En el marco de la carrera 5K organizada por la Vicerrectoría de Responsabilidad Social y Bienestar Universitario, como parte de la campaña de salud mental UTP, el Centro de Gestión Ambiental se unió para realizar la clausura del reto UTP de Campus Sustentable.

Estudiantes, docentes, administrativos, egresados y hasta visitantes externos se sumaron a esta apuesta que celebró 15 años de la política ambiental institucional y que el Centro de Gestión Ambiental lideró con una mezcla honesta de pedagogía, práctica y trabajo colectivo.

Esta articulación se asumió como una oportunidad para evidenciar que la política ambiental institucional también se vive desde estos espacios deportivos como la carrera 5k. Gestión Ambiental, junto a las dependencias que se sumaron, reforzó su compromiso por un campus sustentable, integrando prácticas de separación en la fuente, aprovechamiento y educación ambiental dentro de una jornada originalmente creada para promover la salud física y emocional.

La jornada tuvo momentos pequeños, pero significativos, como el de Jessica Soto, estudiante de Ingeniería Industrial, que aprovechó el recorrido deportivo para recoger residuos en el camino. Mientras avanzaba, se agachaba, levantaba cada elemento que encontraba, “Llegué con mi estopa llena de basura y dije: logré”, contó.

Detrás de toda esta movilización hubo una estrategia ambiental clara. Durante el evento se instalaron módulos para separar plásticos, residuos aprovechables y materiales compostables. Todo lo orgánico, terminó en la paca digestora, mientras que el plástico fue entregado a la Asociación ASORPEREIRA y a recicladores de oficio para volver al ciclo productivo. Lo poco que no se podía recuperar fue enviado al relleno sanitario de manera adecuada.

Uno de los recicladores fue Fernando Antonio García, de la asociación ASORPEREIRA, explicó lo que significó su participación, “queríamos que la carrera fuera muy ambiental y lo pudimos lograr”, dijo mostrando las bolsas llenas de material recuperado. Para él, este tipo de acciones fortalecen la cultura de reciclaje y la relación con la comunidad universitaria.

La articulación entre el Centro de Gestión Ambiental, la Vicerrectoría y los recicladores locales mostró cómo una actividad masiva puede transformarse en una experiencia sostenible. No desde grandes discursos, sino desde la separación correcta, el aprovechamiento y la enseñanza colectiva.

El balance fue claro: se recuperó la mayor parte de los residuos aprovechables, se compostó lo orgánico y se fortaleció la cultura ambiental que la UTP viene construyendo desde hace 15 años. Un cierre que, más que clausurar un reto, dejó abierta una forma de relacionarse con el campus