En la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Tecnológica de Pereira, un curso tradicionalmente asociado con cronómetros, descomposición de tareas y diagramas de flujo está experimentando una transformación. Bajo la dirección del docente Jorge Hernán Restrepo Correa, la asignatura de Ingeniería de Métodos se ha convertido en un semillero de innovación tecnológica donde los estudiantes no solo analizan procesos, sino que imaginan futuros automatizados para resolver problemas reales.





Restrepo describe su enfoque como “crear nuevas maneras de hacer las cosas”, una premisa que ha llevado a la clase más allá de la teoría para situarla en la frontera entre creatividad, ingeniería y cultura digital. Los estudiantes han logrado idear prototipos que abordan desafíos cotidianos y sociales mediante sensores, automatización y principios básicos de inteligencia artificial.
Entre los proyectos más llamativos se destacan un bastón inteligente para personas con discapacidad visual, capaz de detectar obstáculos y emitir alertas mediante vibración o sonido, y un sistema híbrido que utiliza inteligencia artificial para el reconocimiento de personas y control de paso peatonal en los semáforos. Aunque dispositivos similares existen en el mercado, las versiones creadas por los estudiantes se caracterizan por su bajo costo y su adaptabilidad a contextos locales.
Otra solución ingeniosa surgió de un problema doméstico común: la ropa tendida en exteriores. Varios equipos desarrollaron un sistema automatizado que retira y extiende la ropa según las condiciones ambientales. Sensores de humedad y luz activan el mecanismo, protegiendo el tendedero en caso de lluvia o facilitando el secado cuando el sol reaparece. “Son ideas sencillas, pero profundamente útiles en un país donde el clima cambia sin previo aviso”.
La preocupación por el bienestar humano también ha tenido un lugar central. Algunos grupos diseñaron plantillas con sensores para localizar a adultos mayores o personas con Alzheimer, mientras otros propusieron manillas capaces de registrar señales vitales, como el ritmo cardíaco, y alertar de anomalías. Aunque estos prototipos no pretenden competir con dispositivos médicos, evidencian un entendimiento claro de los desafíos sociales contemporáneos y del potencial de la ingeniería para mitigarlos.
El impacto educativo es notable. Los proyectos fomentan la observación aguda, la resolución creativa de problemas, el diseño orientado al usuario y el desarrollo de prototipos funcionales. Todo esto ocurre en un entorno donde la experimentación es tan importante como el análisis y donde el error se entiende como parte del proceso.
En un mundo que avanza hacia escenarios altamente automatizados, la experiencia de esta asignatura demuestra que la innovación no siempre surge de grandes laboratorios. A veces, empieza con estudiantes que observan su entorno, detectan una necesidad y se preguntan: ¿y si pudieras hacerlo mejor?.








