más intercultural y equitativa, donde todos tengamos las mismas oportunidades para permanecer, aprender y transformar la realidad”.