Hay decisiones que aparecen como una intuición profunda que invita a ir más lejos, a atreverse a cruzar una frontera interna. Para muchas personas, ese punto de quiebre llega cuando descubren que su pasión por la ciencia, la tecnología o la innovación no cabe ya en lo conocido sino en el siguiente paso para formarse y transformar.



Así inicia el camino de quienes eligen el Doctorado en Ingeniería de la Universidad Tecnológica de Pereira, un programa que no solo aporta rigor académico, sino que impulsa procesos de crecimiento personal, autodescubrimiento, disciplina y visión. Aquí, estudiar no es solo un acto académico es un acto de construcción interior.
Ana Juliet Marín egresada de Ingeniería Eléctrica y de la Maestría en Ingeniería Eléctrica de la UTP, hoy cursa el Doctorado en Ingeniería con la certeza de haber elegido un reto que vale la pena. “Es un reto, porque hacer un doctorado es muy retante, pero todo el esfuerzo vale la pena”, reflexionando sobre este proceso que combina exigencia, pasión y propósito.
Desde que inició, comprendió que este era un doctorado con sello de alta calidad, construido sobre un nivel académico sólido y un equipo docente que inspira y acompaña. Su ingreso al programa llegó gracias a una beca de Minciencias, una oportunidad que no solo abrió puertas, sino que reforzó su convicción de que este era el lugar donde debía estar.
Ana Juliet trabaja en el área de electrónica de potencia, una disciplina que se vuelve cada día más relevante en contextos globales y nacionales. Con la transición energética, las tecnologías de energías renovables y el auge de los vehículos eléctricos, este campo ya no es solo una apuesta científica, es una necesidad del país y del mundo.
Para ella, este doctorado representa la posibilidad real de aportar a esos desafíos. La interdisciplinariedad del programa le permite explorar áreas complementarias, conectar saberes y proyectar soluciones aplicadas a contextos complejos.
“Hoy en día, con todo el tema de la transición energética y las energías renovables, es un área que se necesita”, comenta, reconociendo la urgencia de formar profesionales capaces de responder a un mundo en transformación.
Pero más allá de la pertinencia técnica, Ana ha encontrado en el Doctorado en Ingeniería un lugar donde su trayectoria se resignifica, un espacio que combina su experiencia profesional, su pasión por la investigación y su compromiso con la Universidad.
El programa, además de su excelencia, le brinda la posibilidad de crecer desde lo humano, de sostener la disciplina necesaria, de aprender a mirar los problemas desde nuevas ópticas y de desarrollar ese rigor intelectual que permite aportar de manera significativa a la sociedad.
Cada proyecto nace cuando los profesores se convierte en una oportunidad para afinar su visión como investigadora y profesional. El doctorado no es solo un camino hacia un título, es un viaje hacia una versión más consciente, más sólida y más preparada de sí misma.
Y ese es precisamente el valor más profundo del Doctorado en Ingeniería de la Universidad Tecnológica de Pereira. Es un proceso de transformación, donde quienes ingresan descubren que la investigación también moldea la forma de ver el mundo, de pensar el futuro y de construir soluciones para él.
“Quienes eligen este camino lo hacen porque desean aportar, porque saben que el país necesita profesionales capaces de generar conocimiento relevante, y porque entienden que la ciencia puede ser una forma de servicio” comenta Ana Juliet.
Si tú también quieres transformar desde la ingeniería, esta puede ser tu oportunidad.
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